Capítulo 32

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Recogí todo para salir del baño e ir abajo con Valtiel no sin antes dar un gran suspiro para olvidar todo lo sucedido, era difícil no ignorar todas las cosas que me habían pasado al conocer esa noche al demonio que se encontraba abajo esperando por comida. Toqué la perilla de la puerta para salir y al hacerlo choqué con alguien quien resultó ser Valtiel el cual estaba parado afuera del baño.

—¿Ahora qué? ¿Ocurrió algo? —le pregunté confundido.

—No, es que tardaste mucho y quería saber si necesitabas algo. —Me miraba ansioso.

—Ah, es eso, no te preocupes. Ya estoy mejor, aunque será difícil explicarle a mi padre sobre mis heridas —comenté con un poco de preocupación.

—Puedo quitarte los rasguños, si tu papá te ve así pensará que te volviste loco. —Tocó mi rostro mientras analizaba los cortes nuevamente.

—¡¿En serio puedes hacer eso?! Ugh, lo digo como si no supiera lo que puedes hacer —dije para ignorar mi asombro.

—Pero para hacerlo debo de... —Calló de repente, dubitativo.

—¿De qué? Si debes sacrificar algo, entonces olvidalo —musité con temor mientras negaba.

—No es eso, es que para curar a otros individuos debo de soplar en la parte afectada y tus heridas están en tu rostro, ¿no importa? —Se mostró nervioso.

—Por supuesto que no, si puedes quitarme las marcas por mí está perfecto —levanté las hebras de cabello de mi frente para que no estorbaran.

—Bien... Empezaré por tus manos. —Levantó una de ellas para colocar sus labios a unos centímetros de ésta.

Comenzó a soplar despacio como cuando soplas una comida caliente, miraba un poco asombrado la escena pues conforme soplaba las heridas iban desapareciendo de la nada, terminando soltó mi mano para tomar la otra y hacer lo mismo; fue después cuando tuvo que hacerlo en mi rostro que mis nervios se dispararon sin ninguna razón.

—¿Estás listo?

—Sí, terminemos rápido. Tengo que hacer la comida. —Cerré los ojos dejando escapar un suspiro.

Sentí sus manos tocando mis mejillas, el aire un poco tibio de su boca comenzó a chocar contra mi rostro a tal punto que me hizo erizar toda mi piel. No pasó más de un minuto cuando dejé de sentir el aire acariciando mis facciones, lo cual me iba hacer abrir los ojos por inercia pero antes de hacerlo sus labios se postraron sobre los míos haciéndome abrir los ojos por completo. Valtiel comenzó a mover sus labios de una forma suave, con delicadeza esperando mi reacción, en ese mismo momento yo estaba en shock. A pesar de que no era la primera vez que me hacía algo como eso, seguía haciendome sentir inquieto, como una inseguridad. ¿Qué tan incorrecto sería que yo correspondiera? No lo sabía, y al principio eso era lo que me detenía de hacerlo, sin embargo, el sentir sus labios contra los míos moviéndose de  tal manera, tan gentil, me hacía olvidar cualquier duda o inseguridad.

Lentamente fui cerrando mis párpados y correspondí el beso.

Movía torpemente mis labios para seguirle el beso, pero no escuchaba alguna palabra de burla que él me dijera, sus labios pegados a los míos se movían en un compás lento y delicado. Llegué a la conclusión que lo hacía para que no me fuera difícil corresponderle, en ese instante había posado mis manos alrededor de su cuello para estar más cerca suyo, mientras que él había colocado una mano en mi cintura y la otra en mi mejilla izquierda atrayéndome hacia su cuerpo; el chisquiante sonido de nuestros labios besándose era lo único que se podía escuchar sumado a la respiración dificultosa de ambos a medida que el ritmo se intensificaba, pero Valtiel detuvo ese momento en el que habíamos quedado atrapados y se apartó de mí después de estar unos pocos minutos en la misma posición.

En las garras del demonio (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora