Capítulo 35 - Entrégate.

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Natalia Prov:

Fui al baño y cuando vuelvo me encuentro con un idiota besando a Makis en la mejilla, ella le sonríe y a mí me empieza a hervir la sangre, es casi por inercia que me acerco a ella para pedirle hablar, pero lo único que consigo es agarrarla de la mano caminando embravecida entre el mar de gente empujando a todo el mundo, hasta que diviso el cuarto de Juancho, solo la arrastro dentro y cierro la puerta, intenta hablarme, pero ya no estoy razonando, solo me desprendo del cinturón y le amarro las manos, no quiero que esta vez se me escape, se me ha escapado por mucho tiempo y la verdad es que su vestido me dejó tonta.

-No te voy a soltar, estoy jodida de los celos y tú le sonríes con cara de bobo a ese estúpido, pero no te pienso dejar escapar, ahora mismo pienso dejártelo claro – le digo antes de besar sus labios con fuerza, de inmediato llevo mi mano a su muslo para subirla en contra de mi cadera, la empiezo a acariciar con vehemencia, con maldad empiezo a pasar las uñas por su pierna, la siento temblar mientras suelta un jadeo separándose lentamente de mis labios.

-¿Qué... qué? – Tartamudea, la tomo de los muslos y la alzo para poder llevarla a la cama, caigo sobre ella y empiezo a besar su cuello, mientras mis manos vagan por su cuerpo trazando su figura, voy haciendo un camino de besos y mordidas en dirección a su pecho, mi abrigo ya me está sofocando así que me separo un pode de ella y lo lanzo lejos – Natalia... deberíamos... parar.

-¿Por qué deberíamos? – le pregunto sonriendo con malicia, el vestido se le subió así que me inclino a besar desde a rodilla hasta su cadera, ella solo tiembla ante mi tacto y jadea con fuerza.

-Porque... porque aún... te estás... recuperando – muerdo el hueso de su cadera y se le escapa un sonoro gemido que me confirma que lo disfruta.

-Tú sabes que ya estoy bien, además no te estoy pidiendo permiso para hacer todo lo que quiero hacerte – me vuelvo a recostar sobre ella para alcanzar sus labios y empiezo a acariciar sus labios con mi lengua, ella solo me da paso, nuestras lenguas empiezan con una pelea campal, se está entregando a mí, está queriendo ser mía de nuevo – Sólo entrégate Makis, entrégate a mí – ella me mira con ojos intensos.

-Es que tú no sabes que yo ya estoy completamente entregada a ti – me dice ella en un susurro, vuelve a alcanzar mis labios, lentamente empiezo a subir su vestido hasta que lo quito completamente de su cuerpo, como sigue con las manos apresadas el vestido queda deteniendo aún más sus brazos, los dejo fijos en sus cabeza, verla en ropa interior me deja en blanco, beso su vientre hasta que llego al borde de su sujetador, me doy el gusto de verla desesperada por no poder moverse libremente, está completamente sonrojada y unas pequeñas gotas de sudor caen por su frente.

-¿Qué pasa Makis? – le pregunto con malicia, beso sus pechos por sobre el sujetador.

-Nati, suéltame, esto no se vale – me dice soltando un gemido.

-No mi amor, no te soltaré, quiero verte temblar, quiero verte sucumbir – le digo deshaciéndome de su sujetador, sin ninguna compasión toco uno de sus pechos mientras el otro lo beso con entrega, me doy el gusto de morder su pezón, la veo intentar ahogar los gemidos pero aun así se le escapan, empiezo a jugar con el elástico de su ropa interior, la tomo con los dientes y la deslizo por sus piernas, ella por instinto intenta cerrar las piernas, pero con una mano lo impido, Makis me ve con los ojos perdidos en pasión – No hagas trampa bebé, sabes que eso no se hace – alguien toca la puerta, Makis se pone tensa.

-Nati para – me dice intentando hablar lo más bajo posible, pero los jadeos no lo permite, le niego con la cabeza, le sonrío con malicia mientras que mi mano sube lentamente por su muslo, mantengo sus piernas separadas con mis rodillas, lentamente empiezo a masajear su punto débil con maldad, la veo morderse la mano intentando acallar los gemidos, con delicadeza la penetro con dos dedos, empiezo con movimientos lentos, verla temblar me saca el corazón del pecho, ella me mira suplicante, así que acelero mis movimientos y me aproximo a besarla , ella me besa con fuerza, siento que colapsa bajo mi cuerpo , la veo temblar y suelta su gemido de culminación, lentamente retiro mis dedos de ella, pero no me separo de ella, beso su cuello con fuerza, dejando una evidente marca roja – Eres mala.

-No es mala, solo quería recordarte que eres mía y que no quiero a ese idiota cerca de ti.

-¿Estás celosa? – me pregunta soltando jadeos, aún no recupera el aliento.

-Estoy hirviendo en celos, pero ahora me quedo más tranquila – ella me extiende las manos para que se las desanude, le quito las amarras, yo le paso su ropa interior, ella se la pone y me sigue mirando detenidamente, siento su vista fija en mi trasero cuando me agacho a buscar mi abrigo, cuando me estoy parando ella me toma de la cintura y me deja pegada a la pared, empieza a besar mi hombro mientras que su mano me aprieta fuertemente una nalga.

-Pero eso no se hace, te juro que me voy a vengar – me dice con la voz cargada de deseo, pero los fuertes golpes de nuevo interrumpen todo.

-MAKIS Y NATALIA SALGAN DE ESA HABITACIÓN QUE YA ME MEO – escucho a Juli del otro lado, Makis se pone la ropa rápidamente, le abro a puerta y Juli pasa derecho al baño, cuando sale nos mira feo – Casi me orino por su culpa, par de descaradas.

-Cállate Yuri – le digo intentando bajar el sonrojo horrible que me atraparan en pleno secuestro de Makis.

-Oye Makis, deberías cubrirte un poco, digo que tienes un par de manchas en el cuello que no se ven muy lindas – le dice y se va muy tranquila, carajo, ahora si me manta.

-¿QUÉ? – me grita en la cara, me mira con una mezcla entre malicia y deseo, toma mi nuca con fuerza y estrella sus labios con ferocidad contra mí cuello, siento que me tiembla el alma, se me remueve todo – Esta me las cobro Afanador.

-Pero si solo fue una bromita – le digo tratando de aplacar su bravura, ella se me acerca con total malicia, toma mi cintura y acerca sus labios hasta rozar los míos.

-Una bromita que te saldrá cara, porque te juro que me las cobrare cuando menos te lo esperes - me deja un suave beso, cuando se separa de mí me sonríe – Recuerda que la venganza es dulce mi amor.

Se va dejándome helada, he provocado al diablo, ahora si estoy perdida, me hará pagar caro esta pequeña bromita, lo peor es que sé que se le ocurren las peores ideas, estoy segura que me hará pagar con creces.

N/A:

¿Hago el capítulo de la venganza de Makis?

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora