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Al llegar a casa, Krolia se encontraba sentada en uno de los sillones, leyendo un libro con la luz del velador encima. Se veía muy tranquila, acompañada de la casa sumida en un intenso silencio.

Keith cerró la puerta y ella se volteó a verlo entrar, seguía sonrojado, y ella lo notó, por lo que, dejando el libro a un lado y sonriendo, le dijo:

-Lance es lindo, ¿verdad?

Keith se puso más rojo aún. Ella se levantó del sillón y se acercó al menor.

-¿Cómo sabes sobre él?- contestó Keith sacándose el gorro y la chaqueta, colgándolos en una percha al lado de la puerta, ignorando la pregunta y la sonrisa pícara de su madre.

-Alguien llamado Shiro me contó un poco más sobre él, además de lo que ya sabía de tu sueño- dijo parándose frente a su hijo. Acarició su cabello con cariño y él la miró de soslayo -. Tengo dos hijos galanes- comentó suspirando.

Keith chasqueó la lengua molesto, y la mujer rio.

-¿Dónde está Shiro?- dijo Keith para cambiar de tema.

-A Shiro también le fue muy bien hoy, ¿sabes? Conoció a una chica, se llama...

-¿Dónde está Shiro?- repitió Keith.

Krolia frunció el ceño por la interrupción.

-En su cuarto, ¿pasa algo?- dijo extrañada.

No recibió una respuesta de Keith, mas escuchó pasos acelerados subiendo la escalera.

Keith corrió a su habitación, abrió la puerta y la cerró recargando su espalda. Prendió la luz con ayuda del interruptor, viendo cómo un bulto en la cama de su hermano se encogía.

-¿Shiro? ¿Estás despierto?- susurró Keith acercándose a su cama.

Escuchó un pequeño sonido desde abajo de las sábanas. Después se asomó la cabeza bicolor de su hermano.

-Estoy despierto, ¿cómo te fue en tu cita?- contestó incorporándose y encendiendo el velador de su mesita de noche.

Keith apagó la luz del techo.

-Primero cuéntame tú, galán- respondió en broma, yendo a su cama y sentándose para sacarse las zapatillas.

-Bien- contestó Shiro, haciendo memoria -. La llevé a comer pizza porque nos quedaba cerca, pero ahora sé que no debo llevarla a comer a un lugar así nunca más. Me dijo que, como es italiana, vive comiendo variedades de pizzas por culpa de sus padre para "mantener la tradición Holt"- dijo, haciendo comillas con los dedos -, y que ya está harta, así que cambiamos de lugar y fuimos a comer a un restaurante más normal, aunque era especializado en carne. Eso si le gustó, a mí también, estaba muy rico todo. Nos conocimos un poco en la cena y luego fuimos por helados, y, como de costumbre, se me cayó la mitad del helado en la camiseta y tuve que sacármela. Agradezco que hacía calor, pero ella tuvo una reacción... interesante- dijo, sonriendo como estúpido, cosa que no pasó desapercibida para el menor -, ¡le comenzó a sangrar la nariz y no dejaba de verme!- exclamó y soltó una carcajada. Keith rio bajito, imaginándose la escena -. Keith, ¿acaso tan marcado estoy?- preguntó frunciendo el ceño y rascándose la nuca.

Keith volvió a reír.

-Aunque no lo creas, estás muy marcado- dijo, alargando la u. Se encogió de hombros -, por eso ella reaccionó así, es obvio, hermano.

Shiro se quedó mirando al vacío, sonriendo con un leve rubor en las mejillas.

-Ahora cuéntame tú- dijo saliendo de su trance, apoyándose en su codo y tapándose hasta la cadera.

Keith sonrió inconscientemente al pensar en Lance.

Se puso se pie y comenzó a caminar por la habitación, siendo seguido por los ojos de Shiro.

-Bien, para empezar, Lance quería llevarme a comer al Je'taime pero yo le dije que no porque es un lugar muy caro y, además, era para enamorados, así que fuimos a un restaurante de pastas. Ambos pedimos spaghettis, pero el mesero nos dijo que las porciones eran muy grandes, así que con Lance decidimos compartir un plato. En una parte, cuando comenzamos a comer, yo tenía fideos en el tenedor pero no salían, así que me los puse en la boca y comencé a tirar, pero ¡a que no sabes qué pasó!- exclamó metido en su mundo, dando vueltas por la habitación. Su hermano rio pero no lo notó-. ¡Gran sorpresa me llevé cuando me di cuenta de que estaba besando a Lance!- se sacó la remera y la tiró al suelo -. Luego de más de 1000 disculpas, fuimos a tomar un helado -miró a su hermano-. ¿Puedes creer que sabía mi gusto favorito? No sé cómo porque tampoco me dijo, ¡encima el maldito no me dejó pagar nada!- sacudió su cabello con sus manos. Su hermano volvió a reír entretenido -. Después de todo eso, me volvió a besar- dijo, soltando un suspiro-. A decir verdad, tiene unos labios muy suaves, ¡no pude separarme hasta que me quedé sin aire!-finalizó y se volteó a ver a su hermano, quien seguía llorando de la risa. Frunció el ceño -. ¿De qué te ríes?

-Es su primera cita, ¿y ya se besaron?- contestó secándose las lágrimas-. ¡Ni yo llegué tan lejos!

-Sabia opinión, hermano- respondió sarcástico, rodando los ojos, y se tiró en la cama.

Shiro rio de nuevo, viendo cómo el menor se acomodaba y se tapaba hasta la cabeza, dándole la espalda.

-Descansa, Romeo- canturreó el mayor, apagando la luz del velador, dejando a ambos sumidos en el silencio y la oscuridad, quedándose completamente dormidos.

Mullet 2 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora