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Salieron de la cafetería, bajaron el pequeño escalón de la entrada y caminaron hacia una de las esquinas tranquilamente, pero, al ver que Hunk no les seguía, se giraron sobre sus talones y vieron que luchaba por cerrar la puerta con llave.

Cuando ya pudo, se acercó rápidamente a sus amigos y, con una sonrisa avergonzada, se disculpó.

Corrieron a la casa de Lance, ahí iban a crear el folleto que imprimirían, así luego lo pegaban por toda la ciudad -o gran parte de ella-.

Al llegar, la madre de Lance los atendió con una reluciente sonrisa y les convidó algo de comida.

Lance negó por los cuatro luego de mirar sus caras, diciendo que ya habían comido en la cafetería.

Dejó que Allura se presente a su madre y, cuando ya habían hablado un poco, dijo:

-Bien, mamá, luego volvemos. Estamos algo ocupados.- Empezó a subir las escaleras, esperando a que sus invitados lo sigan.

-Está bien, luego les subo algo.

Subieron, caminaron por el largo pasillo hasta llegar a su habitación, y, una vez dentro, el moreno se aproximó a su computadora. Pidge se acercó y la examinó.

-¿Desde cuándo tienes esta computadora tan avanzada?- preguntó interesada en el aparato.

-Me lo regalaron por mi cumpleaños, genial, ¿no?- dijo Lance orgulloso, prendiendo la máquina.

Se escuchó un suspiro y comenzó a prenderse.

-Me encanta. Debo... tenerla- contestó la chica, abrazando el ordenador.

Lance rió sin saber qué decir y ella se separó sola.

Lance tecleó su contraseña y dejó ver el escritorio.

Inició el editor y todos se pusieron a pensar en cómo podría ser el anuncio: debía ser llamativo, así atraería la atención, más que nada la de Keith.

-¿Qué tal si lo hacemos con muchos colores?- sugirió Allura desde la punta de la cama de Lance -. Eso es llamativo.

-Podría ser... El descuento debe estar en grande, así se verá mejor- respondió Lance, eligiendo varias cosas para diseñarlo.

-No olvides poner el nombre de la cafetería- dijo Hunk. Todos giraron sus rostros y lo miraron con una ceja alzada, señal de clara obviedad.

Lance volvió a su trabajo.

-Bien, ¿esto está bien?- dijo Lance, rompiendo el silencio. Ni siquiera había puesto música, pero así fue mejor. Dio los últimos toques finales y se alejó del cartel, admirando lo que hizo.

Sus amigos se acercaron y se colocaron detrás de él, mirándolo.

Tragó en seco.

Keith... Pronto nos encontraremos.

Mullet 2 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora