Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️La Pasamos Bien⚕️

Todos ya estábamos sentados, expectantes, aguardando que Rachel girara la botella, pero no lo hacía.

—¿Qué esperas? —pregunta Steven, mirando a Rachel con una sonrisa expectante.

—Tengo una idea... —dice Rachel, mirando a todos con una sonrisa traviesa—. No habrá besos en la mejilla. Todos los besos serán en la boca. A medida que avance el juego, la intensidad de los besos irá aumentando.

Todos intercambiaron miradas sorprendidas, pero luego asintieron.

—Bueno, entonces empieza —comentó Streaper, quien se unió al juego justo en el momento.

Los jugadores éramos: Vicky, dos Streapers (Amber y Verónica), Erin, Axl, Steven, Izzy, Rachel, Sebastián, Slash y yo. Duff y Mandy se habían ido antes de que comenzara, pero seguro que también se estarían divirtiendo.

Rachel giró la botella. Le tocó besar a Vicky. Los dos compartieron un corto beso en los labios, y luego, fue el turno de Vicky. La botella señaló a Steven. Este cerró los ojos y estiró los labios, esperando el beso de Erin. Todos rompimos a reír.

—¿No me vas a besar? —le preguntó Steven a Vicky, quien, con una sonrisa divertida, le dio un breve beso en los labios. Luego, él se preparó para besar a Amber, y ella, a su vez, le tocó besar a Slash. A Slash le tocó besar a Erin.

Noté la cara de Axl, y no estaba nada feliz. De hecho, miraba a Slash como si estuviera a punto de saltarle encima.

—Tranquilo, amor, solo es un juego —dijo Erin al percatarse de la expresión de Axl.

Erin giró nuevamente la botella, y esta vez le tocó besar a Verónica. Axl cambió totalmente su expresión y, en vez de enfadado, la cambió por una que casi podía considerarse ansiosa. Ahora estaba cómodo y disfrutaba del "espectáculo". Erin se levantó, se acercó a Verónica, le tomó el rostro con las manos y, sin más preámbulo, comenzó a besarla. Los chicos miraban sin mover un músculo, como si estuvieran en trance, viendo cómo se besaban.

—Esto se puso interesante... —comenta Slash, su voz cargada de diversión, y no pude evitar notar cómo parece más excitado de lo normal. Cuando se separaron, Verónica giró la botella y el pico señaló a Sebastián. La chica se levantó, se acomodó en las piernas de Sebastián y ambos comenzaron a besarse, y aunque rápido, estaba claro que se lo estaban disfrutando.

—Mi turno —dijo Sebastián, mirando con una sonrisa algo retadora. Giró la botella y sus ojos se encontraron con los míos. El pico de la botella apuntó directo a mí. Mierda.

Observé a Slash y su rostro no prometía nada bueno. Estaba... furioso, lo podía sentir. Tal vez por eso quería que no jugara.

—___, no lo hagas —me pidió, y me miró directamente a los ojos.

—Yo no te dije nada por besar a esa chica —le respondí, señalando a Amber que estaba sentada junto a él.

Me levanté del suelo, me acerqué a Sebastián y él me tomó de la cintura. Le di un pequeño beso... pero el lo alargó, atrapándome en un beso más profundo. Sentí cómo sus manos acariciaban mi espalda con firmeza, y cuando nos separó, me mordió el labio. Ouch, eso dolió.

—Imbécil —murmura Slash cuando vuelvo a sentarme a su lado. No dejaba de mirarme con esa mezcla de celos e ira. Giré la botella, esta vez el pico señaló a Slash. Lo miré y él solo sonrió de manera triunfante.

—Por fin... Nena, ven acá —dijo, con un tono enloquecido por la emoción. Me senté en sus piernas, y él me rodeó la cintura con una mano, pero sus intenciones eran claras: quería bajar más.

—Ten cuidado con lo que tocas —advertí, mientras intentaba controlar la situación.

Él solo sonrió y me tomó del rostro para besarme. La intensidad del beso subió rápidamente, un tanto provocador. Sentí como sus manos apretaban mi trasero, acercándome aún más a su cuerpo. Intenté separarme un poco, ya que me estaba sintiendo algo incómoda, y los ojos de todos estaban fijos en nosotros.

—¿Deberíamos ir a un cuarto, nena? —susurró cerca de mi oído.

—Ya sabes que estás castigado —le respondí mientras trataba de acomodarme el cabello desordenado. El ambiente se volvió más relajado cuando los demás siguieron jugando. Ahora le tocaba a Slash besar a Axl, y todos estallamos en carcajadas.

—No, no, no... claro que no —decía Slash, moviendo la cabeza de un lado a otro.

—No, nunca jamás —reímos más fuerte.

—Es el reto, chicos —intervino Erin mientras le daba un trago a su cerveza.

—No nos vamos a besar —dijo Slash a voz alta, negando con la cabeza.

—Si lo haces, tenemos sexo salvaje hoy —le dijo Erin a Axl. Él le devolvió una sonrisa pícara.

—Eso me gusta —respondió, levantándose para acercarse a Slash.

—Espera... —dijo Slash, mirándome. —Si lo beso, ¿tenemos sexo salvaje?

No pude evitar soltar una risa contagiosa.

—Sí, pero solo si lo besas con lengua —le contesté, sin perder la oportunidad para bromear.

Con un suspiro resignado, Slash se acercó a Axl, y ambos comenzaron a besarse. Todos estallamos en carcajadas, y fue claro que Slash cumplió lo que le pedí. Después de unos segundos, ambos se separaron sin mayores miramientos y volvieron a sus asientos.

—Esto nunca pasó —dijeron al unísono, y nuevamente todos nos soltamos en carcajadas. Axl giró la botella, y esta vez le tocó besar a Verónica. Su beso fue más subido de tono que los anteriores, pero Erin no parecía celosa en absoluto.

Cuando se separaron, era el turno de Erin. Giró la botella, todos seguimos su movimiento hasta que el pico apuntó a mí.

—Retiro lo dicho... Amo este juego —dije, acomodándome en mi lugar, mientras los demás sonreían. Verónica se acercó a mí, se sentó en mis piernas y comenzó a besarme con una intensidad que dejó a todos con la boca abierta. Me aferré a su trasero mientras el beso se volvía más sensual, disfrutando de la adrenalina. Cuando nos separamos, todos nos miraban con sonrisas y ojos brillantes.

—¿Pueden hacerlo de nuevo? —preguntó Izzy con una sonrisa traviesa.

—No sean pendejos —le respondí, mirando a Slash, quien estaba muy, pero muy sonriente.

—Estoy demasiado excitado —murmuró Slash con voz ronca.

—No eres el único —le respondió Steven, también con tono grave. Esta situación era definitivamente incómoda.

El juego continuó, con más besos entre todos los participantes, pero lo cierto es que fue divertido. Finalmente, eran las tres de la mañana y, aunque Slash estaba cargado de deseo, sabía que no tendría sexo con él esa noche. Todos los chicos se fueron a un hotel, mientras que Slash y yo regresamos a su apartamento, donde caímos exhaustos en la cama... Pero con la expectativa en el aire. Y mañana, seguramente, será el día más especial para Axl... Qué emoción. 

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