XXXI

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Primero miras a tu alrededor y te niegas a aceptar lo que sucede, lo que realmente pasa

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Primero miras a tu alrededor y te niegas a aceptar lo que sucede, lo que realmente pasa. Tratas de encontrar una respuesta que no involucre lo que realmente está pasando, ignoras la verdad y creas una mentira para no aceptar lo que sucede. Te niegas a aceptarlo. Después gritas, lloras y gimes de impotencia, rompes lo primero que esté delante de ti y golpeas lo primero que ves. Ruegas al cielo un «¿Por qué?» e intentas negociar para intercambiar lo que tienes por algo distinto, prometiendo ser mejor persona o algo parecido. Pero no importa qué hagas, pues al final nada va a cambiar y las cosas seguirán siendo de esa forma. Tú piensas en eso, y eso te convierte en otra persona, una persona que sufre, una persona que lo único que le queda es ir a un lugar oscuro para estar sola y llorar, pero esta vez de profunda tristeza y decepción. Y piensas en la muerte, sí, pero en la tuya. Aunque, al final, si logras salir de esos círculos infernales, después de un largo camino, llegas a la aceptación y te resignas a vivir con lo que te queda.

Eso es lo que he hecho en los pocos segundos en los que veía cómo Gerard presionaba a esa mujer sobre ese auto negro y la besaba desesperadamente, como si ese beso no fuera suficiente para ambos.

Y después... he entrado a la escuela.

Nada es igual después de eso, de las trágicas experiencias, de las decepciones, de las traiciones. Tal vez llegue a sonar dramático, exagerado, ridículo, demasiado tonto. Pero no es así. Esto vuelve a ser una trágica experiencia, vuelve a ser una decepción y una traición. Él dijo que no me iba a abandonar, él me dijo un montón de cosas que aseguraban que él no era como los demás. ¿Cómo fui tan tonta al caer de nuevo en otra mentira de un chico? Estoy harta, sinceramente estoy harta, y me siento defraudada y muy estúpida.

Esto ha sido todo, no más Gerard, no más sentimientos estúpidos ni drogas que nos hagan decir tonterías. Porque sí, al parecer todo lo que me dijo en el edificio en construcción fueron tonterías... tonterías que yo, por tonta, me creí.

Alexa tenía razón, Cole tenía razón, Axl tenía razón... Todos ellos estaban en lo correcto cuando me decían que me apartara de ese chico raro. ¿Cómo es que fui tan ciega para tapar mis oídos a mis amigos y dejar que otro chico más me engañara?

—Jane... ¿Estás bien? —pregunta Cole mientras toca un poco mi hombro.

Mis ojos están húmedos y algo irritados por la droga de ayer, aunque aun así aquí estoy, en medio de una clase mirando atentamente el reloj pasando los segundos de forma cruelmente lenta.

—¿Estás bien, Jane? —repite Cole; piensa que tal vez no lo he escuchado.

Afortunadamente esta clase sólo la tomo con él, si no Alexa ya me hubiera sacado de aquí para hablar abiertamente conmigo. Ella se preocupa por mi vida personal, en especial si se trata de chicos. Ella siempre está ahí para mí cuando yo estoy decepcionada, herida, decaída, completamente lastimada; como estoy ahora, en resumen. Pero, aunque yo le dije que ella podía decírmelo, no quiero que me diga: «Te lo dije». Es en realidad más doloroso de lo que imaginaba.

Reckless and Dangerous (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora