Capítulo 56

3K 499 196
                                    

Jiang Shen abrió la boca para decir algo, pero ni siquiera cuando se puso de pie, pudo pensar qué palabras quería pronunciar primero; la última vez que había visto a Jiang Fai y a Quiang Xen, fue después de que Jing fuera atacada. En ese entonces, ni siquiera pudieron salir de la cama para despedirse de él debido a sus heridas, por lo que nunca esperó que los dos enviados de Jiang Li fueran ellos, ni mucho menos que Quiang Tao Lu no detuviera a su hijo de involucrarse en esta investigación.

Pronto se dio cuenta de que el tiempo que él había vivido era muy diferente al de los demás. Un año continuaba siendo un año. De no haber perdido esos días no tendría que estar aquí, siendo apuntado como cómplice de un complot demoníaco sin poder demostrar su inocencia. Frunció el ceño disgustado consigo mismo.

Al notar ese gesto, automáticamente Quiang Xen sintió una vena saltar en su frente. A continuación, con cuatro pasos llegó enfrente de él y lo sujetó de la túnica de mal humor, algo que desconcertó a Jiang Shen.

¿Es que todos tienen algo por lo que quieren golpearme?

- ¿Por qué pones esa cara de disgusto al vernos?

-...nadie está disgustado por eso, aprende a leer el ambiente - replicó Jiang Shen desviando la mirada apropósito cuando Quiang Xen se acercó.

-Bien, en ese caso ¿Por qué sigues apartando la mirada?

Jiang Shen se apartó otro centímetro. No podía decirle que pasara el tiempo que pasara, esta persona no era capaz de aprender a respetar el espacio personal de otros y siempre provocaba en su débil corazón una incomodidad por enfrentar a todos los atractivos personajes del escritor. Cerró los ojos un instante para mentir- Yo... sólo no quiero verte llorar.

-¡Tú...! ¿Quién está llorando? - agitando el cuerpo de Jiang Shen, Quiang Xen tenía una mezcla de emociones en su cara, pero como siempre las peleas que mantenía con su pequeño hermano ganaban cualquier reencuentro emotivo y Jiang Shen estuvo bien con ello.

Dio una risa vacía.- Ja...cuando entraste lucías como una dama encontrándose con su amado.

- ¿Y ese se supone... que eres tú?- inquirió su amigo con pausas en las que iba apretando sus dientes cada vez más, sus manos hicieron presión sobre su agarre.

Haciendo una larga pausa. Jiang Shen lo negó luego de pensarlo-Ahh...no. No quiero serlo, no eres mi tipo.

Jiang Fai, al ver que Quiang Xen finalmente había tenido un tic en su ojo izquierdo por la falta de paciencia, corrió a su lado preocupado de que una pelea mayor se desarrollara- H-Hermano, por favor no seas tan rudo con el hermano Jiang, nos acabamos de reunir con él.

-Jiang Fai, que tú puedas dejar pasar esto, no significa que yo haré lo mismo. Diciendo tonterías tan pronto nos ve ¿no tienes nada mejor que decir? ¿¡Sabes a cuánta gente preocupaste yéndote así!?

La sonrisa burlona de Jiang Shen por fin se esfumó, dejando un sabor amargo en su boca.-...no me fui porque quisiera.

-¡Sabes que ese no es el punto!

-¿Cuál es entonces?

-Te atreves a preguntar...Jiang Shen, mantuviste las cosas para ti solo y desapareciste ¡no confiaste en nadie, ni siquiera en nosotros!

Jiang Shen apretó sus puños en un repentino arranque de ira-¿¡Qué querías que hiciera, llevarlos a ustedes cuándo casi mueren en el asedio a Jing!?

Hasta ahora, ese tema era una de las cosas que nunca habían abandonado su mente, ocasionándole un profundo arrepentimiento cada vez que recordaba la gravedad de las lesiones que consideraba su responsabilidad. Pero si había evadido hablar de ello, era porque tenía miedo de preguntar cuál era el estado de ambos, pues si la respuesta no era favorable, ¿cómo podía mostrarles la cara?

Los mil cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora