Capítulo 49 - Mi vida pesa en tu conciencia.

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Makis Prov:

Ese horrible sonido retumbaba en mi cabeza como si fuera el único sonido existente en el mundo, todo se congela, veo frente a mí, Olgui, Juli, Cami y Juancho están bien, pero miran hacia nosotras con el rostro horrorizado, tengo miedo de mirar a mi lado o incluso de mirar hacia atrás, tengo miedo de lo que ese disparo se pueda significar, lentamente busco los ojos de Natalia, soltando un sonoro suspiro al percatarme que está bien, que no la dañaron de nuevo, miro un poco más allá del dintel de la puerta donde está el evidente agujero que dejó la bala ahí, suelto la mano de Nati para darme vuelta a hacerle frente a Isabel.

-Si no eres mía no serás de nadie Makis, no hice todo lo que hice para tener que verte de la mano con esa escoria – dice ella con el rostro compungido por la rabia, Natalia también se da vuelta lentamente, está dispuesta a hacerle frente a lo que sea conmigo.

-Isabel, ya hiciste demasiado daño, por favor para – le digo ya resignada, veo que vuelve a tomar con firmeza el arma, Juli está intentando volver a ingresar, pero Natalia es más rápida y cierra la puerta dejando a nuestros amigos afuera, en un ágil movimiento cierra la puerta, al igual que yo, ella no está dispuesta a arriesgar a las personas que más amamos, no está dispuesta a perder a nadie.

-No, no lo hice por hacer daño – dice ella sin dejar de apuntarnos, sus ojos empiezan a soltar profusas lágrimas, en ese momento dejo de sentir miedo o incluso odio, ahora siento pena. Es una mujer destruida, probablemente enferma porque nadie en su sano juicio haría todo lo que ella hizo.

-Isabel estás enferma, esta obsesión que tienes no es sana, nada de esto está bien ¿Crees que está bien todo lo que le hiciste a Natalia? – le digo dando un paso hacia adelante, pero solo consigo que ella apunte con más firmeza esa maldita cosa.

- ¡ELLA SE LO MERECÍA! ¡SE MERECÍA TODO LO QUE LE PASÓ! – grita mirando con rabia a Natalia, mi Nata lo único que hace es bajar la cabeza y dejar salir lágrimas de manera profusa, de seguro recordando las cosas que más le dolieron desde ese entonces, siento que se suelta de mi agarre y empieza a caminar hacia Isabel a paso lento.

-Natalia no – le digo, pero ella me ignora, sigue avanzando bajo la inminente amenaza que implica un arma apuntando directo a su cabeza.

- ¿Crees que es mínimamente justo lo que me hiciste pasar? – le pregunta ella parándose al frente, poniéndose a unos escasos centímetros de esa arma - ¿Crees que fue justo todo lo que hiciste sufrir a Makis al separarme de ella con una mentira tan vil?

- ¡TÚ NUNCA LA AMASTE COMO CORRESPONDÍA!¡TÚ NO LA AMABAS COMO SE MERECÍA!¡TÚ NO PODÍAS AMARLA TANTO COMO LA AMO YO! – le grita completamente desesperada, ahí me doy cuenta de que yo pasé a segundo plano, no estoy invitada a esa pelea, aunque soy la protagonista de esta.

-Natalia por favor ven acá – le pido con la voz quebrada, no quiero que Isabel le vuelva a hacer daño, no quiero que vuelva a correr peligro por mi maldita culpa.

-No Makis, su pelea es conmigo, no contigo, de aquí salimos con los problemas solucionados, de aquí salimos con las cosas claras – me dice ella sin hacer movimientos bruscos, solo me hace una señal con la mano sin apartarse de ni un centímetro de Isabel y su arma – No puedes saberlo porque nunca nos diste la oportunidad de amarnos como se merece, porque tú te metiste por el medio, fuiste tú la que decidió que nosotras estuviéramos separadas, fuiste tú la que me diste y me quitaste algo que me destruyó, fuiste tú la que me hiciste el mayor daño solo para separarme de esa asombrosa mujer que está ahí.

- ¿De qué hablas? Yo a ti nunca te quite nada, lo único que te quería quitar está ahí, a tu lado, diciendo que es tu esposa – ella mueve de manera brusca el arma, ahí me doy cuenta de lo que quiere decir Natalia, de algo que Isabel no está enterada.

-Gracias a ti tuve algo que al perderlo me destruyó, si en este momento estoy con esta mujer fue porque ella estuvo a mi lado para ponerme de pie, evitó que quisiera saltar de un maldito edificio, porque lograste tu cometido al pagarle a ese tipo, lograste destruirme, tanto así que no sabía que podía pararme, pero ella, Makis fue la que me dio el valor de seguir adelante, es por eso que ahora estamos aquí – le dice Natalia con lágrimas en los ojos, aún le duele recordar todo.

-Natalia no es necesario que lo digas, no te tortures recordándolo – le digo para que desista, para que vuelva a mi lado y deje de ponerse en peligro al enfrentarse con esa loca.

-Yo nunca te pude quitar nada – la voz le tiembla, tiene miedo.

- ¿Sabías que tu cómplice en mi violación iba a ser padre? – le dice ella con la voz quebrada, el rostro de Isabel se descompone de inmediato - ¿Sabías que tuve a esa criatura por 5 meses o más y después la perdí? Lograste tu objetivo Isabel, me destruiste, pero no por los motivos que creías, ahora dime ¿Crees que eso fue justo? ¿Tan malo es amar a Makis para merecer todos esos golpes?

-Yo no sabía, yo no quería eso – dice ella empezando a ceder el agarre de su arma, lentamente me acerco a Natalia para posarme a sus espaldas y tomarla de la cintura, Natalia llora recordando todo eso.

-Isabel, dices amarme, pero eso no es amor, no si me dañaste como lo hiciste, no dañando a la persona que me amaba y eso no es justo, no puedes conseguir que alguien te ame de esa manera – le digo intentando que me mire a los ojos, ella está llorando, no sé si es por la reciente revelación de Natalia o porque le está haciendo sentido todo lo que les han dicho.

-Yo no sabía que habías estado embarazada, no quería eso, tampoco quería dañar a Makis, solo quería que ella me quisiera, que ella me mirara – dice empezando a bajar el alma – Solo quería que ella me quisiera y ahora ustedes me odian.

-No te odio – le dice Natalia – De hecho, me diste 5 meses excelentes, me enseñaste a amar de una manera diferente, además de que ahora me diste la posibilidad de decirle esposa a Makis, yo no te odio Isabel.

-Por favor perdónenme – empieza a llorar mucho más fuerte, me sorprende mucho que esta cosa diera ese giro.

-Te perdono Isabel – dice Natalia con una sonrisa y yo me quedo pendeja mirándola.

-Yo también te perdono Isabel, solo por favor, no nos sigas haciendo daño – le digo aferrándome a la cintura de Natalia, no puedo negar que verla con esa arma aún en las manos me pone nerviosa, en un instante sus ojos se cursan con los míos, su mirada me hace temer lo peor.

-Makis, lo siento, lo siento si es que mi vida pesa en tu conciencia, pero no puedo lidiar con lo horrible que fui, no puedo creer todo el mal que hice solo por estar ciega, no puedo perdonarme yo – dice ella levantando el arma, tomo la cintura de Natalia intentando sacarla, pero es que ella parece tenerlos clavados al piso – De verdad lo siento – dice ella poniendo el arma en su cien.

-NI SE TE OCURRA – grita Natalia lanzándose a tomar el arma de sus manos, empieza a forcejar intentando arrebatarle el arma, en un momento sus miradas se cursan.

-Natalia por favor, no intentes salvarme, no después de todo lo malo que te he hecho, yo no me puedo perdonar – dice ella desesperada por arrebatarle el arma de vuelta.

-No puedo dejarte hacer eso, no puedo – le dice Natalia, en un forcejeo me arrojan hacia atrás cayendo de espaldas y dándome en la cabeza, quedo con los ojos cerrado antes de escuchar otro disparo, se me corta la respiración.

-Ahora entiendo porque Makis te ama tanto – escucho un susurro, no puedo abrir los ojos, tengo miedo, pero mi corazón se termina por detener cuando escucho caer a alguien, es un sonido sordo de un cuerpo estrellando en el piso seguido de la puerta abrirse de manera estrepitosa, dejándome sumergida en un eco martirizador. 

¿Cómo te atreves a volver? - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora