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Ya era viernes, al fin. Último día de la semana escolar, la cual fue un sufrimiento y una grandísima mierda para Lance y Keith.

Ambos llegaron al instituto de maneras separadas. Keith tomó el autobús como todos los días; y Lance fue llevado por Verónica en auto, ya que le quedaba de pasada al trabajo y él se había excusado con un "Perdí el autobús".

Al llegar, Pidge y Hunk los recibieron, igualmente de maneras separadas. Aunque cada uno tenía un regalo en sus manos.

Pidge tomó a Lance del brazo, y Hunk tomó a Keith de la ropa, jalando cada uno para un lado distinto, entrando por diferentes puertas. Hunk y Keith frenaron cerca de los baños; Lance y Pidge, sin embargo, se quedaron parados en los casilleros de la entrada.

-Esto es para ti, de parte de Keith- dijo la chica, extendiendo una pequeña caja morada con un moño negro.

Lance la examinó y la agarró, comenzando a verla como si fuese algo sospechoso. Alzó la mirada hacia su amiga, mirándola con cara de póker.

-Esto no lo hizo Keith- murmuró con voz queda-. Si él lo hubiese hecho, ¿por qué me lo estás dando tú en vez de él?- agregó, arqueando una ceja. Chasqueó la lengua y le devolvió la cajita-. No tengo tiempo para esto, Pidge.- Se separó de los casilleros y, sin girarse a verla, finalizó la conversación con un:- Pero gracias por intentarlo.

Mientras tanto, Hunk intentaba hacer que Keith aceptara el regalo con una mirada insistente.

-¡Lo compró Lance para ti! ¿No vas a aceptarlo?- preguntó Hunk, extendiendo la pequeña caja por novena vez.

Keith negó una vez con los brazos cruzados y, suspirando, se aproximó a él y apoyó la mano sobre su hombro.

-Gracias por intentarlo- susurró y se alejó hacia su aula, dejándolo parado y con las palabras en la boca.

Hunk y Pidge volvieron a juntarse en la entrada del instituto. La chica iba con el ceño fruncido, agarrando la cajita con una mano, y su amigo iba rascándose la cabeza, pensando qué hacer sin parecer muy entrometidos o insistentes.

Frenaron uno frente al otro.

-A mí no me lo aceptó, ¿a ti?- preguntó Pidge, extendiendo el regalo para que Hunk lo guardara.

-A mí tampoco- contestó, agarrando la pequeña caja morada. Se agachó y la guardó en su mochila junto con el regalo rechazado de Keith-. Pasemos al plan B- propuso, poniéndose de pie.

...

El timbre había sonado, lo que significaba que el recreo estaba comenzando. Hunk miró a su amiga y ella lo miró de vuelta: era hora del plan B.

Se separaron rápidamente para llevar a cabo su idea, rogando que esa vez saliera bien.

-¡Keith! Necesito tu ayuda. Ven conmigo- exclamó Pidge exaltada, tomándolo por la muñeca y comenzando a correr.

Al mismo tiempo, Hunk hacía lo propio con Lance en la otra punta del colegio.

Ambos frenaron en el punto de encuentro: al frente de la biblioteca.

Pidge vio la expresión de Keith al ver a Lance. Hunk vio la expresión de Lance al ver a Keith.

-¿Por qué me trajiste con el mudo?- preguntó Keith, dejando de ver al menor y clavando sus ojos en Pidge, aguantando las ganas de tirarse encima de él y abrazarlo.

Lance no dijo nada, además ¿qué se suponía que debía que decir? Aunque habían muchas, muchas cosas...

Desvió la mirada al piso y guardó silencio.

Keith no recibió respuesta y chasqueó la lengua contra sus dientes.

-Si no me necesitan para nada más, me voy. Tengo mejores cosas que hacer- comentó irritado, comenzando a caminar cruzado de brazos y mordiéndose el labio. Cuando estuvo a una distancia prudente, dejó de aguantarse las ganas de llorar y rompió en llanto.

Lance miró a sus amigos y suspiró.

-Agradezco lo que hacen, pero no tiene sentido... Keith odia que se entrometan en la relación, así que, ya, déjenlo- dijo, observando cómo la silueta de Keith comenzaba a desaparecer por aquel laberinto de pasillos.

Con las manos en los bolsillos y cabizbajo, se dirigió a su salón, intentando no pensar en la mirada rota de Keith y en sus labios secos, sus notorias ojeras y su pelo desordenado.

Aunque fue en vano, porque no pudo evitarlo. Desde aquel inútil incidente, no pudo concentrarse en las últimas horas en el colegio. Y supuso que no iba a dejar de pensar en Keith en todo el día.

Mullet 2 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora