II

121 12 29
                                    

—De ninguna manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—De ninguna manera... ¿Es broma, no? Ustedes nunca han podido ser controladas, ni siquiera el director ha podido detenerlas nunca... ¿Qué fue lo que pasó entonces? —pregunta Cole, uno de nuestros mejores amigos, mientras bebe la cerveza de su vaso.

—¡Es lo que yo le dije a Jane! Pero ella insistió en que debíamos esperar a ver qué pasaba con todo esto. Cree que tal vez después de unos días el director recobre un poco la compostura y se dé cuenta que lo que dijo de los tutores era una completa estupidez —le responde Alexa volteando la mirada hacia mí y frunciendo el ceño disgustada.

Yo suelto un soplido de cansancio y me dejo caer en la silla de la mesa del café-bar en el que estamos pasando el tiempo del receso de la escuela.

—Oye, tú y Axl salieron huyendo del salón en el instante en el que escuchamos los pasos en el pasillo, así que mantén tu enorme boca cerrada que tú no recibirás el estúpido castigo que el director nos puso a Alexa y a mí. Pero es cierto lo que ella dice, yo sé cómo es el director y después de unos días va a pensar bien en lo que dijo y nos quitará el castigo cuanto antes, solo tenemos que esperar a que se dé cuenta que es una tremenda idiotez eso de los tutores —le respondo a Cole cruzando los brazos y mirándolo sin ninguna pizca de preocupación o duda en mi rostro.

Él arquea una ceja incrédulo pero se queda repentinamente callado, como todos los demás en la mesa, lo cual logra confundirme por completo. Frunzo el ceño y estoy por preguntar la razón del sepulcral silencio cuando escucho que alguien se aclara la garganta a mis espaldas, y mi corazón inmediatamente deja de latir en ese instante.

—Se equivoca mucho, señorita Cappola, yo no me arrepiento de las decisiones que tomo, de otra forma no sería director de una escuela o padre de tres hijos.

Muerdo mi labio con fuerza y siento que los pelos se me ponen de punta al escuchar hablar al director detrás de mí. Sin embargo, tomo el último trago de cerveza del vaso de Cole y me levanto de mi asiento para enfrentar cara a cara a la persona detrás de mí.

—Bueno, pensé que usted se daría cuenta por sí mismo de la idea tan ridícula que es esa la de los tutores, pero veo que ahora se lo tendré que aclarar yo misma pues tal vez su cerebro no funciona bien estos últimos días —le respondo cruzándome de brazos y alzando el mentón desafiante, sin sentirme ni siquiera un poco intimidada por su gran mirada seria.

—Jane —murmura Cole negando con la cabeza detrás de mí, y yo tan solo lo ignoro y le sostengo la mirada al director.

Éste último suelta un suspiro después de unos segundos y niega lentamente con la cabeza sin decir nada más, como si comenzar a discutir conmigo fuera una pérdida de tiempo.

—Hablé por teléfono con su madre ayer, señorita Cappola, y ella estuvo de acuerdo con que un tutor estudiantil le hará bien para sus estudios. También con la de usted, señorita Williams, por cierto. Ambas quieren lo mejor para sus hijas, bueno, pues aquí les presento a “lo mejor” —anuncia el director sin responder a mi claro insulto y se hace a un lado para dejarnos ver a dos chicos que permanecían a sus espaldas.

Reckless and Dangerous (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora