Capítulo 3

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Al tercer día de "encuentros oportunos", Zhao Tian ya se había acostumbrado al constante acoso de Jiang Shen, pues se topaba con él donde fuera que fuese, siempre con sus ojos fijos sobre él a una distancia segura. Así que cuando Jiang Shen por fin se armó de valor para sentarse delante de él, no lo sorprendió en absoluto.

Jiang Shen lo miró con atención resistiéndose a los bellos ojos dorados que esta vez se dieron el tiempo de observarlo. Sonrió con elegancia.

-Hermano Zhao Tian, ¿Podría saber qué es lo que siempre escribe?- cuando su tono de voz sonó más a critica que a pregunta se obligó a sí mismo a corregirse al mismo tiempo que enderezaba su espalda-, desde hace unos días me he sentido curioso por su método de cultivo, se dice que el hermano tiene talento nato. 

Zhao Tian miró el pergamino antes de responder con gesto tranquilo.

-Las enseñanzas de las secta Han son la base de todo, el joven maestro Jiang Shen también las practica- bajó su pincel recogiendo sus mangas. Era claro que esperaba una mejor razón para que tuviera que ser vigilado con tanto cuidado.

-Eso es cierto, pero el hermano es su mejor discípulo, hace creer a cualquiera que hay algo más.

Zhao Tian cerró los ojos tomando aire. Parecía estarse controlando por exigir respuestas, pero al final no pudo evitar preguntar de forma acusadora.

-Joven maestro Jiang Shen, ¿Es por ese motivo que ha intentado hablar conmigo todo este tiempo? ¿Busca un secreto?

-¿Fui tan obvio?- dijo para sí mismo y al ver que Zhao Tian entrecerraba los ojos se apresuró a explicar- ¡Oh! No, no estoy buscando nada de eso, no sería tan atrevido para hacerlo aunque...-sus manos comenzaron a jugar con la tela de las mangas y sus ojos bajaron en un aire frágil-... me gustaría aprender del hermano.

La ceja del otro se torció. Era verdad que ninguno de los dos había interactuado íntimamente como para conocerse tan bien, sin embargo Jiang Shen era el hijo prodigo del clan Jiang, conocido por su mala actitud y constante presunción, pero verlo retorciéndose tímidamente delante de él le provocó un golpe mental, llegando al grado de no saber que decir.

Por su lado, Jiang Shen sabía que en vida había sido malo para tratar con hombres, por lo que estaba aplicando todo lo que una vez leyó en una novela similar, donde el lindo hermano menor suplicaba por ayuda de su hermano mayor casi en lágrimas, omitiendo que actualmente esa novela había tenido un giro homosexual, el resultado había sido bastante bueno para el protagonista. Fue entonces que consideró que algo estaba mal, pues Zhao Tian no había respondido.

-¡N-No es como que necesite de tu ayuda!- soltó con una risa nerviosa y poniéndose de pie, intentando alzar el ego de su personaje-, pero...cof cof...sé reconocer a la gente que tiene talento y me gustaría que practicáramos juntos. El examen está cerca, así que reforzar nuestro método de cultivo nos va a beneficiar a ambos, es una gran idea.

Zhao Tian miró fugazmente las orejas rojas de Jiang Shen y luego el par de ojos negros que ahora se negaban a verlo. Tomó aire, guardó su pincel y se colocó de pie.

-Me temo, joven ma...

-Puedes llamarme por mi nombre- pidió él dando una mirada furtiva para luego ocultarse.

-Joven maestro Jiang Shen- insistió Zhao Tian-, me temo que no hay más allá de las enseñanzas que los ancianos nos dan. En cuanto a mi entrenamiento, prefiero realizarlo solo.

-¿Nunca dejas que alguien te vea? Puedo conformarme con eso.

-No.

-¿No harías una excepción por mí?

Los mil cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora