Greyson chance- Animal in the night

Capítulo 51: "stillness"

Mi pecho se sacudió violentamente y me estremecí al escucharla hablar. gruñí y tiré de mi cabello entre mis dedos, volví a sollozar y simplemente no podía obtener todo el oxígeno que necesitaba ahora mismo. me sorprendí al momento en el que ella tomó mis manos entre las suyas. 

jadeé y gruñí nuevamente. 

—no deberías poder estar tan cerca mío -murmuré, mi mano la había subido hasta su mentón y con mi pulgar acariciaba su labio inferior, que ahora me llamaba para morderlo- no debería ser legal -fruncí el ceño y ella también- soy muy malo, peligroso, dañino, simplemente, si me conocieras no querrías acercarte a mi, deberías comprenderlo  

ella se separó de mi rápidamente y me miró acusadoramente. frunció el ceño y negó con la cabeza. mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, ¿por qué se sentía tan mal? joder, es que ella era jodidamente para mi la imagen de Alexa, simplemente dolía

—Grgreg -balbuceó y mi pulso se aceleró, negué efusivamente con mi cabeza- 

—no lo hagas -ella respiró profundo y cerró los ojos, inhaló y luego los abrió, mirándome directamente- 

—Gre-greyson no malo -murmuró y el mundo pareció detenerse. ya estaba hecho, había dicho sus primeras palabras. dejé una pequeña sonrisa dibujarse en mi rostro y suspiré.  

el dolor simplemente estaba enterrándose cada vez más en mi pecho. 

ella había dicho que yo no era malo, pero ella no me conoce.

—No digas eso, no me conoces -mascullé, y ella negó con la cabeza nuevamente, estaba sonriendo, seguramente porque había conseguido decir lo que ella pensaba. se acercó a mi nuevamente y me abrazó, mis brazos, a los que les había prohibido estrictamente devolverles el gesto, la rodearon a ella con fuerza, acercándola más a mi, prácticamente intentando fusionarnos a los dos en uno igual.

—no -ella murmuró, y cerré los ojos, disfrutando de su aroma y de la música que hacía su voz- Greyson bueno, él no s-sabe que él bueno... sí -mi estómago de revolvió y la apreté aún más a mi- 

—gracias -murmuré y enterré mi nariz en su cuello, sentí su sonrisa crecer y suspiré.

 algo en el hecho de que ella haya hablado me hacía pensar que estaba más cerca. que era como yo, bueno, no como yo, pero que era normal. que podría tenerla, que no era tan inalcanzable... tan 

Sacudí mi cabeza y suspiré. no puedo simplemente querer eso. ¿por qué no? mi mente se burlaba y oponía.

mierda. 

 —vamos a dormir, debe ser muy temprano.  

ella asintió y algo dentro de mi estaba en paz. algo no me estaba carcomiendo cuando debía hacerlo. me había acostumbrado al ácido quemando y deshaciendo mi interior, a mi interior frío. ¿por qué? ¿cómo es que ella simplemente entró en mi?  

Subimos las escaleras y ella iba en silencio. entré a su cuarto primero y ella se acomodó rápidamente. se acostó y cerró los ojos. por lo que decidí simplemente irme. tenía muchas cosas en las que pensar. y las palabras de ella no podían simplemente borrarse de mis oídos, estaban tatuadas. jodidamente tatuadas. 

caminé en silencio, estaba a punto de cerrar la puerta, pero ella gruñó algo, detuve mi paso y abrí la puerta para asomarme. tuve que retroceder rápidamente al ver como ella salía de la habitación disparada, con el ceño fruncido y confundido me dediqué a ver como es que ella se dirigía a mi cuarto ahora. seguí sus pasos, curioso, igual que antes, abrí la puerta y asomé tan solo mi cabeza. ella estaba en mi cama ahora. suspiré. estaba cansado. cansado de todo, de todo menos ella.  

caminé perezosamente de vuelta hasta la cama de bebé y me recosté ahí, estaba algo incómodo, me sentía fuera de lugar realmente. pero en las almohadas estaba impregnado su aroma, y eso me bastó para cerrar los ojos. el mundo se vino abajo. estaba a punto de quedarme dormido, pero el ruido de la puerta abriéndose y sentir como tiraban de mi brazo me lo impidió. 

gruñí e intenté voltearme, pero ella solo insistía. abrí los ojos pesadamente y ella no me miraba, solo tiraba de mi brazo. 

me senté en la cama y ella tiró de mi insistentemente hasta que estuve de pié, pensé que le había molestado haberme acostado en su cama, pero ella siguió tirando de mi hasta que por fin estábamos en mi cama. empujó de mi, que estaba en realidad adormecido y anestesiado.

ahí, cuando por fin pudo meterme a la cama en algo a lo que llamo "acostar", ella se recostó sobre mi. algo se había apagado dentro de mi, algo se había agotado; estaba tan cansado, mi cuerpo decía que había tirado las energías que necesitaba ahora mismo. Ella tiró de mi brazo, dejándolo rodeándo su cintura, sus piernas las enredó con las mías y yo no podía hacer otra cosa que dejarla. su cabeza descansó en mi hombro y su rostro estaba enterrado en mi cuello. mentiría si dijera que me molestó. cerré los ojos y me dormí sintiendo su dulce aroma. 

 joder, por fin. 

 ****

Me desperté al oír las mierdas de pájaros que cantaban afuera de la ventana. ¿no habían cientos de millones de casas más en el mundo? ¿por qué cojones vienen a la mía? fruncí el ceño y gruñí, no quería levantarme. suspiré pesadamente y abrí los ojos. tuve que tallarlos con mis manos, porque no veía ni una mierda. 

cuando por fin logré tener una visión clara, me senté en el borde de la cama. bebé no estaba. caminé perezosamente hasta el baño, para poder lavarme la cara. el agua se sentía tan bien. suspiré y deposité mis manos a cada lado del lavabo. miré mi rostro e hice una mueca. me sentía un completo marica. ayer había simplemente llorado. normalmente cuando llorava, simplemente evitaba pensar en que lo había hecho al día siguiente; pero ahora simplemente me venía a la mente y una palabra bailaba frente a esas imágenes.  

"marica"

 Bajé lento, rascando mi nuca, mi estómago gruñó y miré la hora. iban a ser prácticamente las dos de la tarde. entré a la cocina rápidamente y puse a calentar agua y leche. no iba a no desayunar. subí las escaleras más rápido de lo que las había bajado y me encontré con bebé en su cuarto, por lo que me sentí seguro. entré a mi cuarto y tomé una toalla junto con ropa interior, unos pantalones y una playera. necesitaba una ducha. 

Fue rápida y refrescante, al salir me sentía limpio y podía respirar. algo no me agobiaba. algo estaba bien dentro de mi, y esa mierda no estaba bien. y no era normal. algo en el aire me hacía sentir feliz y querer saltar todo el día. 

 Bajé rápidamente y terminé de preparar el desayuno. o almuerzo. 

la mierda que sea