XXXV

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- Tampoco está Jinyoung.- Fue lo único que respondió. Jisoo cayó en cuenta y abrió los ojos sorprendida, intentando pensar donde se encontraban.

La morena suspiró y recordó que el chico estaba herido, así que se relajó un poco.

- Calmate un poco, Rosé. Jinyoung está herido, quizás fue a la cocina o a algún otro lugar para ayudarlo con el sangrado de su nariz.- Intentó calmar a la pelirroja. Con lo que había hecho Jinyoung estando ebrio quizás la chica se había preocupado.

Rosé intentó como pudo calmarse, pero tenía un mal presentimiento de todo eso, así que, dándole una sonrisa a su amiga, se fue de la escena a buscar a su novia, que quien sabe donde estaría metida.

Caminó entre la gente, no había mucha, pero le incomodaba el roce con otras personas, le daba asco chocar contra personas sudorozas y que olían a alcohol, que derramaban su bebida mientras bailaban y la ponían toda pegajosa.

Pronto se vio atrapada entre un grupo de chicos, o más bien, gorilas, que saltaban en su lugar, empujándose unos a los otros y chocando con ella haciéndola parecer una pelota de playa entre pura testosterona.

Cerró los ojos fuertemente y colocó sus brazos a la altura de su cara, para intentar evadir golpes en su cabeza, pero de todos modos se tambaleaba.

Solo podía pensar en una cosa.

Jennie, ayúdame.

Se le vino a la mente. Fue su única idea, llamar a su novia y protectora, ya que no podía salir de ese gentío, no sola, y mucho menos con la poca fuerza que tenía.

Pronto sintió como alguien la tomaba del brazo y la jalaba hacia fuera del grupo de chicos. Su mente enseguida pensó en su novia, había vuelto por ella, para rescatarla.

Pero al sentir una mano en su cintura, un cuerpo chocando con el suyo, muy unidos, sin abrir los ojos supo que no se trataba de su ella.

Abrió los ojos y se sorprendió al ver a Joy de pie frente a ella, sosteniéndola fuertemente para no caer e intentando moverse un poco para hacer espacio entre el gentío y poder salir de ahí. La chica la tomó de la mano, sorprendiéndola, pero no la soltaría, haría lo que fuera por salir de ahí.

Joy no la miraba, tenía la vista fija en un pequeño espacio por el que podrían pasar. Así que sin más, apretó fuertemente la mano de la pelirroja y empujó lo más fuerte que pudo, logrando salir por aquella ranura, quedando exhausta ante el forzajeo.

Por fin la pelirroja logró ver sus ojos, manteniéndole la mirada con una sonrisa, mientras ambas intentaban refrescarse aquél calor.

- Gracias, me salvaste de esa.- Le dijo Rosé, mientras quitaba unos cabellos de su frente y le daba una sonrisa. Joy se la devolvió, y por primera vez sintió algo en su corazón, esa sonrisa cálida y honesta había hecho que su corazón diera un pequeño salto. Pronto se dio cuenta de lo que acababa de suceder y se asustó ante su propia reacción.

- No hay de que, te vi sufriendo ahí dentro y tenía que ayudarte.- Respondió entre risas.- Sino, qué clase de amiga sería.- Concluyó con la misma sonrisa.

Casi al instante la pelinegra se percató de algo, sus manos seguían unidas. Miró sus manos, miró a la pelirroja -que la miraba a ella- y volvió a mirar abajo con una sonrisa nerviosa.

Rosé hizo lo mismo, miró la mano, a su amiga, luego su mano de nuevo y por último a su amiga; viendo la expresión en su rostro, la cual sin poder soportarlo la hizo sonreír.

Rápidamente ambas separaron sus manos, Rosé mirando al suelo y Joy mirando hacia otro lado.

- Lamento eso, no fue mi intención.- Habló Joy, aun sin mirarla. Rosé levantó la mirada y se relajó un poco.- No quisiera que tu novia mal interpretara las cosas.- Concluyó.

One Night Stand - Lisoo/ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora