Los mil cielos

Capítulo 73

El escenario del lago de Zishui, legendario lugar del ascenso de un nuevo líder demonio.

En la historia original, el paisaje era el mismo de ahora; los espectros se elevaban por los cielos después de que la barrera se hubiera roto, el volcán rugía soltando fumarolas violentas hacia el cielo y eventualmente los alrededores habían empezado a arder en un mar de llamas iluminado por relámpagos color violeta. Los cadáveres, incapaces de trepar a la cima, iniciaban una pelea con los cultivadores y sólo un canto de gritos desgarradores era perceptible en la lejanía.

La caída del protagonista era un arco largo, sufrible para los lectores y a veces, incluso carecía de lógica, pues para llegar a este momento, la gente tuvo que ver el instante cuando un gran maestro cultivador, ahogado en su locura y repentina ambición por controlar este mundo, le daba la espalda a su posición cómo el héroe reconocido por todos y voluntariamente bajaba del pedestal en el que lo colocaron. En menos de un año, el protagonista derrumbaba la imagen que había construido durante toda su vida para tomar el camino de las artes demoníacas, volviéndose un atroz enemigo que estaba cegado aparentemente por el afecto de una amante demonio.

Esto causaba la indignación de los líderes alrededor del mundo y provocaba un especial daño a las amadas esposas de este personaje, quienes intentaron razonar con él con palabras dulces, convenciéndolo de que los demonios lo estaban arrastrando a un lugar sin retorno. No obstante, cada discurso que escuchaba seguido de otro, era más inútil que el anterior y Zhao Tian, con oídos sordos, mataba a las doncellas en un arranque de rabia, haciendo que sus discípulos se aterraran y buscaran ayuda de otras sectas urgentemente.

El líder Zhao Fang Yin, escuchando la atroz noticia, se dirigía al pico de Tai Chun completamente solo para apaciguar las cosas entre los líderes y su hijo, aún si eso significaba ignorar las sugerencias de los mayores acerca de mantener la distancia. Aquí, el protagonista había fundado su secta y era un lugar frecuentado por personas que idolatraban al héroe en el pasado, pero que de repente se había tornado más vacío que un cementerio y era en el mismo lugar dónde ambos patriarcas, padre e hijo, tenían una batalla verbal en la que al final, ninguno de los dos cedería.

Ese día, Zhao Fang Yin era cruelmente apuñalado por SheLiang y abandonado en las puertas del palacio por la persona que había criado con tanto amor, mientras que Zhao Tian viajaba a Zishui en busca de poder después de este suceso, sin derramar ni una sola lágrima por la muerte de su padre.

En su corazón no existía otra cosa más que el hambre por cumplir su objetivo, estaba cegado con palabras de engaño y se convencía a si mismo de que todos querían traicionarlo, así que en el trayecto, el escritor no escatimó los varios capítulos en los que mataba a quienes se oponían a él, a quienes querían escapar de él y sobre todo, a los que mataba porque simplemente quería matar.

Así, en un baño de sangre, este protagonista subía al trono convirtiéndose en el villano final de la novela de Los mil cielos, autoproclamándose como el líder supremo del mundo de la cultivación por diez años antes de su muerte.

Ese trágico final, ese asqueroso final que puso en la guillotina al autor, tenía sus inicios aquí en el lago Zishui y Jiang Shen, al ver parado delante de él a Zhao Tian con las marcas de Caihong abrazando su cuerpo, bajo un cielo tan caótico, no supo qué cara poner o a dónde dirigir sus pensamientos. Su corazón tembló.

-Z-Zhao...Tian...- lo llamó de nuevo, esta vez más temeroso.

Zhao Tian entrecerró los ojos y dio un último vistazo a Yen Hao que estaba cuidando la espalda de Bing Huang-fu. Como no parecían apresurados por iniciar una pelea, regresó su atención a Jiang Shen.

-¿Estás bien?- le preguntó.

Jiang Shen, incapaz de tranquilizarse, ignoró la pregunta e hizo la propia-... ¿P-Por qué tu cuerpo...luce así?