La pregunta había sido hecha pero Jiang Shen no respondió, no porque no pudiera, de hecho su boca era quizá lo único que el sistema no bloqueó, pensando que sería más útil un cuerpo hablador que un cuerpo que sólo observaba, no obstante el resistirse a hablar era porque no sabía que explicación podría dar; naturalmente la ubicación de los sellos era algo que exclusivamente los demonios debían de conocer y aunque el romper la regla ya le había pasado factura con el sistema, aún quedaba el explicar a la gente de esta realidad. ¿Qué podría decirles? Y más importante ¿Importaba qué dijera?
Ren Shuan frunció su entrecejo disgustado por el largo silencio. El demonio de fuego no era del tipo que era paciente, por lo que decidió alejar una vez más la cabeza de Jiang Shen del tronco, para después volver a plantarlo en el mismo lugar. Jiang Shen se mareó por el impacto, mordiendo sus labios para no dejar salir ningún grito.
-Todos los cultivadores de Jing y Quiang están demasiado ocupados para prestar atención a esta zona, lo diré de nuevo ¿Cómo supiste de los sellos?- insistió Ren Shuan ejerciendo fuerza en su agarre.
-¿Habrá sido casualidad?- Sonrió Jiang Shen. Como en todos sus momentos de tensión, lo único que sabía hacer era burlarse de los demás para que no notaran sus miedos internos, lo que lo hacía pensar en que un día le iría mal por tomar ese papel de bufón y bueno, este era ese día.
Ren Shuan no dijo nada antes de elevarlo en el aire y estrellarlo con la tierra húmeda, su rodilla descansó en la espalda de Jiang Shen mientras tomaba su nuca para hundirlo en la suciedad de un charco-. Parece que este joven maestro sabe hablar después de todo, pero no parece que vayas a resistirte. Si tanto miedo tienes como para pelear, te recomiendo que no juegues conmigo, no soy tan suave como Huan Mao.
-...
Al ver que la sonrisa de Jiang Shen se esfumó y en cambió le lanzó una mirada rabiosa que casi le recordó a un animal herido, Ren Shuan resopló-. Realmente no vas a pelear... patético.
Dicho eso, el demonio de fuego se puso de pie arrastrando el cuerpo de Jiang Shen con las garras clavadas en su cuero cabelludo. Jiang Shen se sintió como un muñeco de trapo al que estaban a punto de botar a la basura, aunque eso le fue a importar menos al ver que Ren Shuan iba directo a la roca-. ¡NO LO HAGAS! ¡NO LO QUITES!
Ren Shuan ignoró con facilidad los gritos de Jiang Shen y con el movimiento de su mano libre desintegró el talismán que aún conseguía retener la energía maligna. Tras hacer eso, la sangre que ensuciaba el sello comenzó a evaporarse poco a poco-. Deberías haber cortado tu cuello si querías que la sangre cubriera el sello por más tiempo.
-¿¡Qué intentan hacer!?- preguntó Jiang Shen en un intento desesperado de obtener información y retrasar algún posible ataque. Si el sistema se restauraba a tiempo y sus puntos milagrosamente resultaban seguir ahí, podría pelear para defender a su gente.
El demonio lo levantó para mirarlo con lucidez-. Has venido directamente a quitar el sello ¿No es eso porque sabes qué haremos?
-El sello de esa roca es la misma del pilar ¡No hay modo de que no lo pueda imaginar!- gruñó Jiang Shen y, al ver que Ren Shuan aún parecía estar dándole la oportunidad de hablar, continuó-. La formación de los cuatro elementos atrae energía resentida y abre esa torre que consume almas, sin embargo... hasta ahora han usado los fosos de cadáveres como fuente ¿¡Por qué cambiarlo a una ciudad entera!?
-...joven maestro- lo llamó el demonio mostrando sus colmillos en una mueca mordaz-, la verdad podría ser más dura para ustedes de lo que crees.
-¿Eh? ¿De qué hablas?
Ren Shuan iba a decir algo cuando una ola de viento golpeó todo el valle, causando un breve silencio que estremeció a todos los presentes. El demonio miró el horizonte.
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Los mil cielos
FantasiaCuando Jiang Xian muere, transmigra en la más reciente obra de su ídolo literario cayendo en decepción cuando descubre que actualmente es una mala novela y deberá arreglarla si quiere tener una vida pacífica en ese nuevo mundo, sin embargo una muje...