𝑰𝑵𝑴𝑨𝑹𝑪𝑬𝑺𝑰𝑩𝑳𝑬 || Thorin Oakenshield

-017-🌷

One shot.

Sentías que estabas a punto de caer resfriada, estabas sin energias, la nariz te picaba y sentias mucho frío.

Esa era la razón por la cual estabas en cama, cubierta por muchas frazadas sin lograr disminuir aquella horrible sensación.
No saliste a cenar ya que no tenías hambre, tú solo querias seguir hecha un ovillo en esa cama y dormir hasta que el malestar pasara.

Mas tarde escuchaste la puerta abrirse, solo podía ser una persona al entrar de aquella manera sin avisar y sin necesitar permiso.

-¿Cómo estas? -preguntó acercándose. No te moviste de tu lugar, ni siquiera asomaste la cabeza para mirarlo. Balbuceaste algo inaudible ya que no tenías ganas de hablar. Mayormente cuando te enfermabas te ponías de mal humor.

Al no escuchar respuesta, hizo a un lado las cobijas con cuidado y se acomodó a tu lado. Por tu parte seguiste de espaldas hacia él con los ojos cerrados.

-Thorin vete, puedo contagiarte -dijiste con voz fatigada.

Él no presto atención a tus palabras y pasando un brazo por tu cintura te acercó más hacia su pecho. Comenzaste a sentir un agradable calor, el cual no habias podido conseguir tu sola en todo el día. Te diste la vuelta con los ojos semi cerrados.

-Es en serio -suspiraste- te contagiaré... Thorin.

-Correré ese riesgo -respondió simplemente. Te dió un beso en la frente para después volver a abrazarte. No tenía caso seguir oponiendote, no dijiste nada más hasta que minutos después un sueño profundo comenzó a invadirte.

Despertaste a primeras horas de la mañana al día siguiente. Teniando una agradable sorpresa ¡todos los síntomas desparecieron!
Con una sonrisa te giraste a ver a Thorin quien aún tenía un brazo alrededor tuyo, por lo cual comenzó a despertar cuando te moviste.

-Buenos dias -saludaste sonriente.

-Veo que te encuentras mejor.

-Muchísimo. -respondiste y estiraste los músculos aun acostada. Thorin a tu lado se levantó ligeramente para luego mirarte y acercarse a ti.

-¿Todavia quieres que me vaya? -preguntó con una pizca de diversión en su voz.

Negaste con una sonrisa. Fuiste tú quien rompió la distancia que los separaba para darle un profundo y ansiado beso.

-Sabes... Muero de ganas por hacer algo justo ahora -dijiste de manera divertida sobre sus labios.

Él arqueo una ceja y se alejó unos centímetros mirándote.

-Quiero desayunar ¡muero de hambre!

Te escabulliste de su lado, Lanzando todas las cobijas lejos de ti. Levantándote enseguida con demasiada energía. Dispuesta a vestirte e ir corriendo rumbo a la cocina buscando tu preciado desayuno.