Capítulo 45 - Es mi culpa.

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Makis Prov:

No puedo negar que iba nerviosa, no sabía lo que podía querer Isabel o lo que estuviera planeando, eran cerca de las 3 de la madrigada y quizás iba de cabeza a las fauces del lobo, donde solo me harían sucumbir frente al miedo y a las amenazas, aunque esto fuera así no importaba, todo era por mantener a salvo a Natalia, era por mantener a salvo a mi amor.

-Señorita, no es por entrometerme, pero este barrio es muy peligroso, está segura de que quiere ir ahí sola – me dice el conductor con un deje de miedo en su timbre de voz.

-No se preocupe caballero, alguien me está esperando, estoy segura de que no serán más que unos cuantos minutos y volveré a mi apartamento – le digo intentando darle confianza, la verdad es que me estoy muriendo por dentro, pero no puedo demostrar miedo frente a un desconocido.

-Si quiere la espero, eso no corre por la carrera, pero de verdad señorita tenga cuidado al bajarse, no exagero cuando le digo que es peligroso – me dice él antes de estacionar el carro frente a un edificio gris.

-No se preocupe de verdad, no me pasara nada – le digo, dándole el dinero correspondiente al viaje – Muchas gracias – le digo antes de bajarme, de inmediato empiezo a subir, sé que es el último piso donde tengo que ir, ahí me espera la mujer más vil con la que me podía encontrar en mi corta vida, hay una oficina en este, al parecer es la única, me llama la atención que la oficina esté al nombre del sello discográfico con el que firmamos hace un tiempo.

-Piensas quedarte husmeando tras la puerta o vas a entrar María Cristina – escucho que me dice esa mujer desde el otro lado de la puerta, abro delicadamente, aún con algo de miedo, pero solo me encuentro con ella de pie frente a un escritorio, apoyada con aires totalmente despreocupados, mirándome como si fuera una presa que se quiere comer.

- ¿Qué quieres? - le pregunto dando un paso hacia dentro, de inmediato siento la puerta cerrarse en un sonido sordo, dejando también a la vista un hombre de porte colosal, ahí comprendo que quizás fue mejor escuchar a Natalia, a las chicas, porque de aquí no salgo viva.

-Primero que nada, Makis, se saluda – dice ella sonriendo de manera socarrona, sonrisa que me encantaría sacarle de un puñete.

-Hola ¿Qué quieres? – le vuelvo a decir, ella suelta una carcajada sin gracia al viento, después vuelve a mirarme con los ojos encendidos, es como si tuviera llamas vivas en ellos las cuales luchaban por alcanzarme.

-Te quiero a ti Makis ¿Qué no entiendes? Tú siempre debiste ser mía, Natalia, ella nunca te valoró, yo si, te amé siempre sin importar nada, lo que pido es lo justo, lo que pido es que me quieras como yo te quiero a ti, quiero que me des un mínimo de amor – me dice ella parándose completamente, haciendo el intento de caminar hacia mí.

-Detente, Isabel, no te puedo querer porque amo a Natalia, te quise, te quise mucho, pero no te puedo querer después de todo lo que le hiciste a Natalia, no fue justo y nunca lo será, fue mi culpa por haberme entregado a una persona que lo único que quería era hacer mal – le digo tratando de hacerle frente, intentando que su maldita seguridad no me coma, para que no me coma el miedo.

-Es que yo solo lo hice por ti, sabía que ella te haría sufrir, era cosa de tiempo, yo solo adelanté el proceso, solo te hice ver lo que iba a pasar, después de todo ella te engaño, yo solo contribuí, pero ella fue la que se acostó con su ex – me dice empezando a caminar, quiero salir corriendo, quiero que desaparezca de mi vida y que no haga más daño del que ya hizo.

-Ella no me hizo nada, al final tu plan terminó por joderse, Natalia nunca me engañó, jamás pasó nada con David, fueron palabras de su misma boca, así que por favor déjate de joder, haz tu vida, sé feliz, busca a una persona que te quiera, que te ayude con toda esa mierda que tienes en la cabeza, pero por favor déjanos en paz, amo a Natalia y nada de lo que hagas podrá hacer que deje de amarla, nunca dejaré de amarla – le digo ya entregada a la frustración, no quiero que deje a Natalia como una vil puta, cuando en realidad ella nunca le hizo nada, la que tramó todo fue Isabel y yo como una idiota le creí, cuando en realidad debí haber confiado en el amor de mi vida, debí confiar siempre en Natalia.

-No puedo hacer que dejes que la ames, pero si puedo hacer que dejen de estar juntas – me dice ella tumbando todo lo que está sobre ese imponente escritorio, camina hacia mí para tomarme de la muñeca y dejarme presa entre el escritorio y su cuerpo.

- ¿Qué mierdas estás hablando? Por favor déjame, déjame vivir mi vida, ya decidiste mucho por mí y no dejaré que vuelvas a hacerme todo lo que ya me hiciste – le digo intentando zafarme de su agarre, pero no me suelta, me está desesperando tenerla cerca, en ese momento siento mi celular vibrar, pero es Isabel quien me lo arranca del bolsillo y me lo muestra con una sonrisa socarrona.

-Contesta mi amor, que sepa, que Natalia sepa que estás conmigo – me va a llegar una grande cuando vuelva al departamento, pero no pienso pelear con Natalia ahora y menos pienso exponerla a nada, así que simplemente apago el celular.

-No volverás a hacerle daño de ninguna manera, así que ahora déjame salir – le digo intentando empujarla para hacerla a un lado, pero ella se pone firme, en estos momentos es cuando odio ser pequeña, de verdad lo odio.

-Le haré daño, aunque tú no lo queras, porque ustedes no van a estar juntas, eso sobre mi cadáver – me dice acercando su mierda de rostro a mí, de verdad me es desagradable su maldito rostro, pero es que ya me está aburriendo todo esto.

-Tú no eres nadie para impedirnos estar juntas, entendiste, no eres nadie – le digo presa de la rabia, me quiero ir de acá, no quiero estar con ella, quiero estar abrazada a Natalia, mientras tanto ella me calma, me acaricia el cabello y me besa todo el rostro.

-Soy tu maldita jefa María Cristina, por lo tanto, hay puntos del contrato que pienso hacer cumplir – me dice ella tomando el único papel que no cayó cuando tiro todos los papeles al suelo.

- ¿Qué carajos dices? – la miro con todo el odio que puedo reunir en este momento, me está desesperando que hable con tanta seguridad, que piense que me tiene en su poder otra vez, por unos instantes pienso que la odio con todo mi ser.

-Según la cláusula 10 del contrato, nosotras manejamos las relaciones internas del grupo, por ende de este momento quedan prohibidos noviazgos dentro de este, su relación significa un incumplimiento al contrato – me dice con total seguridad, en ese momento se me cae el mundo a pedazos, ella me da un beso en la mejilla y luego se retira – Si yo no te tengo, tampoco ella te tendrá – me dice para irse dejándome sola nuevamente, en silencio tomo un Uber, me voy lo más rápido posible, apenas piso el departamento veo a Natalia, ella está dispuesta a reclamarme, está dispuesta a gritarme, pero no la dejaré, no dejaré que lo haga, solo sello sus labios en un beso abrasador, succiono su labio inferior con ahínco y muerdo su labio inferior con fuerza, mi lengua recorre su boca casi de manera desesperada, no me quiero separa de ella, pero mis pulmones piden en exceso un respiro, ya no puedo sostener más el beso, lentamente nos separamos.

- ¿Por qué fuiste? ¿Por qué te arriesgas? – me dice ella, tengo un nudo en la garganta, solo la abrazo con fuerza mientras que mis lágrimas corren, solo puedo decir con una voz lastimera.

-Tenemos que hablar...

N/A:

Lo siento mucho, es que literalmente me sacaron de mi casa a la rastra y acabo de llegar, les quedaré debiendo un capítulo de Jumila, que si o si va mañana sin falta.

Lo otro, a la historia le quedan exactamente 5 capítulos, no pienso hacer más porque sería mucha sufridera en una sola historia, sin querer empecé a trabajar en un nuevo proyecto que va bien avanzado, si les interesa podría publicar una especie de adelanto.

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora