Capitulo 11.

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-¿Qué dices? ¿Qué tú me gustas?- Levanté un poco la voz.

-No quieras ocultarlo, recuerda que puedo sentir tus emociones.- Se acercó para quedar a unos pocos centímetros de mí.

-Eres un cínico, Valtiel, dices eso solo porque te crees mejor que yo.- Me giré dignamente.

-Es que no me creo, soy mejor que tú- Afirmó con presunción.

-¿Ah sí? Pruebalo.- Lo reté con la mirada.

-Bueno, entonces cierra los ojos e imagina en un lugar que quieras estar- Dijo con normalidad.

Me había sorprendido un poco su propuesta debido a que ya sabía de lo que era capaz, cerré los ojos y me imaginé en una playa demasiado hermosa con el inmenso mar cristalino y la arena más fina que la harina de cocina. El sonido de las olas y el aire era tan fresco que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, pero en verdad se escuchaba y sentía tan real como para sólo tratarse de mi imaginación, abrí los ojos encotrándome parado en la orilla de la playa que había imaginado.

-Esto debe de ser una broma. - Me tapé la boca por el impacto.

-No, es real, de hecho me parece algo sencillo viniendo de alguien como tú.- Escuché la voz de Valtiel detrás de mí.-Bien, ahora que viste de lo que soy capaz me puedo considerar mejor que tú.

Me giré para mirarlo y vi que traía ropa distinta, un short de mezclilla con una camisa desabotonada que dejaba ver su abdomen marcado. En mi caso seguía teniendo la pijama que comencé a usar desde que Valtiel se quedaba en mi habitación.

-E-esto no es nada, me imagino que todos los demonios pueden hacer eso.- Crucé los brazos.

-No todos, soy uno de los más fuertes en mi clase pero dejemos ese tema. ¿Ahora sí me vas a responder?- Metió sus manos a los bolsillos del short.

-¿De qué me estas hablando?- Fingí demencia.

-Ah, vaya, te estás haciendo el tontito y no me quieres responder de que te mueres por mí, ¿no es así?- Hizo una sonrisa cómplice.

Al oír sus palabras me quedé paralizado.

-¡¿Qué?!- Cuestioné tratando de que mi voz no temblara-. Creo que te está afectando el sol...

-Vamos, no quieras negarlo. Estás tan enamorado de mí que lo vas a negar todo.- Miró hacia otro lado.

-No, voy a negar todo porque es mentira. Tú no me gustas, ¿cómo podría gustarme alguien tan abusivo como tú?- Estaba más que enojado ¿cómo se atrevía a decir semejante cosa?.

-Por favor, te gusta que sea así, ¿o vas a negarme que has tenido fantasías conmigo?- Me volvió a mirar.

-¡¿Qué dices?!- En ese momento dudaba de si realmente yo tenía el control de lo que imaginaba o pensaba, quiero decir, que yo recuerde nunca he tenido ese tipo de ideas en la cabeza-Realmente te volviste loco, tú... eres de lo más repugnante para mí, no eres mi tipo, nunca tendría esa clase de fantasías contigo. Dios, qué asco.- De sólo imaginarmelo me daban náuseas.

Valtiel siguió con su mirada seria unos segundos más antes de estallar en carcajadas. Yo lo miré, atónito, comenzando a darme cuenta de lo que pasaba.

-¡¿Estabas bromeando?!- Exclamé comenzando a darle golpes y tirándole arena encima.

-No puedo creer que hayas caído.- Siguió riendo el infeliz sin importarle mi reacción.-Así que no soy tu tipo,¿eh? Dime, ¿quién es tu tipo?

-N-no quise decir eso -respondí avergonzado.

-Por favor, Jace, no quieras engañarme a mí. Eres lo más gay que he visto.- Dijo con burla.

-C-cállate, no es así.- Negué lleno de vergüenza.

-No tienes por qué avergonzarte, no tiene nada de malo, después de todo, lo que importa es el placer, ¿o no? -En este punto estaba entre dos opciones: arrojar a Valtiel al mar, cosa que no tendría mucho éxito debido a mi fuerza, o arrojarme yo y perderme en el gran océano.

-Regresemos porque se me hará tarde para ir a la escuela.- Recordé la escuela.

-Bien, pero prometeme que cuando vuelvas regresaremos aquí.- Me miró serio.

-No puedo, tengo que hacer la tarea- Dije tranquilamente.

-No pasa nada si no la haces por un día.- Comentó con una sonrisa.

Estaba por convencerme pero suspiré pesadamente pensando que ya se estaba volviendo una mala influencia para mí por lo que negué con la cabeza.

-Esperate al fin de semana.- Dictamine con una postura firme.

-Pero para el fin de semana yo ya no voy a querer, es hoy o nunca.- Me miraba esperando la decisión final.

-Jajaja.- Reí demasiado fuerte-Tú a mí no me mandas, es el fin de semana o nunca.

-Está bien.- Se cruzó de brazos dignamente.

Sonreí al ver como Valtiel se comportaba como un niño haciendo un berrinche, me pidió que volviera a cerrar los ojos para después volver a estar en mi habitación junto a mi cama sin tender, arreglé todo mientras Valtiel me veía desde el escritorio.

-Me voy a bañar para irme a la escuela, si quieres comer algo lo tomas del refrigerador.- Abrí la puerta del baño.

Me apresuré para no llegar tarde a la universidad vistiéndome adentro por la presencia de Valtiel, al salir aún con la toalla en la mano lo vi recostado en mi cama que había desarreglado de nuevo, solté un suspiro para luego tirarle la toalla encima. Le dije que ya me iba obteniendo un ruido extraño como respuesta.

En las garras del demonio (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora