Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Tragedia⚕️

Narra _______.

Estamos en la casa jugando a las cartas. Estamos Isabel, Dave, Slash y yo. Ha pasado una semana desde que Slash y yo nos reconciliamos, siempre estamos juntos. Incluso lo acompañé a algunos de sus ensayos. Las grabaciones del disco no han avanzado. Apenas han tocado las mismas canciones, porque Axl desapareció por completo. Nadie sabe nada de él ni de Erin.

Aunque han compuesto muchas canciones, Slash piensa usar las notas que me compuso para el riff de The Estranged. Pero, como siempre, no pueden hacer nada hasta que Axl aparezca. Isabel y yo estábamos charlando, cuando el sonido de su teléfono interrumpió la conversación.

—¿Sí? —cambia radical en su expresión. Su rostro se pone tenso—. ¿Alguien va con ella? ¿Está seguro de que es ella? Mantenla estable, ya voy para allá.

Cuelga y nos mira con una preocupación que contagia. Todos nos quedamos en silencio, mirando los rostros de los demás. Isabel es cirujana y obstetra, ha tenido que enfrentar situaciones difíciles, pero hoy, su pálida apariencia dice mucho más que sus palabras.

—Amor, ¿qué ocurre? —pregunta Dave, con la voz quebrada. Pareciera haber visto un fantasma. Mira a Slash, a mí, y un aire de preocupación crece en su rostro.

—Erin está en el hospital... —Isabel apenas puede continuar, su voz vacila—. Le dieron una paliza brutal y corre el riesgo de perder a la niña.

Cuando lo dice, noto el cambio en Slash. Se queda completamente pasmado, pálido como un fantasma. Estaba tan ilusionado con ese embarazo, Erin era como su hermana. Siempre estuvieron muy unidos, como familia.

Slash no tarda ni un segundo más. Rápidamente toma las llaves del auto y me mira, instándome a entrar. Isabel se va con Dave, y subimos al coche. Durante el camino, un pesado silencio se apodera de la cabina. No logro asimilar las palabras de Isabel, me aturden.

—Voy a matar a ese hijo de puta... —espeta Slash, con la mirada fija en la carretera. ¿Sería capaz Axl de hacerle esto a Erin?

—¿Axl? —pregunto, frunciendo el ceño. Slash me mira, con los ojos enturbiados de enojo, y asiente.

—Él no podría hacer algo así... ¿o sí? —le insisto, sin creer que Axl sería capaz de algo tan terrible. Slash me lanza una sonrisa cargada de sarcasmo.

—Amor, hay cosas de Axl que no sabes... —sus palabras resuenan en mi cabeza, dejando un hueco de duda que no puedo llenar. Si fue él... ¿por qué le hizo esto a Erin? ¿Por qué a ella? Pensar en eso me hace sentir un nudo en el estómago, la angustia se acumula en mi pecho.

Llegamos rápidamente al hospital, y Slash estaciona en la entrada. Me quedo esperando en la recepción mientras él busca información. La señorita se niega a dármela porque no soy familiar de Erin, pero para mi suerte, Isabel llega con Dave. La recepción me deja pasar con ellos hacia la sala de emergencias.

Todos aguardamos en silencio, observándonos. Dave decide ir a la cafetería a por algo de beber, y Slash comienza a caminar de un lado a otro, despeinándose y sujetándose el cabello como si estuviera perdiendo el control. Se ve fatal.

—Amor, cálmate... —trato de calmarlo, aunque yo también estoy destrozada por dentro, llena de temor por lo que pueda haberle sucedido a Erin. Pienso en ella y en lo que pudo haber vivido, y no puedo evitar que las lágrimas se acumulen en mis ojos.

—No es la primera vez que Axl golpea a Erin —dice Slash, sin levantar la vista del suelo. Ya lo sabía, lo sospechaba. Es algo que había intentado ignorar, pero ahora lo confirma, y ese pensamiento me destroza. Erin siempre llegaba con moretones en las piernas, en los brazos. Nunca lo entendí, nunca imaginé hasta dónde podía llegar Axl.