XXVI

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Mi fuente de inspiración para seguir aquí haciendo lo que hago:

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Mi fuente de inspiración para seguir aquí haciendo lo que hago:

Escapar. Huir. Fugarse. Soñar despiertos y caminar dormidos. Hacer lo que más deseas hacer.

Suena como a alguien que está muriendo, sin duda. Yo no estoy muriendo, pero ciertamente he escuchado que en algunas ocasiones la adolescencia te puede dejar esa sensación. Yo no quiero morir, yo solo quiero actuar como si me quedara poco tiempo de vida. Es por eso que ahora estoy aquí en mitad de la nada balanceándome desde un columpio que cuelga de la rama de un árbol, justo delante de la pequeña cabaña a la que Alexa me ha traído. Es una de las propiedades de su padre, al parecer, aunque sinceramente creo que es demasiado simple para una persona que gana mucho dinero con su trabajo como él.

Han pasado unos cuantos días y nuestros teléfonos no han dejado de sonar, es por eso que los hemos puesto en una caja y los hemos lanzado a lo más oscuro del armario. Es mejor y, claramente, más tranquilo. Ninguna de las dos va a contestar, de todos modos, así que no tiene caso estar escuchando la maldita notificación de los mensajes o las irritantes canciones de las llamadas.

—Ey, es muy tarde, entremos a la casa —habla Alexa detrás de mí logrando sobresaltarme un poco.

Yo solo asiento con la cabeza y me bajo del columpio para seguirla hasta adentro de la cabaña. Por dentro está decorada muy al estilo rústico, mucha madera y cosas parecidas, aunque de igual forma también es muy moderna. Creo que este es uno de los mejores lugares donde podrías pasar la Navidad, la nieve se vería estupenda cubriendo los árboles del bosque de afuera y la chimenea adentro calentaría el lugar aquí adentro y lo mantendría acogedor. Si no conociera a los padres de Alexa podría tener la duda de si alguna vez pasaron la Navidad aquí, pero no lo hago porque ya sé que la respuesta es no, un no muy rotundo.

Ambas tomamos algo para cenar y nos llevamos los platos a la sala, donde hay dos grandes y cómodos sofás puestos uno delante del otro. A la derecha en la habitación hay un ventanal enorme que nos da una hermosa vista al bosque que ahora está oscuro, es por eso que las últimas noches las hemos pasado aquí en los sofás viendo la naturaleza y escuchando a los grillos cantar. Es relajante, sí... Aunque comienza a ser aburrido.

—¿Estás pensando en él, cierto? —pregunta Alexa después de que hemos terminado de comer y nos hemos recostado para dormir.

—¿En quién? —le pregunto, sin tener idea de qué habla.

Ella gira el cuerpo hacia mí y acomoda mejor la almohada en el sofá delante del mío donde se ha acostado.

—Sigues pensando en Gerard... ¿No es así?

—Oh, hablas de él. —Suelto un suspiro y muevo la vista hacia el ventanal—. No, no me importa nada de lo que suceda con él.

—Estás mintiendo. Te conozco, Jane, más de lo que te podrías imaginar. Pudimos haber llamado a Cole y a Axl para que todo esto fuera más divertido, pero te pareció mejor fumar hierba y beber toda la noche sola antes que llamar a los que golpearon a ese chico —responde en voz baja mientras se pasa la sábana por los hombros y se arropa ella misma con ésta.

Reckless and Dangerous (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora