«No es sencillo ser la misma de antes cuando las personas te dejan, cuando solo se van y te dañan.»
Es lo único que no dejaba de pensar Jane, la muchacha fría y rebelde que solo quería pasar un gran rato de diversión con sus amigos, sin importar que...
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¿Qué diablos está sucediendo? ¿Qué diablos está sucediendo? ¿Qué diablos está sucediendo? No puedo evitarlo más y me inclino hacia adelante para vomitar hasta más no poder. Sin embargo, al parecer nadie me está prestando atención, pues ambas personas paradas delante de mí parecen querer asesinarse entre ellas con la mirada.
—¡¿Quién diablos te crees que eres?! ¡Tú ni siquiera estás invitado a mi fiesta! —exclama uno de los hermanos gemelos mientras empuja con su mano el pecho de Gerard.
Sin embargo, Gerard parece mantenerse al margen y solo cruza sus brazos sin dejar de asesinarlo con la mirada.
—Me importa muy poco tu fiesta, amigo.
—¡No soy tu amigo! ¡Y lárgate de aquí ahora mismo, imbécil!
Mi vista sigue borrosa y mi cabeza todavía da vueltas, a penas puedo ver a ambos chicos delante de mí con claridad y todo mi cuerpo sigue teniendo la sensación de contracciones por las arcadas que no dejan de atacar mi cuerpo. ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡¿En dónde me vine a meter?! Tengo un remolino de sentimientos encontrados dentro de mí que no me dejan pensar con claridad.
—¿Acaso no me escuchaste?... ¡Fuera de mi vista antes de que decida matarte en este momento justo aquí! Y de verdad que no quieres saber qué tan en serio estoy hablando —amenaza uno de los Van Ewen acercándose hasta quedar frente a frente con Gerard, el cual sigue tranquilo a pesar de todo.
—Oh sí, amigo, sí quiero saberlo.
Siento que el corazón me da un vuelco al escuchar la contestación de Gerard, y la respuesta inconsciente de mi cuerpo es volver a vomitar. Sin embargo, me obligo a evitar que eso suceda de nuevo y me yergo completamente para correr cuanto antes a donde está Gerard.
—N-No lo toques, n-no le hagas nada... Te lo advierto.
Mi voz suena débil y entrecortada, estoy hecha un desastre de pies a cabeza y ni siquiera tengo ropa interior puesta para este punto, y sin embargo lo único que parece ser lo más importante para mí es Gerard, saber que nadie lo va herir, protegerlo de la escoria que tengo delante de mí y asegurarme de que él esté a salvo... ¿Por qué? Debe ser el alcohol y las drogas, ellos son los que siempre han actuado por mí.
Gerard se acerca detrás de mí y pone ambas manos en mi cintura con la intención de alejarme del hombre de traje, sin embargo yo me aparto abruptamente de él y golpeo su pecho para lanzarlo lejos de Van Ewen, con la finalidad de mantenerlo lejos de él. Sus ojos me examinan cuidadosamente; ambos sabemos que yo no estoy en todos mis cabales y que podría hacer cualquier tontería sin sentido, es por eso que solo se queda callado y observándome atentamente, tratando de descifrar por qué actúo así.
Y es cierto... ¿Por qué actúo así? No lo sé. De todos modos... ¿Qué diablos hace él aquí? ¿Por qué me salvó? ¿Desde cuándo ha estado en la fiesta? Diablos, tampoco lo sé.
