Mi cabeza siguió pensando en lo ocurrido hace 15 minutos, había sentido el verdadero significado de la palabra miedo y tal vez no se lo había demostrado a Valtiel pero mi corazón seguía latiendo por dicho suceso.
-¿Ya está? Tengo hambre Jace , si no me das de comer voy a morir -. Dijo Valtiel desde la sala con un tono dramático.
-Ya casi, estoy sirviendo los platos ¿Podrías acomodar la mesa?-. Pregunté con un tono alto para que me escuchara.
-Ya lo hice desde que entraste a la cocina, por cierto, espero que te guste el vino tinto -.
-Yo no tomo alcohol, si gustas solo hazlo tú-. Mostré desinterés por ello.
Tomé ambos platos y los llevé a la mesa en donde Valtiel ya se encontraba, su cara de satisfacción era más que obvia cuando pudo ver y oler lo que había dentro del plato. Comenzamos a comer tan pronto como deje todo en la mesa, sinceramente me había quedado deliciosa.
-¿No vas a pedir gracias por la comida o esas cosas?-. Dijo Valtiel.
-Creo que mi hambre es más importante, además tu fuiste quien apareció los ingredientes y pedirte gracias es lo último que haría -. Le contesté antes de tomar agua.
Valtiel soltó una risa mientras sostenía una pieza de pan en su boca, al verlo me hizo soltar una risa que él notó para después verme con asombro.
-¿Qué? ¿Tengo algo en el rostro?-. Pregunté curioso.
-No... Es solo que no te había visto reír desde que estoy contigo...-. Cuando dijo esto un rubor en mis mejillas se hizo presente.
-Este... ¿Ya probaste el puré de papa? Voy por hielo para tu vino...-. Me levanté y fui casi corriendo a la cocina para estabilizar el color de mis mejillas.
-¿Jace estás bien? ¿Quieres ayuda?-. Me dijo Valtiel desde el comedor.
-No, no, dame 1 minuto a solas ¿vale?-.
Fui al lavabo y mojé mi cara repetidas veces, no sabia que me estaba pasando, era una sensación demasiada extraña para mi y aunque ya la había sentido en otras ocasiones ésta vez era diferente, me había sumergido más. Sin darme cuenta del tiempo que había estado en la cocina salí de mi trance notando a Valtiel que me veía desde la puerta con una expresión extraña, como si una persona estuviera en una situación incomoda.
-Perdón, me quedé un poco pausado en mi mundo-. Le sonreí gentilmente con los ojos cerrados.
-Yo puedo sentir tu preocupación, pero no sé que te esta inquietando en estos momentos ¿Fue la comida?-. Me dijo preocupado.
Valtiel se acercó a mi y tomó mi mano con angustia, sus manos se sentían reconfortantes al igual que su mirada, fuera de ser un demonio parecía más bien el amigo que siempre se preocupa por ti, como tu hermano mayor que te protege ante un accidente, a pesar de haber sido hijo único podía notar ese sentimiento a la perfección.
-Estoy pensando en irme a acostar pero debo de esperar a que termines de comer para que pueda limpiar...-. Solté un bostezo al terminar de hablar.
-No te preocupes, yo limpio, tú ya sube a descansar-. Me dijo dándome unos golpes suaves en el hombro.
-¿Enserio?-. Lo miré con sorpresa.
-Si, pero mañana deberás de preparar algo delicioso de desayunar -. Se dio la vuelta y caminó a la puerta de la cocina para después salir de ella.
Tomé un último vaso de agua antes de subir a mi habitación a descansar, realmente me sentía cansado y preocupado por lo anterior de haber sido real o no. Me cambié para dormirme cómodamente en mi cama que sentí pocos segundos antes de caer rendido, como toda persona de este mundo al cerrar los ojos vi todo negro hasta poder visualizar lo que sería el inicio de un sueño cualquiera.
Estaba sentado en un sofá, parecía el sofá de mi antigua casa, una sensación tan reconfortante me hizo darme cuenta que era otro sueño lúcido, podía pestañear a mi voluntad y levantar mis pies y manos cuando yo quisiera, justo cuando terminé de analizar la situación levanté la mirada para encontrarme con mi madre viendo la ventana.-¡¿Mamá?! -. Dije con duda pero no veía una reacción en ella.
Ya que se trataba de un sueño como el de la vez anterior no quise hacer nada brusco pero tenía a mi madre frente a mi y me sentía un poco impotente de no poder hacer algo. Llevaba con ella una peluca con cabellos castaños que le había regalado un 10 de mayo y su vestido de tulipanes morados con el cual se veía hermosa, miraba el exterior con ambigüedad, en silencio hasta que comenzó a toser, se quedó mirando su mano con la que se había cubrido su boca, era sangre...
Desperté de un salto con mi respiración acelerada nuevamente, ya estaba todo apagado, solo se escuchaba el aire filtrándose por las ranuras de mi ventana, Valtiel se encontraba sentado en una silla durmiendo con las piernas extendidas y cruzadas, las gotas de sudor me caían junto a los ojos.
-¿V-Valtiel?-Lo llamé con cierta duda.
Enseguida abrió los ojos para mirarme mostrando después una expresión de preocupación.
-¿Qué tienes Jace? -. Se levantó y se acercó con rapidez sentándose en la orilla de la cama.
Sin saber que decir o hacer mi cuerpo reaccionó de la manera más cursi posible, abracé a Valtiel quien segundos después correspondió mi abrazo.
-¿Qué te sucedió Jace, fue acaso una pesadilla? -. Me preguntó mientras yacía yo hundido en su pecho llorando.
-Vi a mi madre de nuevo, ya no quiero tener esos sueños-. Dije entre sollozos.
-No te preocupes, mira, si gustas puedo hacer que no sueñes esas cosas pero...-. Se detuvo al hablar.
-¿Pero?-.
-Para hacerlo tengo que estar cerca de tu cabeza para evadir tus sueños...-. Dijo esto un poco avergonzado.
-Mira, no quiero ponerme exigente, solo quiero dormir-. Me giré y me recosté nuevamente en la cama.
-Mira ¿Qué te parece si mejor platicamos?-. Escuché su voz desde atrás.
El sueño se me había ido y solo faltaban 2 horas para que amaneciera así que accedí, me senté en la cama y él se recargo en la pared con las piernas cruzadas.
-Tu cama si que es cómoda, tal vez me quede dormido mañana aquí-. Dijo con sarcasmo.
-Dijiste que platicariamos así que hazlo-. Le contesté con molestia.
-Pues preguntame lo que quieras, de ti no podemos hablar mucho ya que te conozco muy bien-.
-¿Enserio? Mmm ¿mi color favorito?-. Fue lo primero que se me ocurrió.
-El rojo ¿Alguna otra pregunta? -. Se notaba que estaba presumiendo.
-¿Que le pedí a mi padre en mi cumpleaños número 17?-. Pensé que seria una pregunta difícil.
-Un boleto para ir a ver a 30 Seconds to Mars pero terminó llevándote a desayunar-.
Era verdad, sabia todo de mí pero no quería parecer tan sorprendido así que lo ignoré.
-Bueno ¿Y que hay de ti?-. Le pregunté desinteresadamente.
-Bueno, soy un demonio ¿ qué esperabas?-. Se dirigió hacia mi.
-Bueno ¿qué te gusta?-. Le pregunté.
-Me fascinan las fresas y el alcohol aunque no dejaría a lado un buen trozo de carne-.
-Si eres un demonio entonces ¿Por qué te gusta la comida humana? -. Le cuestioné con duda.
-Cuando tomó la forma de algo o alguien también replico su sistema y gustos así que como soy ahorita un " humano" también debo de alimentarme-. Comentó con mucho interés.
-Creí que te alimentabas de almas y sufrimiento-. Dije con tono sarcástico.
-Pfff que tonterías, pero puedo decirte que en mi pasado fui muy sádico -.
-¿Tu pasado? ¿Quieres decir que ya habías convivido con humanos antes?-. Le pregunté sorprendido.
-Si, exactamente 10 años atrás, cuando tú aun eras un niño pero dejemos ese tema-. Me volteó a ver y me miró seriamente.-¿Hasta cuándo tenias pensado decirme que te gusto?-. Una sonrisa se dibujo en su rostro.
(Nota: Para saber más sobre el pasado de Valtiel lee la historia "En tu eternidad" ;D )
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En las garras del demonio (EDITANDO)
Roman d'amourJace, un simple estudiante universitario, se ha visto envuelto en la tarea de lidiar y convivir con un demonio encantador , luego de haberlo invocado una noche por una extraña ouija, poco a poco se darán cuanta que no era lo que esperaban... (No com...