XXVI

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Después de contarle toda la historia a su mejor amiga, Jisoo se encontraba sentada en el cesped de la entrada de la casa, limpiándose las lágrimas con su propia ropa, hasta el simple hecho de contar la historia le dolía como si estuviera viviendo el momento de nuevo.

- Wow...- Fue lo único que la castaña dijo, que igual que la contraria, estaba sentada en el cesped.- Jisoo, te hablaré claro, como tu mejor amiga.- Empezó, la morena levantó la mirada, tenía los ojos hinchados.- Estás haciendo mal, tienes que contarle la verdad, esto se pondrá peor si sigues así. Ella entenderá.- Concluyó, poniendo su mano en el hombro de la morena.

- No quiero decirle...- Le respondió la contraria.- Si le digo, me va a odiar por no habérselo dicho antes, ¿sabes cuántas veces me habló de esa "chica misteriosa"?, ¡no paraba!, me dolía verla tan ilusionada, simplemente quería decirle todo...- Se detuvo un momento.- Pero no pude... No puedo hacerlo.- Ocultó su cara entre sus manos.

- Está bien, sino le quieres decir, no lo hagas, pero por lo menos ten el valor para decirle lo que sientes, dense una oportunidad.- Habló la castaña.- ¡Estoy harta de verlas así!, ambas se quieren, ve y dile lo que sientes, ¡de una vez por todas!.- Exclamó la castaña, levantándose del suelo y señalando la puerta de entrada.

- P-pero...- Intentó refutar la morena.

- Kim Jisoo, si de verdad quieres a esa chica, arriesgate por ella, no pierdes nada intentándolo.- Le interrumpió la castaña.- Anda.- Fue lo último que dijo.

La morena después de pensarlo por unos segundos, se levantó del suelo, limpió como pudo su maquillaje corrido y se encaminó a la entrada de la casa, no sin antes darle un enorme abrazo a su mejor amiga.

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Apenas salió de la cocina y camino unos pasos las lágrimas que estaba reteniendo con tanta fuerza salieron a la luz, no paraba de llorar, queria gritar, pero estaba en medio de la fiesta, no sabía a donde ir, quería estar sola, necesitaba de alguien... Necesitaba de Jisoo.

De nuevo ese nombre, de nueva esa chica, de nuevo su imagen. Qué hizo ella para merecer tal tortura. Estaba molesta, muy molesta, Jisoo había jugado con ella como si nada, había tomado su corazón y lo había roto en mil pedazos con sus manos.

Le dolía, le dolía demasiado. La habían usado, era la segunda vez que se entregaba de tal manera a una persona, y había pasado exactamente lo mismo, su corazón estaba roto. Como si de un juguete se tratara. La chica del espejo, a la cual se entregó completamente y que la había dejado atrás, quién sabe dónde esté esa chica, quizás con otra más, haciéndole lo mismo. Y ahora Jisoo, la chica con la cual pensó que todo sería diferente, que tendría un final feliz, pero al parecer a todos les gustaba jugar con los sentimientos de Lalisa.

Estaba tan fundida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había llegado a la sala de juegos, que sorprendentemente se encontraba casi vacía.

Se dejó caer en un sofá, pensando.

Simplemente está jugando... No caigas de nuevo Lalisa.

Ya no sería la misma, no más "Lalisa sencible" esta vez, conocerían a otra castaña, una nueva y mejorada.

Primer paso: deja de llorar.

Se dijo a si misma, limpiando sus lágrimas.

Justo en ese momento, BamBam entró a la habitación, en busca de su novia.

- Lalisa, aquí estabas.- Le dijo con cariño, sentándose a su lado.- ¿estás bien, amor?.- Preguntó preocupado.

Lalisa no lo pensó dos veces y se abalanzó encima del chico con puntas rojas, apoderándose de su boca, en un beso totalmente salvaje, lleno de lujuria y enojo. La castaña bajó su mano y la posó en la entrepierna del chico, apretando fuertemente, con lo cual el chico respondió con un gruñido.

One Night Stand - Lisoo/ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora