Capítulo 5 - Abejas Asesinas.

934 49 2
                                    

Natalia Prov:

No sé en qué momento me empezó a faltar el aire, lo único que tenía claro era que no podía dejarme nada guardado, que quizás fuera la última vez que tendríamos la oportunidad de hablar frente a frente sin ponernos una máscara en el medio, el problema fué que cuando quise parar ya no podía respirar, la garganta se me cerró por completo y ya no ingresaba aire a mis pulmones, las piernas me flaquearon y caí de rodillas al suelo intentando desesperadamente poder respirar, Makis me pedía que la mirara, pero ya no podía, mi vista se nublo y sentí que perdía el conocimiento hasta que sentí los labios de ella sobre los míos, en unos momentos mi respiración fue bajando de nivel y la visión volvió a mí, los ojos se me abrieron desmesuradamente cuando la vi cerrar los ojos poco a poco, no pude resistir el poner mi mano en su mejilla y cerrar mis ojos para entregarme al beso, muevo mis labios sobre los de ella reteniéndola, no quiero que se aparte de mí, pero al parecer ella no tiene esa intención porque tira ligeramente de mi labio para poder introducir su lengua, la tomo de la nuca profundizando aún más el beso, recordando las mariposas en el estómago que siempre me produjo Makis, no, esas no eran mariposas, más bien eran abejas asesinas retorciéndose en mi interior con cada segundo que nuestros labios estaban en contacto, ese momento mágico debe acabar porque ya no es un ataque de pánico que me está quitando el oxigeno, es Makis, con ese beso necesitado y tierno, separamos nuestros labios, pero no terminamos de separarnos por completo, siento su respiración agitada sobre mi rostro en todo momento.

-¿Cómo supiste que hacer? – le digo casi con un hilo de voz, tengo miedo de que al hablar más fuerte ella se espante o termine huyendo, ella no aparta sus ojos de mis labios.

-Recordé que en tu último ataque de pánico logré que te serenaras así – me dice con el mismo tono de voz que utilicé yo.

-Gracias – le digo sintiendo que el llanto vuelve a agolparse en mis ojos, la veo ponerse de pie para poner distancia.

-¿Desde cuándo volvieron? – me pregunta con severidad, no es seca conmigo, pero tampoco parece contenta, saber que está brava aún me intimida, la verdad es que ella siempre me intimida.

-No importa – le digo volviendo a sentarme al sofá grande, ya mi respiración se está regulando, pero aún me queda ese horrible ardor en el pecho.

-SI IMPORTA DEMONIOS – está brava y aún no sé porque, se sienta arrodilla al lado mío en el sofá tomándome la cara con fuerza para evitar que rehúya a su mirada – DIME ¿DESDE CÚANDO VOLVIERON? ¿ALGUIEN MÁS SABE TODO ESTO? ¿ALGUIEN SABE QUE VOLVIERON?

-No, nadie sabe, volvieron desde que me enteré que te fuiste, Juli se convirtió en un gran apoyo pero jamás le dije que habían vuelto, menos a mis padres, no había vuelto a tener uno de tal magnitud – le digo intentando retirar sus manos de mi cara, pero ella me tiene tomada con tal fuerza que no lo logro.

-¿ESTÁS TONTA? – me sigue gritando y no entiendo porque la magnitud de su enojo conmigo, no entiendo por qué tanta furia ahora.

-Makis, no me digas así – le digo ya con la voz quebrada nuevamente -¿Por qué estás tan brava?

-Es que sigues igual de testaruda, no puedo creer que seas tan irresponsable y que no le digas a nadie sobre esto, te puede pasar algo malo, te puedes dañar si alguien no sabe cómo reaccionar, mínimo creo que deberías preocuparte por tu salud – me dice con el ceño fruncido, esto ya me superó, ya me terminó por sacar de mis casillas y tirar al suelo toda mi estabilidad emocional.

-¿QUÉ TE IMPORTA A Tí MI SALUD? CREO QUE YA TIENES DE QUIEN PREOCUPARTE Y NO SOY PRECISAMENTE YO, ESO ME LO HAS DEJADO CLARO EN TODO MOMENTO – le termino por gritar, ya no la puedo ver, verla significa seguir recordando que el más grande amor de mi vida se me fue entre los dedos y ya no puedo hacer nada por retenerla, ya no puedo recuperarla, porque sus besos y sus suspiros tienen otro nombre, siento el impacto de un cristal haciéndose añicos, pero no tengo el valor de levantar la cabeza para que ver fue.

- LO MISMO PIENSO YO, QUE NO ME DEBERÍA IMPORTAR SI ESTÁS HECHA MIERDA BAJO DE UN PUENTE, PERO COMO SOY UNA ESTUPIDA ME SIGUE IMPORTANDO – la siento gritar sobre mi cabeza, es ahí cuando saco el valor de donde ya no me queda para levantar la vista y poder mirarla, tiene los ojos encendidos, pero ya no hay solo furia en ellos, ahora se ve algo más que no puedo decifrar, en el fondo del pasillo logro ver un vaso hecho añicos, el cual probablemente aventó en un arrebato de furia – SOY UNA IDIOTA QUE A PESAR DE TODO EL DAÑO QUE LE HICISTE TE SIGUE AMANDO, PORQUE SE SUPONE QUE TENDRÍA EL VALOR DE IRME CON MI CORAZÓN INTACTO, PERO ME ENTERO DE QUE TE VOLVIERON LOS ATAQUES DE PÁNICO, QUE NADIE SABE Y LO ÚNICO QUE PUEDO PENSAR ES QUE SI TE PASA ALGO ME MUERO, LO ÚNICO QUE ESTOY SINTIENDO SON TUS LABIOS SOBRE LOS MÍOS NUEVAMENTE – se aleja un poco y se toma el pelo con frustración, ya la veo dar vueltas de un lado para otro – YO NO DEBERÍA DESEAR BESARTE, YO DEBERÍA DESEAR A ISABEL, PERO TÚ INSISTES EN METERTE EN MI CABEZA Y VOLVER A ROBARME EL CORAZÓN, TÚ INSISTES EN HACERME DAÑO DE LA MANERA MÁS RUIN, DE LA MANERA MÁS BAJA, ME HICISTE RECORDAR PORQUE ES QUE TE SIGO AMANDO Y QUE ELLA NO ES TÚ.

¿Dijo que me sigue amando? Si, dijo que me sigue amando, así que me pongo de pie de la manera más decidida que puedo para poder plantarme frente a ella, tomar su cintura con fuerza y hacerla chocar contra mí, ella baja la mirada, pero me niego a que su confesión pase por alto, tomo con firmeza su mentón y la hago levantar la vista, ahí es donde choco mis labios con los de ella con una fuerza atroz, intenta separarse, pero tomo su nuca y la vuelvo a empujar hacia mí, se rinde al beso, lo sé, porque sus manos se cierran en mi nuca desordenando mi cabello, regresándome el beso con la misma fuerza, con el mismo deseo, con la misma añoranza. Siento que su tacto me quema, aún sobre la ropa, los besos ya no me parecen suficiente, así que bajo lentamente mis manos por su espalda, pasando por su trasero y tomando sus muslos con fuerza para levantarla y sentarla en la mesa del living, termino por arrancar su chaqueta para poder bajar con delicados besos por su cuello, ella suspira pesadamente, cuando llego con los besos al centro de su pecho ella me empuja con fuerza y se baja de la mesa.

-No, no puedo hacerle esto a Isabel, no se lo merece – dice e intenta irse, pero no puedo permitir que siga negando sus sentimientos, corro tras ella y la alcanzo antes de que cierre la puerta, vuelve a estar acorralada, vuelve a no tener escapatoria.

-No, ella no se merece que la engañes, no merece que le digas que la amas cuando es mentira – le digo pegando mi frente a la de ella – Y tú no te mereces ser infeliz con alguien que de verdad no amas, Makis, deja de huir, deja de engañarte con simples placebos, deja de negar tus verdaderos sentimientos, intentemos arreglar todo, intentemos arreglar algo que aún no está roto, algo que aún está vivo, intentemos amarnos como nos merecemos ¿Qué dices?

-Yo...-sé que está vacilando, así que decido darle un incentivo, bajo aún más mi cabeza hasta que nuestros labios se rosan.

-¿Cuál será tu respuesta María Cristina? – le digo en apenas un susurro, sé que en su mente hay una lucha, pero yo tengo la mía propia, luchar como sea por el amor de Makis.

N/A:
Sé que dije que todos los lunes habría un capítulo de esta y otra historia más, pero la verdad es que estoy fatal, todo el día intenté escribir esto y al final salió como salió porque no aguanto más, lo siento, pero por hoy no habrá más capítulo que este y mañana todo depende de cómo me encuentre, espero que comprendan, adiosito.

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora