En las garras del demonio (EDITANDO)

Capítulo 29

El momento se había congelado como si se tratara de una fotografía, miraba cada detalle con detenimiento al igual que escuchar su voz como si me hablara al oido, de repente se escuchó el sonido del timbre de la casa. Jason y yo nos miramos en silencio unos minutos, entonces el timbre volvió a sonar.

-Ya vuelvo... -dijo Jason con un aire de pena y decepción.

Lo único que pude hacer en ese momento fue quedarme sentado sin decir o hacer otra cosa, mi mente estaba en blanco por lo que tuve que esperar a que Jason volviera. De pronto volví a recordar sus palabras en mi cabeza, aquel "creo que me atraes" me hizo reaccionar a lo que no había hecho en ese momento, mi corazón latía acelerado por su reciente confesión, aunque mi mente estuviese imaginando que no había sido eso lo que me había dicho Jason; las famosas mariposas en el estómago me hicieron sonreír de la nada pues creía que sólo exageraban en la televisión pero resultó ser cierto.

Ya habían pasado varios minutos y Jason aún no volvía, mi impaciencia y curiosidad se apoderaron de mí así que me puse de pie y caminé fuera de la habitación hacia las escaleras. Escuché un par de murmullos, miré en dirección a la puerta de entrada con confusión, fue cuando realmente sentí las ganas de desaparecer para siempre.

Había tantas emociones encontradas, los pocos vellos que tenía en los brazos se me erizaron al instante y el significado de la palabra catarsis comenzaba a tener sentido en mí. Valtiel se encontraba en la puerta hablando con Jason, cuando notó mi presencia paró sus palabras y me miró con una mirada de absoluto disgusto; Jason giró en mi dirección con una expresión distinta a la que había visto antes de que saliera del cuarto, así que con cierta precaución fui bajando los escalones hasta estar al pie de la escalera.

-Jace, ¿conoces a este sujeto? -me preguntó con seriedad.

-Jace, vámonos a casa en este instante -soltó Valtiel desde la puerta con total molestia.

-¿Quién eres tú? No voy a dejar que Jace se vaya contigo. -Jason lo encaró.

Antes de que Valtiel le hiciera algo a Jason me coloqué entre ellos con rapidez y alteración para evitar un conflicto que terminaría matando a mi vecino.

-P-Perdón Jason, tengo que irme -le dije con nerviosismo.

-Espera. -Me detuvo tomándome de la mano-. ¿Lo conoces?

-Ah disculpa por no presentarte, él es... -Pensé rápidamente en el nombre que uso Valtiel con mi papá-. Se llama Evan, es mi primo lejano -inventé.

-Jace nos tenemos que ir a casa, ya es tarde -dijo Valtiel colocando su mano en mi hombro.

-Sí... Nos vemos Jason, gracias por la invitación. -Me despedí con la mano.

Al girarnos pude notar con el rabillo del ojo el desconcierto de Jason por mi actitud sumisa frente a Valtiel, pero no me importó ya que sabía que era lo correcto para que no sufriera daño por parte del demonio. El corto trayecto a la casa fue incomodo y silencioso, Valtiel iba frente a mí con amargura mientras lo seguía con algo de temor por sus acciones; estaba molesto con él pero no podía reclamar algo de lo que él es libre, y tampoco podía quejarme ya que no quería morir esa noche.

Entramos a la casa y él inmediatamente subió las escaleras dejándome en la entrada, antes de que entrara a mi habitación gritó algo que me hizo saltar un poco.

-¡Quiero comer, sube algo rápido! -dijo antes de entrar al cuarto y cerrar la puerta con fuerza.

No entendía su actitud o el porqué se comportaba así, recuerdo que nuestras discusiones anteriores terminaban siendo solucionadas pero presentía que esta vez iba a ser distinto, no me quedaba de otra más que obedecerlo para así evitar que me matara, aunque lo iba a hacer tarde o temprano. Fui a la cocina y preparé un sándwich con papas fritas y un vaso de refresco, subí con dificultad pues no estaba acostumbrado a llevar comida a mi cuarto con ambas manos; casi al llegar a la puerta esta se abrió por si sola, entré tambaleando un poco el plato para dárselo.

-Déjalo en el escritorio... -dijo con pesadez.

Obedecí sus palabras y me dirigí al escritorio pero antes de llegar el plato que ya había cansado mi mano cayó al suelo, la presión se apodero de mi dejando rápidamente el vaso en la mesa para poder limpiar todo.

-Perdón, te haré otro... -dije casi en un susurro con timidez.

-¿Otro? ¿Me harás otro?¿Qué te hace pensar que quiero otro? -inquirió mirándome con enojo.

No respondí, me había intimidado como un ratón ante una serpiente solo que en este caso era un demonio ante un simple humano, comencé a recoger los pedazos del plato pero me detuve al ver como se me acercaba con rapidez lo que me hizo sorprender y apartarme un poco. Al estar frente a mí se agachó para hablarme nuevamente.

-¿Crees que puedes remplazar algo que haz hecho mal por algo nuevo? -musitó sin dejar de observarme-. Solo te hubiera pedido que lo dejaras así y ya, pero tienes miedo.

Seguía sin mirarlo a los ojos, fue entonces que Valtiel tomó la mano donde tenía los pedazos del plato roto y la apretó haciéndome gemir del dolor por los cortes que provocó, comenzó a salir sangre de entre ellos.

-¿Sientes eso? Bueno, eso sentí cuando me di cuenta que estabas en la casa de ese idiota. -Sus ojos fueron tornándose rojos-. Pero claro, a ti eso no te importa porque eres egoísta.

-¿P-Por qué te preocuparías por mí si me vas a matar? -cuestioné con molestia.

-Si te quisiera matar lo habría hecho desde el primer día que te vi... pero no lo hice, quería saber más de ti-. Dijo más tranquilo.

-¡¿Entonces por qué diablos te comportas así siempre que estoy con Jason?! -le grité sintiendo aún el dolor punzante en mi mano.

-¡Porque siento celos de ese idiota! -Alzó la voz igualmente-. ¡Lo destesté cuando lo viste por primera vez, por lo que piensas y como actúas frente a él! -terminó.

Antes de que sus ojos volvieran a su color habitual pude notar una lágrima que se escapaba de sus ojos, era tan extraño para mi comprender por qué sentía celos de Jason y más extraño aún, ¿por qué siempre que discutía con él terminábamos solos en completo silencio con mi corazón latiendo rápidamente?