XVII

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Es fin de semana, y sí, aunque yo ahora debería estar en mi cama cubierta con un montón de sábanas calientes y suaves y teniendo el mejor sueño de mi vida, no, no es así, en su lugar estoy conduciendo mi auto negro en la madrugada para llegar a de...

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Es fin de semana, y sí, aunque yo ahora debería estar en mi cama cubierta con un montón de sábanas calientes y suaves y teniendo el mejor sueño de mi vida, no, no es así, en su lugar estoy conduciendo mi auto negro en la madrugada para llegar a detención un sábado en la mañana, con las gotas de lluvia cubriendo las calles de Nueva York y las nubes negras ocultando los pocos rayos de sol que ya empiezan a nacer en el cielo. Sí, lo sigo diciendo y lo repito, este es un día en el que yo debería estar durmiendo plácidamente en mi caliente y cómoda cama, no conduciendo un frío auto en una fría y oscura mañana en dirección a la maldita escuela.

Maldita sea... Maldita sea, Gerard.

Se supone que ese tipo es el que me va a ayudar, no que me va a ocasionar problemas. La última vez solo trataba de acercarme a él para hablar sobre “las clases” que él me iba a dar para mejorar mis calificaciones en la escuela, sin embargo todo terminó en una innecesaria e irritante detención que también lo afectó a él.

Agh, maldita sea.

Aparco mi auto en uno de los millones de espacios vacíos que hay en el estacionamiento de la escuela y golpeo con fuerza el volante delante de mí. Tengo sueño, estoy muy cansada y me siento algo decaída.

Yo y todos mis amigos siempre hemos sido parte de una familia disfuncional, es por eso que nos hicimos amigos y pasamos años haciendo locuras juntos. Pero últimamente, después de que Gerard Way apareciera en mi vida, todos nos hemos separado un poco más. Axl no me ha hablado desde la última vez que salió disparado fuera del pasillo y Cole, como es su amigo preferido, tampoco me ha dirigido la palabra.

Dios, últimamente el drama no se despega de nosotros. Aunque Alexa dice que le dé tiempo antes de volver a hablar con él, a ella tampoco le ha parecido del todo bien que yo casi haya besado a Frank... Ya que ella nunca se enteró de que en realidad sí lo besé en otra ocasión. Le expliqué que no significaría nada, que sería un beso sin sentido y sin razón, que sería uno más de los millones en mi lista, sin embargo todo eso no la convenció ni siquiera un poco, lo cual... me tiene preocupada.

Y todo es culpa de Gerard, solo él y nadie más tiene la culpa. Porque aun con el odio que ya comienzo a sentir por él, tampoco puedo negar que todas las alucinantes emociones que siento cuando estoy cerca suyo todavía permanecen. Y es que hay algo en él, algo que me sigue haciendo sentir de la misma forma no importa cuántas veces lo haya visto ya antes. Tal vez sea la forma en la que sonríe, el sonido de su voz, su silueta inconfundible al caminar entre los demás, las chaquetas de mezclilla que la mayor parte del tiempo usa o solo ese brillo raro y magnífico que hace mucho más espectaculares sus ojos verdes.

No lo sé, no sé qué es todo eso, pero sinceramente tampoco me importa. Para ser una persona que rara vez le presta ese tipo de atención a un chico, le presto demasiada atención a un chico como él. Y es raro, y tengo que dejar eso, tengo que detenerme justo ahora.

Reckless and Dangerous (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora