Capítulo 37

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Cuando las clases terminaron ya estábamos en la entrada listos para irnos, Cosette conversaba alegremente con Valtiel y yo me limité a participar poco ya que mi mente estaba ocupada en otra cosa. Mi atención se detuvo unos segundos en la figura de Jason abandonando de manera apresurada la universidad y subir a su camioneta.

-¡Hasta luego Jason!- Se despidió Cosette, pero el nombrado ni siquiera volteo a vernos.-Parece molesto...

Me di cuenta de cuál era la razón de su enfado, era más que seguro que fue porque me fui y lo deje solo para no responder su propuesta. Entendía que era mi culpa, pero no vi otra opción para escapar de la situación.

Valtiel miraba en la dirección que se había ido con molestia en sus ojos, me pregunté si él sabía algo de la conversación que tuve con él. Era probable que sí, pero no había mencionado nada por ahora.

Una vez en casa no me sorprendió que no dijo nada, así que si por hecho que no estaba enterado lo cual era bueno, el asunto de Jason nos hacía discutir demasiado los últimos días. Cuando llegó la noche me quedé en la sala con mi padre después de cenar, él saldría en un par de horas a trabajar para cubrir el turno nocturno de vigilancia, y Valtiel se quedó en el dormitorio con la computadora.

Me despedí de mi papá y me fui a la habitación para descansar, Valtiel ya estaba acostado en su cama improvisada en el suelo mirando el techo, así que apague la luz y me eché en la cama dispuesto a dormir.

Me removí un poco bajo las mantas intentando volver a conciliar el sueño, sabía que aún era madrugada por la oscuridad que rodeaba mi habitación. Resignado me incorporé un poco en la cama, llevándome la sorpresa de que no era el único despierto a esa hora. La figura de Valtiel era apenas iluminada por la débil luz de las farolas de la calle entrando por la ventana, él se hallaba parado frente al marco mirando a través del cristal hacia el exterior, aunque lo que llamó más mi atención fue la sombría expresión en su rostro.

-Valtiel ¿Qué sucede?- Pregunté preocupado.

-Lo siento si te desperté, trata de volver a dormir- Contestó en su lugar, sin apartar la vista de la ventana.

-Puedes decirme lo que te pasa... Por favor.

Hubo un breve silencio, él seguía sin mirarme. De pronto se volvió y caminó hasta tomar asiento en el borde de mi cama, cuando finalmente me miró una leve ansiedad se instaló en mi sistema.

-Nunca me sentí totalmente cómodo en el mundo humano... Pero este último tiempo, lo siento más como un hogar desde que estoy contigo-. Murmuró con un aire melancólico, y en ese instante sentí que algo en mi pecho se encogió.-Y aunque no pertenezco a este lugar, me gustaría poder pasar más tiempo aquí... Incluso daría mi eternidad solo por permanecer a tu lado.

Estiré mi mano y sujeté la suya dando un fuerte apretón, la idea de que Valtiel ya no fuera parte de mi vida me aterraba. Aunque ese pensamiento fuera egoísta yo no deseaba perderlo...

-Yo... No quiero que te vayas.- Susurré cabizbajo, y en un impulso de valentía me aproximé a él juntando nuestros labios.

Sus labios se movían sin prisa, en un ritmo lento y pausado. Coloqué mis manos alrededor de su cuello para profundizar el beso, y sin ser consciente nos fuimos recostando en la cama.

Sus manos se metieron bajo mi camiseta, sus dedos rozaron la piel provocando una electrizante sensación en mi cuerpo. Su boca se deslizó por mi cuello causando que la piel se me erizaran por completo, en un rápido movimiento se deshizo de la prenda superior dejando mi torso al descubierto. Hubo una pausa en la que solamente nos observamos, en un silencio que parecía eterno.

En las garras del demonio (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora