Capítulo 8

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Tan pronto sus cuerpos fueron sumergidos, Zhao Tian evadió las patas de la araña que se revolcaba en la superficie intentando quitarse con desesperación a KuaiFang, y se dispuso a nadar hasta Jiang Shen que seguía siendo arrastrado hacia el fondo. De repente, el talismán que los guiaba al sello se liberó de sus mangas iluminando el camino conforme descendía también. Los ojos dorados de Zhao Tian siguieron la luz con el ceño fruncido por lo que estaba adelante.

En el centro del lago, la pierna de Jiang Shen estaba siendo atraída hacia un grupo de extraños brazos con más de cinco garras, su superficie expuesta de color rojo lucía como si antes alguien les hubiera arrancado la piel, por lo que mientras se torcían para intentar sujetar a su presa, uno podía pensar que se movían con dolor.

Antes de sumergirse, ninguno de ellos había notado que el agua tenía en realidad destellos de color rojo, probablemente por el nido de cuerpos que yacía en las profundidades, así que al notar la montaña de huesos y carne podrida Jiang Shen no pudo evitar agitarse y tragar un poco del agua malograda, luchado por soltar su pierna conforme contenía la respiración. Se giró buscando algo que pudiera apoyarlo, fue en ese momento que Zhao Tian lo tomó del brazo para pedir que no se moviera y así bajó a cortar la telaraña con ayuda de SheLiang.

Jiang Shen clavó los ojos en la cabeza agachada del protagonista, agradeciendo con el corazón que podía latir tranquilo. Sus pestañas temblaron pero igual continuó mirando alrededor pues el talismán, luego de pasar a su lado, bajó lentamente entre los brazos que surgían de las paredes como plantas. Era seguro que el sello estaba colocado en el fondo. Su visión se entornó y en las sombras pudo vislumbrar un brillo plateado enterrado en uno de los pilares de roca que eran parte de la formación, al mirar de cerca, los brazos se sujetaban uno a otro protegiendo los pilares.

Cuando Jiang Shen no hizo nada para moverse luego de ser liberado, Zhao Tian lo empujó a la superficie. Tosieron y nadaron lejos de la furiosa araña que ya comenzaba a meterse en el lago rojo replegando sus ocho patas, aullando en dirección al fondo.

-¡Debemos ir dentro!- instó Jiang Shen sin deseos de olvidar en que pilar era el que estaba aquella luz plateada. Yingzi, la reliquia del protagonista estaba ahí-.El sello...esas cosas están protegiendo los pilares de roca, sí los rompemos podremos usar nuestros núcleos.

Zhao Tian miró el fondo y luego miró a la araña antes de regresar sus ojos a los de Jiang Shen.

-Yo iré- dijo-, no podremos hacer nada si vamos los dos.

Jiang Shen asintió serio-. Recuperaré mi espada y distraeré a la bestia. Ten cuidado.

Cabeceando, Zhao Tian tomó aire y desapareció entre las aguas turbias. Jiang Shen, por su parte, salió del agua y rodeó a la araña.

-¡Jiang Fai! ¡¿Cuántas flechas tienes?! -gritó corriendo vigilando al monstruo; su cara ensangrentada se arrugaba por el dolor y dos de sus patas traseras intentaban retirar la espada que la hería con ayuda del agua, pero eso no evitaba que rugiera en dirección de Jiang Shen, babeando ácido sobre el lago.

-¡S-Sólo me quedan tres, hermano!- tembló Jiang Fai oculto detrás de dos delgadas estalagmitas.

Jiang Shen se acercó a la araña y comenzó a rodar sobre el suelo para esquivarla-. ¡Apunta a sus ojos cuando te diga, no está permitido fallar!

Jiang Fai tragó saliva ruidosamente, apuntó a la araña que giraba sobre sí misma cazando al hombre de túnica azul, sus manos temblaban. Jiang Shen subió a una de las patas con un salto y se impulsó hacia arriba; la araña lo siguió con la mirada. En ese instante, del lomo de la araña, un brazo humano y despellejado surgió de las entrañas, estirándose anormalmente para sujetar el cuello de Jiang Shen, pero con éxito, él pudo evadirlo por centímetros y así se abrió paso para golpear la cabeza del monstruo con su talón, el cual se tambaleó aturdido.

Los mil cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora