¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]

Capítulo 37 - Fui yo.

Natalia Prov:

No podía dejar de besarla, no puedo negar que su pequeña broma me dejó un poco subida de tono, pero estos besos, este beso demuestra solo ternura, amor, agradecimiento, que es todo lo que me provoca Makis, solo la abrazo con fuerza de la cintura para poder tenerla lo más cerca de mi posible, muevo mis labios con delicadeza sobre los de ella, pero una voz nos saca de nuestro pequeño mundo.

- ¿Makis? – nos separamos, pero Makis de inmediato cierra los ojos con fuerza, yo me doy vuelta y veo la mirada encendida de Isabel, su exnovia, siento que sus ojos me atraviesan en un instante, es como si me quisiera matar y no dudo que así sea - ¿Qué haces con este pedazo de mierda?

-Cállate – le digo apoyando mis manos con fuerza en el lavamanos, no quiero que esta chica vuelva a ser un problema entre Makis y yo.

- ¿Se está aprovechando de ti Makis? – dice entrando al baño, parece que viene con la mejor pose de heroína a salvar a la pequeña damisela en peligro, es como si hubiese venido directo a nosotras.

-Isabel, no le faltes el respeto a Natalia, con ella no, además no te metas con mi novia – le dice Makis haciéndome a un lado para poder bajarse del lavamanos, de inmediato se pone frente a mí, es como si tuviera miedo de que Isabel pudiera hacerme algo.

- ¿Tu novia? – pregunta esta incrédula, de inmediato sus ojos se centran con furia en mí, de inmediato tomo a Makis de la cintura y la acerco, esto con la intención de que si esta loca intenta hacer algo poder proteger a Makis

-Si, soy su novia, ahora ¿Te puedes salir de acá? Interrumpiste una conversación importante – le digo de mala gana, solo me doy en el gusto de restregarle en la cara que pude recuperar a Makis, que a pesar de todo nuestro amor sigue vivo, que ella no nos ganará.

- ¿De verdad puedes querer a este pedazo de mierda María Cristina? ¿Pero qué demonios te pasa? ¿No recuerdas todo el daño que te hizo? ¿Qué no recuerdas como te conocí? ¿Cómo estabas cuando empezamos? Porque yo si me acuerdo, estabas destruida, no confiabas en nadie más allá de ese par de amigas inútiles que tienes que no son capaces de protegerte, recuerdo que te tuve que recoger del suelo y pararte porque no podías sola, porque fue ella la que te destruyó el corazón, por Dios Makis, ¡YO NO HICE TODO ESTO PARA QUE VOLVIERAS A CAER EN SUS BRAZOS! -le grita ya perdiendo completamente la razón, se nota que la dominó la rabia, parece un león dispuesto a saltar hacia su presa, lo que no sé es si la presa es Makis o soy yo.

- ¿Qué se supone que hiciste para que no cayera en sus brazos? – dice Makis, de inmediato se suelta de mi agarre y camina embravecida hacia su exnovia, la toma del brazo y la hace chocar contra la pared, se nota que las facciones de Makis están transformadas por el enojo, creo que sospecha algo, por eso es que está completamente furiosa.

-Makis, cálmate, solo lo está haciendo para provocarte, no caigas ,mejo vámonos de acá – le digo poniendo mi mano en su hombro, pero ni eso logra aplacar la furia incesante de Makis, así que decido ablandar su corazón de otra manera – Por favor amor, no dejes que ella te provoque, piensa en mí, piensa en nosotros, cualquier cosa que hiciera no logró separarnos, no le des importancia – de inmediato siento que el agarre de Makis en el brazo de esa víbora cede de a poco, hasta que ya está tomando distancia, le tomo la mano para salir del baño, pero esa idiota vuelve a abrir la boca, dejándome completamente destruida.

- ¿De verdad eres tan ciega para darte cuenta de todo? – pregunta acercándose a nuestras espaldas – Fui yo la que las mantuvo separas después de que el pedazo de mierda salió del hospital, fue fácil contactar a sus padres para convencerlos de que Makis era lo peor que le podía pasar a su hija, me vas a decir que nunca sospechaste de mi cuando abusaron de esta escoria en ese frío y oscuro callejón, porque si, fui yo, me aproveché de un pobre chico enamorado de un cuerpo para hacer que te despreciaras, hacer que por fin te vieras como la mierda que eres Afanador, pero no te rindes, hice tanto para separarlas en un principio, te hubieras ahorrado tanto sufrimiento si hubieras hecho caso a la primera advertencia de que Makis jamás fue tuya y jamás lo será – dice Isabel mirándome fijamente, no puedo evitar sentir que mi corazón se remece por la rabia y la impotencia, después de todo gracias a ella sufrí penurias inmensas, pero no puedo negar que me dio el valor para amar incondicionalmente, me dio la oportunidad de tener un bebé dentro de mí, pero hay algo que me intriga de todo lo que dijo esta deschavetada.

- ¿A qué primera advertencia te refieres? – le pregunto, veo que Makis tiene los puños apretados, a estas alturas rechina hasta los dientes, así que tomo levemente su cintura para calmarla.

-Todo lo malo que pasó fue tu culpa, todo fue tu culpa – dice Makis arrastrando las palabras, creo que ni siquiera se da cuenta de que las lágrimas le empezaron a salir.

-Si Makis, todo fue mi culpa ¿Recuerdas la infidelidad que rompió su relación? – pregunta acercándose levemente hacia nosotras, Makis tiembla, pero tiembla de coraje – Yo fui la que le dio las drogas a David, pobre chico enamorado, estaba tan ebrio cuando lo vi, solo faltó un poco de persuasión para convencerlo de que todavía lo amabas, de que le pertenecías, es por eso que no te acuerdas de la verdad y él tampoco te pudo dar respuesta, porque estaba borracho y tú drogada, intenté tenerte por las buenas Makis, pero tuve que hacer todas estas cosas para que miraras, después de todo, esto es culpa tuya Makis, tú culpa por no querer ver quien te ama de verdad – termina de decir con una sonrisa suficiente, esta vez la rabia vuelve a recorrer mi cuerpo.

-Hija de puta – sale en un susurro de mis labios, es inconsciente que suelto a Makis para poder secar las lágrimas que se me salen, ella aprovecha eso y el estado de estupefacción de Makis para tomarla de la muñeca e intentar arrastrarla – Déjala.

-No es no hija de puta – grita Makis y la empuja con fuerza haciéndola caer, ahí me lanzo a abrazarla, pero una fuerte embestida me lanza contra los lavamanos, me doy duro en la cabeza, de inmediato siento que la vista se me nubla, pero es Makis quien se está llevando la peor parte, esa tipa ciega de celos y de rabia la está estrangulando, es en vano que intento ayudarla, porque el mareo y la vista nublada no ceden.

-SUELTAME – la escucho gritar, es un grito ahogado, en ese momento recuerdo el marcado rápido de mi celular, así que lo tomo y le marco a Juli quien contesta de inmediato.

Juli:

Nati ¿Dónde están?

Natalia:

Juliana escúchame, ven al baño, te necesito, me van a matar a Makis.

-SI NO ERES MÍA NO ERES DE NADIE, MENOS DE ESTE PEDAZO DE MIERDA – grita Isabel justo antes de que corte la llamada, escucho jadear a Makis casi sin fuerza, me están matando a mi Makis, así que como puedo me pongo de pie de intentar sacar a esa bestia furiosa de sobre Makis, pero no resulta en los más mínimo, por lo menos logro que le de un respiro mientras ella me volvía a empujar para alejarme, son unos segundo en los que escucho a Makis tomar grandes bocanadas de aire, maldita sea, me di muy duro en la cabeza, tanto así que con suerte logro ver porque todo a mi alrededor se mueve- Espero que tengas un lindo viaje al infierno.

Lo siguiente que veo es unas manchas moverse con gran facilidad y los gritos de Juli y Cami, Olga me tiene tomada de la cabeza, al parecer el golpe fue fuerte porque me sale algo de sangre.

-CAMILA LLAMA UNA AMBULANCIA, MAKIS APENAS RESPIRA, SE ESTÁ AHOGANDO – escucho a Juli, no puede ser, no Makis, no ahora que estamos bien, si esa tipa lo hizo juro que yo misma la mato, yo misma la asesinaré.

N/A:

Uno, escuchen la canción, me pareció una genialidad con respecto a los tiempos que vivimos, sobre todo por todo lo que está pasando en el mundo y la violencia de genero.

Punto dos, subiré capitulo hoy de todas las historias que pidieron (MAKIA, OLKIS, JUMILA Y NAVE), si me queda tiempo sigo subiendo más.

Tercer punto ¿Qué mierda? Ayer cuando me morí iba en 4K, ahora va en 4.1, no se si quererlos o sentirme presionada en el buen sentido de la palabra, para que no se me agoten las ideas.