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Cuando Keith finalmente se sentó, miró a su acompañante, quien seguía mirando hacia abajo, temblando.

Frunció el ceño, más preocupado que antes.

Nunca había visto a su hermano así. Él pensaba que Shiro era la persona más fuerte en el universo, siempre lo admiró, era su héroe. Y verlo en esa condición deplorable lo hacía sentirse una basura, porque ahí cayó en cuenta que siempre vio a su hermano como fortaleza, cuando no era más que un humano resistiendo cada batalla.

-Shiro...- dijo, poniendo la llave del auto sin arrancarlo. Apoyó su mano con delicadeza en su brazo izquierdo -. ¿Qué ocurre?

El mayor levantó la mirada, y se apartó despacio, haciendo que la mano de su hermano caiga, y se incorporó.

Lo miró dolido.

-¿No lo sabes? Perderé un brazo, ¿qué voy a hacer sin un brazo?- dijo con obviedad, perdiendo la paciencia. ¿Acaso Keith era imbécil?

-El doctor te dijo que llegaría un brazo ortopédico...

-¡Ya lo sé! Pero eso no es lo que me preocupa.

-Entonces... ¿Qué es lo que te preocupa?

-La gente. ¿Qué dirá cada vez que me vea? Ya sabes que las personas, si eres diferente, te tratan como un pedazo de mierda, te ven diferente. ¡Son una mierda! - dijo, aferrando los dedos a su pantalón y apretando. Keith lo miraba en silencio.

Ambos callaron un rato. Cuando la respiración del mayor comenzó a calmarse, dijo:

-¿Qué tal si Katie es real? ¿Crees que esa chica tan genial ame a una persona que le falta un puto brazo?

-Shiro... Tú no tienes de qué preocuparte, hay muchas personas que perdieron extremidades y, sin embargo, siguen viviendo como siempre lo hicieron. No tiene que importarte lo que diga la sociedad, y, si esa chica de verdad te ama, no va a juzgarte por ese problema. Lo hacemos por tu propio bien, es para salvarte la vida- dijo el menor. Dio una bocanada de aire y esperó a que Shiro conteste, pero tenía la mirada perdida en la carretera frente a ellos.

Luego lo abrazó con poca fuerza, y volvió a llorar. Nunca había visto que el menor se preocupara tanto por alguien, y menos por él.

-Gracias, Keith...-dijo Shiro, sin separarse.

- No te preocupes- contestó, acariciándole el pelo-. ¿Qué te parece si vamos a una cafetería? Fui una vez pero me pareció muy buena- dijo, separándose y arrancando el auto.

-¿De qué cafetería hablas?- preguntó Shiro.

-Se llama Altea, está cerca de acá.

-Bien.

Mullet 2 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora