El regreso a casa no fue el más tranquilo y cómodo, un silencio pesado envolviendo la cocina siendo interrumpido ocasionalmente por los relámpagos afuera. Ahora que ambos estábamos solos me era imposible no estar nervioso.
Desde que llegamos su expresión era seria y se notaba lo tenso que estaba, no pude evitar abrir la boca para cortar el silencio.
—Valtiel... ¿Estás enojado?—. Pregunté preocupado, aunque no necesitaba que respondiera ya que su lenguaje corporal lo delataba.
Él me miró y me sorprendió cuando me abrazó, apoyó su frente en mi hombro soltando un suspiro de cansancio. Estrechando sus brazos con fuerza en mi cintura me apegó más a él.
—Sí. Pero es hacia mí mismo... No te preocupes, las cosas son así ahora pero lo arreglaré.— Su voz era determinada pero seguía escuchándose cansada.
Torpemente lo abracé de regreso, sabiendo cuan frustrante era para él no poder solucionar todo esto.
—¿Qué vas a hacer?—. Pregunté, inexplicablemente nervioso.
Se apartó un poco y me observó en silencio.
—Tengo un plan en mente, pero aún no sé si funcionará... Tendré que elaborarlo bien más tarde—. Comentó
Lo miré un rato sin comprender cuando dejó de hablar, esperando que continuara. Me crucé de brazos.
—¿No me vas a decir qué es?—. Cuestioné un poco molesto.
Soltó una pequeña risa mientras acariciaba mi cara.
—Por supuesto, pero no te enojes. Te diré todo. Deberíamos ir arriba ahora ¿De acuerdo?—. Musitó a centímetros de mi rostro.
—Sí, también quiero descansar después de todo esto que pasó —. Me froté un poco el pelo con la mano.
Al girarnos para subir las escaleras escuché la puerta de la entrada sonando, tanto Valtiel y yo nos pusimos alerta por saber quién era pero mi rostro palideció cuando vi la cara de mi padre cruzar la puerta. Una sonrisa era acompañada en su rostro al verme pero desapareció cuando desvió su mirada a un lado de mí, Valtiel puso una sonrisa rígida.
—¡Papá! ¡¿Qué haces aquí?!—. Le pregunté sorprendido.
—Mi jefe me dijo que sólo fuera por mi paga por eso estoy de regreso. ¿Me podrías explicar que hace él aquí?—. Dijo sin apartar la vista de Valtiel.
Al ver el tipo de mirada que tenía ya me daba una idea de qué estaba pensando mi padre. Justo en el momento que llegó Valtiel y yo estábamos por subir a la habitación, así que el tren de pensamientos era fácil de leer en su rostro.
—Señor buenas noches, lo que pasa es que Jace me dijo que si le podía hacer compañía porque su luz se había ido. ¿No es así Jace?—. Me miró con expresión de ayuda.
—¡Ah sí! Se fue por media hora la luz y me sentía un poco asustado—. Improvise torpemente.
—¿Y por qué no le hablaste al chico que vive de junto? ¿Sólo vino a hablar contigo cuando me fui?—. Cuestionó.
—¿Jason? Ah sí, solo vino a charlar un poco pero se fue rápidamente, tenía cosas que hacer—. Sonreí.
Mi papá asintió no muy convencido, y le dio otra mirada sospechosa a Valtiel antes de colgar su chaqueta y caminar a la sala.
—Bien, como ya estoy aquí y es algo tarde creo que deberías regresar a tu casa Evan—. Papá lo echó poniendo una sonrisa amable.
Me quedé en silencio porque no sabía que decir.
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En las garras del demonio (EDITANDO)
RomanceJace, un simple estudiante universitario, se ha visto envuelto en la tarea de lidiar y convivir con un demonio encantador , luego de haberlo invocado una noche por una extraña ouija, poco a poco se darán cuanta que no era lo que esperaban... (No com...