•35•

549 80 12
                                    

El sonido de una puerta abriéndose interrumpió el sueño de ambos y se levantaron exaltados de la cama.

Keith miró a Lance, quien lo miraba frunciendo el ceño. Se sentaron en la cama y pasó la mano por su nuca.

-Es mi mamá o Shiro, vístete- ordenó Keith, levantándose de la cama. Abrió la puerta y asomó la cabeza.

-¿Tú no vas a vestirte?- preguntó Lance, levantándose también y agarrando su pantalón. Se lo puso rápidamente y buscó con la mirada su remera.

-Yo duermo en bóxers- se limitó a contestar Keith. Lo miró de reojo-, no preguntes y apúrate- agregó, escuchando unos pasos subir por las escaleras.

Cerró la puerta con cuidado y unos segundos después se escucharon unos suaves golpes. Tres para ser exactos.

-¿Keith?, ya llegué- dijeron a través de la puerta -. ¿Puedo entrar?

Keith miró a Lance, viéndolo sentado en la cama, aún buscando su remera.

-Es Shiro, tranquilo, no te apures- dijo, abriendo la puerta y dejando ver la cara de idiota de Shiro. Frunció el ceño-. ¿Y a ti qué te pasó?

Shiro sonrió viendo lejos de Keith.

-Katie es... sumamente hermosa- se limitó a decir. Hizo a un lado a su hermano menor y se tiró en su cama, sin ver a Lance, cayendo completamente dormido.

Lance frunció el ceño y finalmente encontró su remera. La levantó del suelo y se acercó a Keith.

-No debe haber dormido nada- comentó Keith, mirando sin disimulo sus abdominales.

-Quizás también hicieron cosas sucias- dijo Lance, poniéndose la remera sin mirarlo-. ¿Vamos a desayunar? Tengo hambre.

-Vamos.

Keith tapó como pudo a su hermano con una manta y bajaron a la cocina.

-Al fin volvió la luz- comentó Lance, ganándose un asentimiento silencioso por parte de Keith.

Keith agarró su celular y lo puso a cargar.

-Mierda- dijo viendo la pantalla-. Mi teléfono murió, lo dejé toda la noche con la linterna prendida.

-Sí que eres descuidado, Mullet- murmuró sonriente Lance.

Keith sonrió y se sonrojó. Le gustaba que sólo él se lo dijera.

Lance tomó varias rebanadas de pan y las puso en la tostadora, mientras que Keith exprimía naranjas para tener jugo.

El teléfono de Lance sonó, haciéndoles pegar un leve brinco. Él contestó y Keith lo miró.

-¿Hola?- movió sus ojos azules por la cocina-. Sí, estamos por desayunar... Estoy bien, ¿ustedes?... Ok, bien, a esa hora estoy listo. Adiós.- Colgó y retomó lo que estaba haciendo.

-¿Quién era?- preguntó Keith, volviendo a exprimir las naranjas.

-Mi madre- contestó-, a las 5 me viene a buscar, debo ir a hacer no sé qué cosa- respondió poniendo los ojos en blanco. Miró al chico a su lado y lo abrazó por la cintura-. Yo quería quedarme contigo.

-Mañana nos vamos a ver en la escuela- dijo Keith pasando el jugo a una jarra.

-Falta mucho para eso- contestó, haciendo puchero.

Keith contuvo una sonrisa.

-No hagas esa cara- comenzó a caminar hacia él y dejó un beso en sus labios, recibiendo una sonrisa-. ¿Mejor?

Lance fingió pensar.

-Mmm... Aún no, ¿me das más?- preguntó juguetón.

Keith sonrió, dejando la jarra en la mesada y tomándolo por la cadera.

-¡Ahora serás atacado por mi lluvia de besos!- exclamó Keith, besándole toda la cara y el cuello.

Lance reía y jugaba con su pelo.

-Sí que se gustan ustedes dos, eh- dijeron desde la escalera-.  ¿Pueden ocultar un poco más su amor? Me empalagan.

Keith se separó y Lance rió.

-¿No estabas dormido?- preguntó Keith, volteando a verlo.

-Me despertaste cuando gritaste- contestó con obviedad el mayor. Keith frunció el ceño porque no recordaba haber gritado-. Ahora vamos a comer, que me estoy muriendo de hambre.

Mullet 2 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora