𝑰𝑵𝑴𝑨𝑹𝑪𝑬𝑺𝑰𝑩𝑳𝑬 || Thorin Oakenshield

-056-🌷Especial Reto#1

Este es un especial de retos que estarémos haciendo con Citizen-of-Erebor
Donde creamos un One shot basado en el tema de multimedia. Este es el primero 🤩 y para ver la otra parte del reto y los que vienen, vayan a su perfil. Donde por cierto tiene un nuevo libro de One shots de nuestro amado Rey 😘
¿Saben cual es la mejor parte? Ella no las hará llorar como yo. Sjjsjs. #Vayan.^^

Reto#1

Sus pasos se desvanecían ante la niebla persistente que los amenazaba.
Las noches de regocijo se transformaron en constantes pesadillas, que solo podían ser apagadas por la luz del amanecer; aquella luz que tiempo atras habia odiado, ahora parecía ser la única salida. Sin poder detener nada, fue cuestión de tiempo para que la corona de luz se apagara, borrando el rastro de lo que ella fué. La mujer que había amado a la distancia, en secreto, bajo aquella tierna suavidad que sus caricias le brindaban.

Ya no volverían.

De la melodiosa voz que cantaba para él solo quedaban susurros que vagaban entre sueños negros, bajo el velo de una constante pesadilla.

༒︎

-¿Todavia puedes escuchar los susurros? -tus palabras surgieron entre una sonrisa fría y despiadada seguida por el ruido de la espada chocar contra el cabezal de la cama del Rey de Erebor.
Tensaste la mandíbula al ver tu penoso fallo y maldijiste siguiendo con tus ojos a Thorin que ahora se encontraba lejos de ti al otro lado de la cama, tenía una espada en la mano derecha pero no parecía tener intención de usarla.

En la expresión de su rostro se reflejaba la confusión, negando para si mismo que esto estuviese pasando en realidad.

«Estaba soñando. Tenía que ser un sueño»

Aquella dulce mujer que lo acompañaba danzando por las noches, estaba frente a él.
Sus largas y delicadas prendas habian caído, ahora eran opacadas por el oscuro color que cubría tu cuerpo entero, fundiendose con el pelo negro que caía rebelde enmarcando tu rostro.

Sonreíste ante la expresión de Thorin y aprovechando su confusión subiste sobre la cama que los separaba aferrándote a la empuñadura de la espada.
No pararías, jamas te detendrías hasta acabar con él.

El sonido de ambas espadas chocar entre si era dueño de todo el lugar, siendo acallado solo por el sonido de la agitada respiración de ambos.
Aquello llegaba hartarte, ya que solo habias conseguido causarle un pequeño corte en la mejilla izquierda. Te sentias inútil y mucho más al ver que Thorin solo bloqueaba tus ataques, no parecía tener intención alguna de atacar.

¿Por qué?

-Dentente. -pidió por primera vez Thorin, también pudiste escuchar las voces de los guardias a las afueras de la habitación, seguidos por amenazantes golpes en la puerta- está no eres tú.

-No me conoces -gruñiste lanzandote otra vez hacia él, de tal manera que la espada de Thorin caía por la fuerza de tu estocada- No te conozco. -repetiste, sintiendo un asqueroso nudo en tu garganta que quemó tus labios sin saber el verdadero motivo.
Era tu momento estabas ante el Rey de Erebor sin ninguna protección y con la espada en alto hacia él. Tus pasos te acercaron mas y más llegando al punto donde tenías la espada a solo unos centímetros de su cuello.
Thorin no dejaba de ver tus ojos, esperando encontrar aquella luz cálida en ellos, pero una frialdad desconocida te habia poseído.

-¿Quién te hizo olvidarlo? Me conociste en un sueño -te confesó. Negaste con una divertida sonrisa en tu rostro. ¿Acaso el Rey habia perdido la cordura?
Presionaste el filo de la espada contra la piel de cuello donde una fina linea de sangre comenzaba hacerse presente, él no se inmutó.

-¿Ni siquiera lucharás por tu vida? Los relatos de tu gente no son mas que mentiras estúpidas, como las que salen de tu boca.

Para tu sorpresa Thorin sonrió y con esa leve sonrisa habló hacia ti.

-Un Rey jamás miente. Y nunca podría levantar un arma en contra de mi Reina, ni siquiera si mi sangre cae a tus pies.

Una ola de incomprensión y dolor atravesó tu pecho, pero al mismo tiempo creció el deseo de presionar la espada y terminar tu trabajo. Pero no podias, por mas que lo deseabas no podias matarlo.
Tus lagrimas nublaron tu visión sin entender ese sentimiento que intentabas alejar pero volvía a ti con mayor fuerza. Intentaste borrar aquello y presionar la espada pero algo te lo impidió, fue entonces cuando te sorprendiste al ver que quien detenía la espada eras tu misma. Tu mano izquierda detenía la hoja de la espada con tal fuerza que la sangre caía sin detenerse hacia el suelo de la habitación del Rey.

El frío y el pánico llegó a tu cuerpo, como si lucharás contigo misma. El mismo miedo que te obligó a dar un paso hacia atrás soltando la espada cuando cruzaste una mirada con Thorin que notó el terror creciente en tu rostro. Él intentó acercarse a ti pero retrocediste hasta caer al suelo donde miraste tus manos, aquella larga herida en tu mano izquierda provocada por tu misma espada te hacia temblar.

Fue como si por unos minutos el velo del hechizo se rompiera y mirando a Thorin lo recordaste, junto a todas y cada una de sus noches juntos.

-¿Thorin? -murmuraste apenas con la dulce voz con la que siempre te dirigías a él.
Thorin se aproximó hacia ti tomando tus manos entres las suyas, sentiste asi su calor envolverte.

-Estas conmigo. Estas aqui -tranquilizó. Aunque aquello no calmaba por completo tu alma.

-En realidad... ¿Estoy contigo? ¿No es un sueño?

Thorin limpió las lagrimas que bajaban por tus mejillas para besar con ternura tus labios.

Sí era la realidad.

Pero al abrir los ojos, la sangre de tus manos te recordaba lo sucedido: llegaste junto a él atravezando aquel mundo onírico, alejándote del tuyo pero... ¿A qué precio?

-No puedo quedarme contigo -hablaste- rompí cientos de reglas y mi desafiante deseo casi me hace lastimarte y eso jamas me lo habria perdonado Thorin.

-No me importarían las heridas si quien las causa eres tú -sonteiste ante sus palabras, él no sabia nada de lo que habias tenido que atravezar. Pero no se lo dirías, no todavia.
Llevaste tus manos hacia su mejilla acariciando su piel, aún sabiendo que no podias quedarte alli lo besaste, entregandote en cada beso sin importarte si pasaban segundos o minutos, solo querías sentirlo a él, sentir su calor y tener sus caricias por completo para ti. Aunque sea solo por esa noche.

-Quizás... Al amanecer sea solo una pesadilla para ti. -susurraste con dolor sobre sus labios.

-No eres una pesadilla, tampoco un sueño.... Eres mi completa realidad. La única que conozco, la única que aceptaré.