Narra ________.
Los chicos llegaron a la casa cargados de bolsas y cajas, las cuales dejaron sobre una mesa en el centro del living. Slash no es fanático de la decoración navideña, por eso no armamos el árbol de Navidad. Ellos saludaron a Ola con entusiasmo, pero Axl no parecía tan animado. Si no estoy equivocada, ellos dos tuvieron ciertos problemas en el pasado.
Ola y Ash sirvieron la comida, y en ese momento compartimos una noche agradable. Fue una noche tranquila, aunque casi todos terminaron borrachos porque nunca falta el whisky y el vodka. Dave llegó con una chica rubia, creo que es su nueva novia. Ambos estaban tan ebrios que no podían mantenerse en pie. Ella se quedó dormida casi al instante, apenas se sentó en el sofá, mientras Dave bailaba por toda la casa con una botella de cerveza en mano.
—¡Feliz Navidad! —grita Steven, pegado al televisor, esperando la cuenta regresiva. De verdad, parece un niño. Si no hubiera sido por la mamá de Slash, ni siquiera habríamos celebrado Navidad, porque ni él ni yo somos muy fanáticos de la fecha.
Nos abrazamos, deseándonos Feliz Navidad. De repente, Dave comenzó a llorar en un rincón, abrazando su botella vacía. Los chicos no paraban de reírse.
—¿Por qué lloras, Dave? —le pregunta Slash entre risas.
—Se acabó la botella... —responde, y seguido de su quejido, hace una cara patética.
—Duff, dale tu botella de vodka —le sugiere Mandy, pero Duff niega rotundamente con la cabeza.
—¡MI vodka no lo comparto con nadie, oíste! —grita Duff, pero Dave sigue llorando en posición fetal con la botella vacía.
Yo me dirigí a la cocina, saqué una botella de Jack Daniel's de la nevera y se la entregué para que dejara de quejarse. Funciona, porque de inmediato volvió a bailar por la casa, sosteniendo la botella como si fuera el premio más grande.
—Quiero abrir los regalos —dice Steven con un puchero adorable. Ola apagó el tocadiscos y nos invitó a sentarnos alrededor de la mesa donde estaban los regalos. Steven comenzó a repartir los que había traído para nosotros. Me regaló una chamarra de cuero, y a los demás les dio peluches y botellas de alcohol.
Duff me dio el disco Speak of the Devil de Ozzy Osbourne, firmado. Izzy me regaló un cuadro de Vincent Van Gogh, una calavera fumando. Axl fue el que más cosas me dio. Me regaló un disco de los Rolling Stones, el que estaba sonando el día que nos conocimos. También una caja llena de rosas blancas y rojas, una falda de cuero negro que seguro Erin le ayudó a elegir, y una camiseta de Led Zeppelin, mi banda favorita.
—Saul, te toca a ti —dijo Ola mirando a Slash. En la mesa quedaban pocos regalos.
—Siempre dejo lo mejor para el final —responde Slash, levantándose y tomando unas cajas y bolsas para pasármelas. —Espero que te gusten, cariño.
Abrí una de las cajas y encontré una colección de libros de Stephen King. Slash sabe cuánto amo sus libros. Luego, abrí las cajas más pequeñas, dentro estaban dos manillas: una con los nombres de los dos grabados y la otra con un corazón tallado en el centro. También había una caja llena de chocolates y un sombrero de copa, similar al que siempre usa él.
Cuando tomé la bolsa para ver qué más había, Slash me la arrebató de las manos y la dejó a un lado.
—Esa no, más tarde, en la habitación —dice con una sonrisa pícara. Sólo quedaba una caja, muy bien decorada. Dentro había rosas blancas y, en el centro, un sobre.
—¿Qué es? —pregunto mientras intento abrir el sobre con cuidado para no dañarlo.
—Es una carta. Léela después, es algo muy especial —dice, mirándome con ternura. Le doy un beso suave en los labios. Nuestros labios se mueven lentamente, disfrutando de ese momento, tan olvidados de todo. Sólo existimos los dos.
—Te amo —le digo cuando nos separamos, y él me besa de nuevo, pero de forma muy breve.
—Ahora es mi turno —comento, levantándome de la silla y caminando hacia la habitación. Guardo el regalo de Slash debajo de nuestra cama.
Tomé el estuche de guitarra que estaba cubierto de pegatinas de serpientes y broches de algunas de las bandas que Slash adora. Este regalo me costó muchísimo conseguirlo. Bajé nuevamente, donde estaban todos, y le entregué el estuche. Cuando lo abrió, sus ojos se abrieron de par en par al ver la guitarra que había dentro.
Es una Gibson Les Paul del diseño de 1959, color arena. Ya había tenido una similar que usó durante la grabación de Appetite for Destruction, pero estaba en muy mal estado. Pasé mucho tiempo tratando de comunicarme con la fábrica de Les Paul y, cuando finalmente lo logré, me dijeron que ya no las fabricaban, pero como un favor por ser un regalo especial para Slash, decidieron recrearla con los mismos detalles de la original. Incluso le pusieron su apodo en el clavijero y en el aro de la guitarra.
—¿Cómo la conseguiste? —me pregunta sin apartar los ojos de la guitarra.
—Eso no importa... —respondí, quedándome de pie frente a él, observándolo. Sus ojos brillaban con intensidad cada vez que miraba la guitarra.
—Es idéntica a la que tenía hace unos años... —dice, girándose hacia mí con una pequeña sonrisa en el rostro.
Le señalo el estuche y, al abrirlo, se ve que hay algo más. Él mira con curiosidad, encontrando dos pequeñas cajas. Dentro de ellas, un collar de serpiente, encerrado en un círculo, y un reloj que había deseado desde hacía tiempo.
Mientras los chicos seguían disfrutando de la fiesta, Dave se quedó dormido junto a su novia, pero nunca dejó de aferrarse a la botella. La mayoría de ellos ya hablaban tonterías, Axl era casi incomprensible, y Slash intentaba hablar, pero de su boca solo salían balbuceos. Cada vez que no lograba pronunciar algo bien, soltaba una grosería.
Ola y yo lo ayudamos a llegar a la habitación y lo acostamos en la cama. Iba a ir al baño a cambiarme, pero me detuvo con un fuerte agarre en el brazo.
—No te vayas, no me dejes solo... —sus palabras salían entre sollozos, con los ojos medio abiertos.
—Voy a cambiarme, ya vengo —le respondí, pero él empezó a mover la cabeza de un lado a otro, como si no quisiera que me fuera. En cuestión de segundos, se quedó dormido. Aproveché ese momento para cambiarme y acostarme a su lado.
Comencé a acariciar sus rulos enredados, mi mano recorriendo suavemente su cabello, hasta quedarme profundamente dormida con mis dedos en su melena. Fue una Navidad única, aunque, en ese momento, lo único que realmente quería era leer la carta que Slash me había dado.
🎸🎸🎸🎸🎸
Heloooo
¡Feliz navidad! Ok no... Slash es la cosa más hermosa que pueda existir en este mundo, es que dios mio que me lo como a besos.
Va dedicado a Locura_3210
Espero les guste
Nos leemos pronto.
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Fuck you. [Slash & tu] ✔️
FanfictionEn la vibrante y caótica década de los ochenta, el mundo del rock and roll es un torbellino de excesos y emociones desenfrenadas. ______, una modelo tímida, es arrastrada a este mundo electrizante cuando conoce a Slash, el carismático y enigmático g...
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