Capítulo 15 - El corazón nunca miente.

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Makis Prov:
- No... No te atrevas... A irte... No te dejaré... Hacer... Una idiotez -la escucho decirme entre jadeos, su mano está aferrada a mi manga, despertó, no lo puedo creer, está despierta y yo como una idiota mirándola con la boca abierta, está cansada, es como si hubiera venido corriendo, María Cristina reacciona, la persona que amas acaba de despertar y tú no haces más que mirarla con la boca abierta - Espérame, voy a buscar al doctor.

Salgo corriendo al puesto de enfermeras, creo que llevamos tanto tiempo acá que ya nos tomaron cariño, apenas me ven corriendo agitada me miran preocupadas.

-¿Qué pasó linda? ¿Le pasó algo a Natalia? - cuando llego frente a ellas me detengo jadeando y les sonrío.

- Necesito al doctor, Natalia despertó, no entiendo, solo despertó de golpe, es como si me estuviera escuchando, despertó y me habló - les digo con una sonrisa, una de ellas de va corriendo a buscar al doctor, otra va donde mí y me abraza con fuerza, es la misma que estaba en recepción el primer día que llegamos acá.

- Te lo dije preciosa, ella no te iba a dejar, te dije que iba a despertar - en ese instante veo que viene el doctor corriendo.

-¿Es verdad? - yo solo afirmo, él me sonríe y me toma del brazo - Vamos, tengo que revisarla, nos dirigimos a la habitación, él entra y yo me quedo afuera, en unos minutos sale con una sonrisa plasmada en el rostro.

- Bueno Makis, esto es increíble, está despierta y solo con un leve deterioro en sus funciones, como los padres llegarán más tarde estás a cargo, le traerán comida, que se la coma toda, tiene que recuperar fuerzas y lo primero es que coma, si sigue así probablemente en tres días salga de acá, espera la comida y entras, bueno tendrá que seguir un tratamiento para recuperar completamente la movilidad de una de sus piernas, pero nada más, estás a cargo pequeña, ve por ella - dice el tocando mi hombro, me abraza con fuerza, era como una causa perdida pero se logró salvar, es un milagro, se va y a los 5 minutos llega una enfermera con una bandeja, me la entrega, tiene carne, patatas y pasta, además de una gelatina de postre, ella me abre la puerta y los ojos de Natalia de inmediato se clavan en los míos, le retiraron casi todos los tubos, lo único que queda es la intravenosa.

- Me dijeron que te debía dar de comer - le digo mostrándole la bandeja, ella me mira atentamente, está sonrojada, pero también se ve furiosa, pongo la bandeja en una mesita y le pasó los cubiertos, pero ella no los coge, suspiro con pesadez, me siento a su lado y le doy un trozo de carne - abre la boca o te lo meto a la fuerza.

- No quiero comer, tenemos que hablar - me dice ella muy bajito.

- Come y después hablamos todo lo que quieras - le digo volviendo a ofrecerle el trozo de carne.

- No - ya me hizo enojar, le tapo la nariz hasta que no le queda otra que respirar por la boca, ahí meto el trozo de carne, ella me mira con desaprobación.

- Come, después hablamos - ella resopla y me quita el tenedor, empieza a comer lentamente, en unos minutos ya no le queda nada en el plato, deja el tenedor y me mira con la ceja alzada - La gelatina.

- Pero Makis - dice ella mirándome con desespero, tomo una cuchara y se la paso.

- La gelatina dije, si no te comes todo no hablamos nada - ella resopla de mala gana, juega con ella y después me mira.

- Es de piña, no me gusta - dice con una sonrisa triunfal, yo la miro con los brazos cruzados.

- Es de limón y te encanta, come - le digo, ella vuelve a resoplar, en cuatro cucharadas se lo acaba y me lo muestra.

- ¿Ahora sí podemos hablar? - yo afirmo - ¿Por qué no me dijiste lo que había pasado entre nosotras esa noche que me fuiste a dejar borracha? ¿Qué es esa idiotez que te querías matar? ¿Por qué esperaste a que me estuviera muriendo para decirme que me amabas? - mierda me estaba escuchando.

-¿Me estabas escuchando? - le digo en un susurro.

-¿De verdad? ¿Es todo lo que me tienes que decir? Resulta que mi estado de brócoli no me daba la opción de darte en la cabeza, pero ahora ya no soy un brócoli y si puedo darte, por idiota, ¿Cómo se te ocurren semejantes burradas? - intenta pegarme, pero parece que estoy muy lejos para que ella me alcance, resopla frustrada, me ahorré la hora incomoda de las confesiones y ella está despierta, no puedo estar más feliz.

- Natalia - le digo con una sonrisa.

-¿Qué?- me responde de mala gana.

- Cállate - le digo con suavidad.

-¿Qué demonios? No me pienso callar, tengo muchas cosas que decirte - me dice ella, al parecer está de mal humor.

- Cállate, que si no te callas no te puedo besar - ella se queda quieta y me mira con la boca entre abierta, nunca me he podido resistir a sus labios, son los más hipnotizantes que he visto nunca, la tomo de las mejillas y termino por sellar sus labios con los míos, no espero a nada, solo empiezo a mover mis labios con delicadeza sobre los suyos, siento que una de sus manos está en mi nuca, es ella quien muerde mi labio y profundiza el beso, su lengua acaricia la mía con devoción, no me puedo resistir y le doy un leve mordisco a la punta de su lengua, la siento estremecer, ya no podemos seguir alargando el besos, el aire sé nos hizo escaso y nos tenemos que separar.

-¿Esto qué significa? - me pregunta ella con los ojos cerrados.

- Que te extrañé, que te amo, que no le puedo seguir callando esto, terminé con Isabel, me gané un par de cachetadas, pero no me importa, no quiero volver a tener esta sensación de que te pierdo, no puedo, no puedo volver a tener esta sensación - le digo acariciándole el cabello.

-¿Cómo es eso de que hicimos el amor y yo no me acuerdo? - me pregunta ella medio riéndose.

- Perdón, es que estabas muy ebria como para acordarte - le digo separándome un poco de ella, pero ella no lo piensa permitir, porque con su brazo rodea mi cintura haciéndome chocar contra la esquina de la cama.

- Estamos en desventaja - me dice en un susurro, me deja un beso en la mejilla y me intenta subir a la cama tirándome, pero no lo logra así que hace un puchero - Ven.

- No, tienes que recuperarte, no andar pensando en otras cosas - deja un beso en mi cuello que me hace temblar.

- Me lo debes, ven - me dice para después hacer chocar nuestros labios con una fuerza tremenda, sus dientes capturan mi labio inferior y empieza a tirar de mí, no me doy cuenta cuando estoy de rodillas sobre su cama, su mano pasa por uno de mis muslos y lo cruza por sobre su cuerpo dejándome a horcajadas sobre ella, deja su cama completamente reclinada para quedar sentada recta sin mayor esfuerzo, sus manos se cierran en mi cintura y me dejan completamente pegada a su cuerpo, no puedo evitar succionar ávidamente su labio inferior para después morderlo sin mayor fuerza, lentamente mi lengua se abre paso entre sus labios para acariciar cada parte de su boca, la escucho jadear sobre mis labios, ya no podemos sostener el beso, el oxígeno escasea y el ambiente es pesado, nos separamos con la respiración agitada, pero ella no se quiere detener porque su lengua empieza a recorrer mi cuello, dejando ocasionales besos.

- No deberíamos estar haciendo esto - le digo aferrándome a su cabello, mi cabeza está ligeramente hacia atrás, dándole total acceso a mi cuello - Tu deberías estar recuperándote, tomando las cosas con calma.

- Makis, deja de decir bobadas - dice ella separando sus labios de mi cuello, toma mi nuca y hace que nuestros ojos se encuentren - No sabes lo mucho que esperé para poder besarte y no sabes lo frustrante que es saber qué hiciste el amor con la persona que amas y no te acuerdas, así que déjame manejar a mí esto - dice y captura mis labios con fuerza, no puedo evitar gemir sobre sus labios, sus manos van directo a mi trasero y lo aprieta con fuerza, separo mis labios de ella y suelto un sonoro jadeo, tomo sus mejillas y la acaricio, lentamente busco sus labios y la beso con calma, con ternura, sus manos quedan quietas en el inicio de mi camiseta, haciendo que sus manos entren en contacto directo con mi piel, sin quererlo una corriente recorre mi cuerpo, ya no me puedo mantener lejos de sus labios, pero la puerta se abre estrepitosamente, nos separamos y vemos hacia allá.

-¿Qué rayos está pasando? - pregunta la mamá de Nati, de inmediato su vista se fija en mí, su boca se abre y sus ojos se transforma - Espera, tú eres, eres Makis, la ex novia de Natalia, tú eres la causante de todo esto - mierda, estoy perdida, recordó quién soy y estoy segura que me odia, esto se acaba de joder enormemente, Santa mierda, dios ¿No puedes hacer esto más fácil?

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora