Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Suegra⚕️

Narra _______.

Hoy es Navidad, y los chicos salieron temprano esta mañana para comprar los regalos. Ola y yo ya nos encargamos de los nuestros ayer, justo después de que Slash y yo regresamos de comprar el desayuno.

Ahora estamos en la cocina, planeando la cena para esta noche. La despensa está vacía, así que tenemos que ir al supermercado a comprar todo lo que nos falta.

—¿Qué tienes planeado? —me pregunta Ola con una sonrisa traviesa.

Aún no tenía todo claro, pero sabía que a Slash le encanta la carne de cerdo, así que pensé en hacer solomillos de cerdo con salsa de cereza.

—La carne de cerdo, sé que le gusta a Slash. Estoy pensando en hacerla con salsa de cereza... aunque aún necesitamos los ingredientes —digo mientras pienso en los detalles.

Ella asiente y sonríe de medio lado.

—Perfecto —dice y toma las llaves del auto. Me siento al volante, ella se acomoda en el asiento del copiloto, y pongo la radio mientras conduzo hasta el supermercado. Está un poco más lejos, pero no importa, ya nos conocen y es habitual para nosotros ir allí.

Una vez en el supermercado, empezamos a buscar los ingredientes necesarios. Además del cerdo, queríamos hacer un jamón glaseado con salsa dulce. Ola quería hacer galletas, y yo tenía en mente un rollo de chocolate. Todo parecía ir bien, pero en un momento, mientras revisaba algunos ingredientes, Ola dejó de moverse y miró con desagrado hacia un rincón.

—¡Ay, no! —dijo en voz baja, dando la espalda a alguien, aunque no supe quién era. Curiosa, seguí su mirada, y vi a una chica de cabello negro largo, delgada, con una tez morena radiante, y parecía bastante guapa. Cuando me di cuenta, la chica ya se acercaba a nosotras.

—¿Ola Hudson? —la chica le preguntó, y por alguna razón sentí que la había visto antes, aunque no estaba segura de dónde.

—Ivonne —Ola se volteó hacia ella con una sonrisa forzada. Así que, esta es la famosa Ivonne.

—¡Cuánto tiempo, Ivonne! —dijo Ola, su tono claramente antipático. Luego me miró, y sin mucho entusiasmo, me presentó: —Ivonne, ella es ___, la novia de Slash. Supongo que ya lo sabías. Es modelo y, muy importante.

—Sí, he oído hablar de ella —dijo Ivonne, esbozando una sonrisa distante.

—Mucho gusto —respondí, manteniendo una sonrisa cortés, aunque me sentía un poco incómoda. No me agradaba nada la forma en que se expresaba de Slash. A pesar de que la había apoyado en momentos importantes, sabía que también había hecho algunas cosas realmente feas.

—¿Y qué hacen aquí? —Ivonne nos miró de arriba a abajo, claramente curiosa.

—Venimos a comprar lo necesario para la cena, ___ es una excelente cocinera... Es la mujer perfecta para Slash, ¿no crees? —comentó Ola, lanzando una mirada a Ivonne que me hizo sentir un poco incómoda.

—Vaya, ¿bueno...? —murmuró, algo extraña por el comentario. Ola, viendo mi incomodidad, rápidamente añadió con una gran sonrisa —Bueno, yo también tengo cosas que hacer. Adiós, fue un gusto conocerte, ___.

—Igualmente —le respondí mientras ella se alejaba. Me quedé un poco confundida por la situación, pero decidí dejarlo pasar. No podía ser algo importante.

Después de unos minutos más en el supermercado, nos dirigimos a la caja y pagamos, dejando el encuentro con Ivonne atrás. Subimos las cosas al auto y regresamos a casa. Allí dejamos todo en la cocina, y finalmente nos pusimos a trabajar en la cena. Yo me encargaba de la carne de cerdo y el rollo de chocolate, mientras Ola preparaba el jamón y las galletas.

Estuvimos en la cocina toda la tarde, y los chicos no aparecían por ningún lado. Lo último por hacer era meter todo al horno, y ahora solo quedaba esperar.

Ola y yo nos sentamos frente al televisor para relajarnos mientras conversábamos sobre la infancia de Slash.

—Siempre fue muy inquieto, Seymour lo notaba, y como siempre se le olvidaba el nombre, decidió llamarlo Slash —comentó, sonriendo con cariño.

—Le queda perfecto ese apodo, no se puede quedar quieto —dije, y Ola comenzó a reírse. En ese momento, la puerta se abrió de golpe, y Slash apareció, cargado de bolsas con regalos en ambas manos, seguido de Ash. Aunque Dave no venía con ellos.

—Hola, amor —Slash dejó las bolsas en el suelo y se acercó para darme un beso. Luego se volteó hacia su madre—. Hola, mamá —le dio un beso en la mejilla.

—Huele delicioso —dijo Ash, olfateando el aire mientras se dirigía a la cocina. Ola, rápidamente, se levantó para seguirlo y asegurarse de que no se comiera nada antes de la cena.

—Te quiero dar algo, cariño. Vamos a la habitación —dice él con una sonrisa mientras saca una de las bolsas que había traído. Me toma de las manos, y subimos a la habitación.

—¿Qué me querías dar? —le pregunto, curiosa, mientras él me extiende la bolsa. La tomo y la abro un poco, mirando rápidamente lo que hay dentro.

—Los regalos son hasta las 12, Slash... —comento entre risas.

—Es para que te lo pongas esta noche. Estoy seguro de que te verás increíble —responde sonriendo mientras me observa.

Saco el contenido de la bolsa y me quedo sin palabras al ver el hermoso vestido negro que tiene dentro.

—Es... es hermoso —digo con una sonrisa.

—Y hay algo más —añade, y señala hacia el fondo de la bolsa. En efecto, veo una caja un poco más pequeña, con la etiqueta "La Perla". La abro con curiosidad y descubro que es lencería, igualmente preciosa.

—¿Tú elegiste esto? —pregunto, dejando la lencería suavemente de nuevo en la bolsa.

—Sí, claro, no le iba a pedir a mi hermano que eligiera la ropa interior de mi novia —bromea, y yo no puedo evitar reír. —Bueno, Axl me dio una mano. Tiene razón, hay lencería realmente sexy.

—¿Entonces le pediste consejos a Axl sobre ropa interior femenina? —pregunto, sin poder creerlo, y él asiente, sonriendo.

—Es un experto en el tema —responde con tono travieso, y yo sigo riéndome.

—Bueno... no quiero saber más —digo, sonriendo mientras le doy un beso corto en los labios. —Gracias, Rulitos.

—Póntelo lindo, que los chicos llegarán pronto —me dice, dándome otro beso en los labios.

Voy al baño y preparo la tina con agua tibia. Me dejo sumergir, sintiendo cómo el agua relaja mis músculos. Me tomo todo el tiempo que necesito. Después de unos minutos, salgo de la ducha y me envuelvo en la toalla, caminando hacia la habitación. Allí encuentro el vestido y la lencería sobre la cama.

Me visto, mientras me observo en el espejo. Slash tiene muy buen gusto. Ajusto el collar que me regaló en la boda de Erin y, por último, me coloco la manilla en el muslo. Todo parece ocurrir tan rápido... Nunca imaginé que terminaría viviendo con él, ni que nuestra relación sería tan seria. Lo único que sé es que no me arrepiento de nada.

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