¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]

Capítulo 46 - Cásate conmigo + PEQUEÑO ADELANTO.

Natalia Prov:

No sé cómo describir a la Makis que llegó al departamento, para empezar, cuando me di cuenta que no estaba de inmediato supe que había ido a donde Isabel la había citado, me sentí furiosa y asustada, no sabía lo que ke podía pasar estando con una tipa tan peligrosa, la llamé y no me contestó, eso solo hizo aumentar mis nervios al punto de levantarme con las intenciones de ir a buscarla, cuando la vi abrir la puerta de inmediato se me vinieron las mil y un formas de decirle que no era agradable despertar sola en la cama donde se supone que también debería estar su amor, pero todo se fue al demonio cuando sus labios atacaron los míos con fuerza, succionaba con vehemencia mi labio inferior para después introducir con furia su lengua en mi boca, se me terminó por escapar un gemido ahogado por la necesidad de su beso, cuando nos separamos ella me mira con dolor.

-Tenemos que hablar – esas palabras nunca son buenas dentro de una relación y mucho menos si ves al amor de tu vida empezando a llorar de manera silenciosa.

-Makis, mi amor ¿Qué pasó? ¿Ella te hizo algo? – le pregunto tomando sus mejillas y empezando a limpiar sus lágrimas con delicadeza, cada vez que limpiaba una dejaba un beso en sus labios, de esta manera ahogaba el leve hipo que causaban sus sollozos.

-Ella nos tiene en su poder, Nati, ella es nuestra dueña y no nos quiere juntas – me suelta, pero yo no entiendo nada, necesito que me explique con más calma todo.

-Mi amor, respira, necesito que me cuentes con más calma todo lo que pasó, no te estoy entendiendo y si quiero ayudarte necesito entenderte – le digo empezando a acomodarme en la cama mientras la atraigo aferrándome a ella por la cintura, siento que poco a poco se va relajando, su respiración se va regularizando, solo la abrazo con más fuerza para invitarla a hablar.

-La firma discográfica que está a cargo de Ventino, Isabel es la dueña, al parecer es de su familia y ahora ella tomó parte de esto, una vez me comentó que su familia tenía algo que ver con la música, ninguna se dio cuenta que dentro del contrato había una cláusula, una muy específica, Nati, según esa cláusula nosotras no podemos estar juntas, dice explícitamente que quedan prohibidos los noviazgos dentro de la agrupación, el hecho de tener una relación va contra el contrato que firmamos – me dice empezando a levantar la cabeza para mirarme fijamente, el corazón me está latiendo a mil por hora.

- ¿Esto qué significa? – le pregunto con la boca seca, ella vuelve a dejar caer unas cuantas lágrimas, no suelto su cintura, quiero mantenerla lo más cerca de mi posible.

-Que si seguimos juntas nos tiramos a Ventino y además tendríamos que pagar una buena suma de dinero por incumplimiento de contrato – me dice volviendo a llorar con fuerza, en ese momento estoy en blanco, no encuentro palabras ni soluciones, en este momento soy un ser inútil – Perdóname amor, todo lo malo que nos pasa es por mi culpa, por creer en Isabel, en esa persona loca, de verdad perdóname – escucharla tan desesperada me hace recordar algo que dijo.

-Makis, mi amor, el contrato ¿Decía específicamente noviazgos? ¿Especificaba algún otro tipo de relación? – le pregunto formulando una muy buena idea en mi cabeza, solo falta que Makis me la apruebe y bueno que sea viable con las condiciones del contrato.

-Si, solo especificaba noviazgos, cuando lo leí decía que era a modo de protección para la agrupación, evitando rupturas que afectaran nuestro desempeño ¿Por qué? – me pregunta frunciendo el ceño, a medida que la escucho hablar no puedo evitar que la sonrisa se me ensanche mucho más de lo que ya la tenía.

-Tengo una idea loca ¿Me sigues? – le pregunto lo más apresurada posible, ella me mira con desconfianza por unos momentos para después contestarme.

-Dependiendo si esa idea loca se puede hacer y si no implica matar a nadie – me responde, sin dudarlo voy a un joyero donde guardo todos mis accesorios, ahí encuentro unos anillos que me regaló mi papá para mi confirmación, eran un par, uno para cada mano, cuando los tengo en mis manos me arrodillo frente a Makis.