La siguiente vez que Jiang Shen abrió los ojos, pudo encontrarse en el altar del palacio. Hubo un momento en el que creyó que había vuelto, pero la voz de varios niños corriendo alrededor no lo dejaron confiar en eso. A través de un velo blanco, miró sus manos cruzadas sobre el regazo de un bello vestido tradicional. Wu Ji rió suavemente cuando un pequeño niño se sentó a su lado, sus dedos acariciaron la cabecita con afecto. A pesar de la calma que la rodeaba, el contexto en el que se encontraba no era cómodo en absoluto, pues uno de sus hombres estaba presente.
-Líder de secta- jadeó el cultivador arrodillado. Su expresión era tensa y no podía evitar seguir a los niños con los ojos. Su frente también estaba cubierta por sudor.
-¿Por qué luces tan preocupado?- dijo ella manteniendo la sonrisa-. ¿No ves que todos están felices?
Al tragar saliva resultó más ruidoso de lo que uno podía pensar-. Líder de secta, todos en la ciudad están perdiendo la paciencia, reclaman que quieren ver a sus hijos y--
-Mis hijos- corrigió serena.
Haciendo una pausa, el cultivador limpió el goteo de su frente-. La gente está molesta, quiere salir al exterior y le preocupa que usted...que esa cosa que está bajo su mando pierda el control.
-¿Cosa?- repitió confundida, pero sus ojos continuaron sonriendo-. Ah ¿Te refieres a Zhi Chao?
-Eso...no podemos ver a eso como al joven maestro.
-Zhi Chao volvió conmigo porque así lo quería, Yen Hao lo dijo también y mira ¡Él ha hecho un gran trabajo cuidando a mis hijos! Vengan a mostrarle.
Con el movimiento de sus manos los niños de la sala se acercaron felices a Wu Ji, pero Jiang Shen sabía que sólo era una ilusión que los hacía actuar con sonrisas. El cultivador frunció las cejas y se colocó de pie-. Líder de secta, es suficiente ¡En nombre de todos exijo una explicación! La gente ha desparecido, se está volviendo loca y...
-¿Tú también te estás volviendo loco?- preguntó Wu Ji sin quitar su atención de los niños, quienes lucían más como muñecos programados para responder con ternura.
-¿¡Q-Qué está diciendo!? Intento comprender qué está pasando.
-La gente está feliz, es lo único que importa.
Al oír esto, el guardia soltó una risa amarga. Casi se volteaba por los disparates que se decían con tanto sosiego- ¿Feliz? ¿Es que acaso ni siquiera verá como la gente está sufriendo? ¡Usted ha arrebatado a los hijos del pueblo y a privado a todos del quiji!
-Les he entregado el quiji pero los brotes siguen muriendo gracias a ustedes ¿No será que no lo quieren en realidad?- dijo ella con una mueca torcida como si cuestionara el estado del hombre en lugar de creerle.
-Ja...- el cultivador apretó la mano en la empuñadura de su espada, los ojos rojos irradiaban fuego de odio dominado por el escepticismo-. Sí...sí...Ellos tienen razón...esto es una tontería...una que debe terminar.
Su ligera declaración fue la advertencia para que desenfundara su arma y saltara contra Wu Ji, sin embargo a pesar de que su movimiento había sido certero y veloz, una sombra cayó delante de él cortando su brazo sin ninguna vacilación. El hombre aulló del dolor retrocediendo, mientras que su miembro era arrojado a un lado por el propio Zhi Chao. La imagen que lucía ahora era la que Jiang Shen conocía, el cadáver viviente con el que había peleado no tenía el más mínimo rastro de cambio sin importar cuanto tiempo hubiese pasado. ¿Aquel llamado Yen Hao fue quien hizo la trasformación? En ese caso ¿Quién era él? Jiang Shen no pudo evitar sentir más curiosidad por ese misterioso personaje. Si el escritor tuvo la molestia de crearlo ¿Por qué su papel parecía intentar ser insignificante conforme avanzaba la trama?
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Los mil cielos
FantasyCuando Jiang Xian muere, transmigra en la más reciente obra de su ídolo literario cayendo en decepción cuando descubre que actualmente es una mala novela y deberá arreglarla si quiere tener una vida pacífica en ese nuevo mundo, sin embargo una muje...