Al principio había sido sencillo para Zhao Tian no prestar atención a los constantes intentos de miradas furtivas de un hombre al que apenas recordaba, pero aquel par de ojos negros no habían vacilado ni un solo minuto durante la clase, a pesar de que el maestro había reprendido al causante tres veces. Reconocía al segundo hijo de la secta JingJiang pues se decía que era talentoso y la esperanza de su casa, pero los rumores también habían traído murmullos de cuan presumido y niño mimado era. Antes de hoy, él no haría un obvio intento por acercarse a él.
¿Es que deseaba decirle algo? Sus ojos dorados miraron al frente sin más interés, haciendo que su pincel dibujara un nuevo trazo.
En los planes de Jiang Shen, apresurar las cosas era lo menos que quería hacer, pero mirando a su lado a aquel joven, con un semblante completamente inexpresivo y reacio a darle una segunda mirada, su corazón comenzaba a sentirse ansioso. ¿Cómo tenía que actuar en primer lugar?
Como ex mujer era lenta para entablar conversaciones con los hombres atractivos y el protagonista era material de primera clase para la creación de un harem. Con sólo una mirada había hecho que las piernas masculinas de Jiang Shen temblaran ligeramente, de no ser porque la constitución de su nuevo cuerpo era más fuerte hubiera tenido que sujetarse de un pilar y no podría pararse fácilmente de su lugar cuando la clase terminó.
Los discípulos agradecían al maestro conforme iban saliendo. Zhao Tian ya estaba de pie, caminando directo a la biblioteca sin interactuar con nadie. Era bien conocido como un hombre que casi no hablaba, sin embargo sus acciones eran gentiles y muy apegadas a las reglas de su secta, era el discípulo ideal para cualquiera.
Aquella personalidad lo hacía popular entre chicas y chicos, pero lo cierto era que el protagonista tenía un historial nulo en relaciones, limitándose a su papel de estudiante y hermano mayor para otros cultivadores, pues no fue hasta que conocía a su futura esposa que comenzaba a socializar más. Ella había sido la primera persona que capturaría la atención de ese refinado ser.
-Seguro que es exigente.
Jiang Shen lo miró en la distancia, comenzaba a correr para alcanzarlo cuándo otro joven se interpuso en su camino y tan pronto él lo pudo reconocer quiso golpear al larguirucho que lo miraba sonriente. Torció los ojos recuperando una postura refinada.
-Joven maestro Jiang- se inclinó para saludarlo-. Me preocupaba por usted porque no lo vi el día de ayer.
Si te preocupaste por mi ¿Por qué no te tomaste un momento para irme a ver? ¡Mal agradecido!
Escupió él en su mente mirando con desagrado a un discípulo más del clan Jiang, su nombre era Jiang Fai, un hombre que en la historia original siempre estaba bajo la sombra de Jiang Shen, alabándolo con palabras vacías y fingiendo una amistad de superior a seguidor, la cual se derrumbó cuando Jiang Fai lo abandonaba luego de que comenzara el cultivo demoniaco, huyendo con una sirvienta para vivir en paz lejos de la ciudad.
-¿Le ocurre algo? Sus ojos lucen un poco rojos ¿Debería llamar al médico?
Jiang Fai levantó sus largos brazos como para fingir alarma, alguien ingenuo le creería a su acto, más no alguien que conoce el futuro. Jiang Shen perdió de vista a Zhao Tian en ese momento, por lo que su humor había decaído, pero debía de guardar la compostura.
-Ah...Puedo cuidarme solo- se apartó del agarre del joven flaco-, mejor dime si se ha definido fecha para la prueba.
-¡Sí! Los superiores han concedido la noche dentro de cinco días para realizar un breve examen, los puntos a evaluar son el número de demonios exterminados y la colecta de banderas.
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Los mil cielos
FantasyCuando Jiang Xian muere, transmigra en la más reciente obra de su ídolo literario cayendo en decepción cuando descubre que actualmente es una mala novela y deberá arreglarla si quiere tener una vida pacífica en ese nuevo mundo, sin embargo una muje...