Greyson chance- Animal in the night

Capítulo 17: "Oh bebé"

Vamos, en serio, tomenme una foto, estoy seguro de que dentro de años, unos cuantos años, en realidad me estaré riendo. o eso espero. 

estaba ahí, literalmente petrificado en la puerta. Mis ojos tan abiertos como podían estarlo. 

Apreté mi mano a la perilla de la puerta, estaba tembloroso y sudando. si me suelto, sé que saldré disparado hacia ella. el aire no estaba entrando a mis pulmones. esto estaba mal, muy mal. 

un frío recorrió todo mi cuerpo, enviando pulsaciones eléctricas que recorrían todo mi sistema nervioso, pero no, oh, no, MALDICIÓN, NO! -me estremecí- le rogué a mi subconsciente que me ayudase, pero no había nada que puediese hacer. y entonces, listo, ahí estaba, directo a la ingle uno de aquellos potentes pulsaciones.

Inmediatamente y sin pensarlo salí de ese cuarto de baño tan rápido como había entrado, cerré los ojos e intenté respirar. jo-der. suspiré de golpe. ella siquiera había cerrado la cortina. 

intenté calmarme de nuevo, mis pantalones pulsaban. tranquilo, amigo, no hay nada ahí dentro que puedas conocer. o tocar. 

Oí un sollozo de ella nuevamente, y me regañé mentalmente, debía ayudarle. así que abrí la puerta, intentando calmarme. 

—estás bien? -mi voz salía extremadamente preocupada, más que nada, alterada. ella siguió llorando, pero ahora se había parado, estaba ahí, de pie, en toda su gloria y gracia- 

Miré a todos lados, realmente lo hice, memorizando, más que nada, repasando todo el camino que había hecho hasta aquí, ¿No había ninguna cámara escondida, cierto? 

¿esta no era una broma de mamá? porque, bueno, una ocasión así no se da todos los días, ni alguna década. de hecho, dudo siquiera de que a alguien le hubiese pasado lo mismo. 

nope, ningún hombre misterioso y oculto grabando en la costa. nada. nada. nada. 

esto era real. 

lamentablemente. 

¿lo peor de todo? bebé.

bebé era peor que todos los sueños o experiencias que he tenido, de hecho, peor aún que cualquier película para adultos que haya visto. 

ella era peor. 

ella era una asesina. 

con todo su equipo. 

y yo seguía duro. 

que me maten, por favor.. ahora. o a lo mejor después de tenerla debajo de mi, pero de preferencia ahora, sino, lo gozaré. 

Pero ella estaba ahí; sollozando. gritando. gimiendo. gruñendo. reclamando. 

todo

todo al mismo tiempo. 

me acerqué sin dudarlo. 

ella me miraba con ojos increíblemente rojos e irritados. 

Toqué su mejilla con mi mano, acunandola, acariciando sus lágrimas. 

ella sollozó y tembló. 

Lo que más me impresionó, fue la forma en que me controlaba. en serio, podría escribir un libro de motivación y superación personal. o a lo mejor podría llamar a los récord guiness, como el hombre que mas aguantó intentar algo con alguien tan caliente y desnuda, así es, esto debería ir en el gran libro. porque joder, podría explotar en mis pantalones en cualquier momento.

Ella se afirmó de mi hombro, intentó dar un paso fuera de la bañera, pero perdió el equilibrio. sus piernas se enredaron con la cortina y luego yo estaba sobre mi espalda. 

con ella encima. mis piernas habían estado débiles y yo despistado. ahora la tenía sobre mi. esto empeora y complica un poco las cosas. ¿no creen?

ella estaba mojada. 

y desnuda. 

Antes, hace un tiempo, unos minutos, tal vez segundos, hubiera creído que era el hombre más afortunado de todo el mundo. 

ahora, sé que soy el tipo con la peor suerte en toda la jodida galaxia. 

o a lo mejor el universo. 

sep, el universo sonaba bien. 

así de patético. 

Me levanté rápido, quedé sentado y ella estaba sobre mis piernas. 

cubierta, envuelta, más bien.. protegida por la cortina. como un caramelo.

Ahí estaba ella, como un bebé. 

porque eso era.

arreglé sus rodillas, para que estuviera más cómoda. realmente tenía esa intención, no es que la quisiera más cerca. no, para nada. 

la miré, y la mecí un poco. ella aún sollozaba. acaricié su mejilla con mi mano vacía, ya que con la otra afirmaba su cabeza. arreglé las cortinas para que cubriera todo lo suficiente para evitar que me tiente. 

¿a quién engaño? ella me tienta aún así vestida. más lo hará mojada y desnuda. además, una cortina transparente no ayuda mucho. 

pero lo hice igual, la cubrí para no distraerme, aún así, tan solo su mirada me distraía perfectamente. 

—estás bien? -ella hipó y negó- oh, ya veo -sonreí, una sonrisa suave, de esas que últimamente me han estado naciendo con ella. esas que tenía con ale, solo con ale. 

El agua seguía corriendo y se estaba mojando el suelo, pero ni un incendio me movería de aquí. 

ella estaba cubierta de jabón. espuma. más bien, de champú. 

sus ojos rojos. bueno, solo hay que sumar dos más dos. 

—te entró de esa cosa amarilla a los ojos? -ella me miró, y asintió, como si fuese ácido lo que era. entonces reí a carcajadas- 

—te entró champú, demonios -sonreí, de nuevo- eso puede doler -entonces ella asintió. oh, bebé.- tranquila, ya lo arreglaré. 

estiré un brazo y tomé su toalla, que por cierto, estaba mojada, se estaba inundando por aquí. 

pasé delicadamente el trozo de tela por sus ojos y su rostro se calmó. 

—está mejor así? -ella asintió- bien, tendremos que ensayar un poco con el champú otro día. ¿te parece? -ella asintió- perfecto, vamos, hay que levantarse. 

bueno, ella lo entendió muy bien, de hecho, perfectamente. 

no había notado, que me había acercado a ella, la había atrapado debajo mío sin pensarlo. 

Ella intentó sentarse.

su rostro estaba frente el mío ahora.

frente con frente. 

nariz con nariz.

respiración con respiración. 

pero maldición, sus ojos. 

sus ojos. 

me miraban abiertamente. estaban líquidos. 

y me perdí en su mirada y en el ritmo de su aliento entrando a mis pulmones. era ella mi oxígeno ahora. mi respiración se aceleró pero aún no respiraba. no había nada claro. 

me perdí.