XLII

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Jisoo despertó un poco desorientada debido al ruido que empezaba a escucharse en los pasillos, de modo que pensó que ya había amanecido.

Se restregó los ojos varias veces, se levantó del suelo y se estiró. No podía creer que había dormido en el suelo, sentada, toda la noche, pero bueno, estaba cansada.

Revolvió su cabello y miró a los lados, se dio cuenta que Jennie y Rosé no estaban, pero no les dio importancia, ya luego las llamaría. Sacó su teléfono para ver la hora y se sorprendió al ver que era muy temprano, 6:30am marcaba su reloj, la verdad esperaba que fuera más tarde. Decidió ir a la cafetería del hospital y pedir algo para desayunar, estaba muriendo de hambre, no había cenado el día anterior.

Justo en ese instante la puerta de la habitación de Lalisa se abrió, cosa que la sorprendió, pero volvio a su expresión normal al ver que se trataba del doctor.

- Buenos días señorita.- Saludó el hombre, Jisoo hizo una pequeña reverencia, se peinó y arregló un poco, debía verse horrible.- No quise despertarla, se veía muy tranquila durmiendo, al parecer no ha dormido muy bien últimamente...- Siguió hablando.

- La verdad es que no... Con todo lo que ha pasado, cada vez que me voy a dormir, tengo pesadillas y ahora prefiero no hacerlo.- Empezó, mientras buscaba desviar su atención del hombre.- Pero esta vez no tuve ninguna pesadilla, todo lo contrario, fue un buen sueño. Algo debe significar, ¿no?.- Preguntó con cierta felicidad.

- Hacemos todo lo que podemos, señorita, pero si le sirve de algo, los exámenes de la joven salieron muy bien, mejor de lo que esperaba al haber sufrido un infarto.- La cara de la morena se iluminó con esas palabras. Había esperanza, Lalisa podría despertar pronto.- Su amiga es una guerrera, estará bien.- Concluyó.

Después de unos minutos más de charla con el doctor, acerca de los exámenes y demás, el hombre desapareció por los pasillos y Jisoo por fin pudo entrar a ver a su novia, con una sonrisa en los labios.

Se sentó a su lado, le acarició la mano, su mejilla. Estaba pálida, sus labios secos, pero ya no requería una máscara de oxígeno, eso era buena señal, sus heridas estaban casi del todo curadas y aun tenía la venda en su cabeza.

Poco a poco peinó su flequillo, si había algo que Lalisa amaba más que cualquier cosa (lo más probable, más que Jisoo), era su flequillo, así que la morena lo peinaba y acomodaba todos los días. Dejó un pequeño beso en su mejilla y salió a buscar algo para desayunar, y al mismo tiempo ver si se encontraba con sus dos amigas.

Después de desayunar, caminaba por los pasillos de vuelta a la habitación, cuando decidió llamar por teléfono a su mejor amiga, ya que esta ignoraba absolutamente todos sus mensajes, y ni se diga de Rosé, ni le llegaban los mensajes.

Nada aun, ninguna de las dos contestaba, y eso le empezaba a preocupar. Vio a lo lejos el letrero que indicaba que los baños estaban por esa dirección y siguió su camino. Entraría al baño un momento a lavarse las manos y la cara.

Venía tarareando una canción, bastante concentrada en sus pensamientos. Entró al baño, se acercó a los lavamanos, lavó su cara y manos, tomó una toalla de papel para secarse y se miró al espejo por unos segundos, ya estaba empezando a sentirse mejor.

Decidió marcar el número de su mejor amiga una vez más, no podía rendirse aun. Esperó a que repicara, y justo cuando eso pasó, se oyó el rigntone de la castaña por todo el baño, cosa que la tomó por sorpresa.

Se volteó, siguiendo el sonido de la música, la cual salía desde una de las esquinas del baño, justo detrás de un cubículo.

Se sorprendió aun más al ver a la castaña y a la pelirroja dormidas profundamente, abrazadas y desnudas sobre una sábana de hospital y cubiertas por otra.

One Night Stand - Lisoo/ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora