Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️El Mejor Año⚕️

Narra ________.

Estamos en casa de Erin y Axl celebrando el último día del año. Aunque aún no me atrevo a leer la carta que Slash me dio, la he traído conmigo, porque quiero leerla antes de que se termine el año.

Los chicos están en el living charlando, aunque no tengo idea de sobre qué, mientras nosotras, las chicas, estamos en el comedor conversando tranquilamente.

—Tony me enamoró desde que lo vi, para mí él era el hombre de mis sueños... —dice Ola sonriendo—, pero el amor se acaba. Lo amé, me dio lo que más valoro en la vida... pero ese chico guapo que vi en París se fue desvaneciendo con el tiempo.

Las chicas nos quedamos en silencio por un momento, reflexionando sobre sus palabras.

—Por suerte para ____, tú y tu ex esposo tuvieron a Slash... —dice Lucy, haciendo que una risa se escape de mis labios.

—Lo hicieron con mucho amor, porque salió bien guapo el desgraciado —añade Mandy, mientras Ola empieza a reír a carcajadas.

—Cuidado, no tientes a la fiera —dice Susan, mirándome a los ojos con una sonrisa traviesa.

Ya faltan veinte minutos para que el año termine, y los chicos están tan borrachos que apenas se mantienen en pie. De repente, empiezan a cantar "Paradise City" a todo pulmón, haciendo que las risas se desaten entre todos nosotros. Ola también ha estado bebiendo y ahora baila con Mandy al ritmo de música country. Axl, en un intento por poner orden, apaga la música y nos llama para que nos acerquemos a ellos.

Llego y me siento junto a Slash. Él no parece tan ebrio; en realidad, parece más drogado, pero sabe disimularlo bien. Axl, sin embargo, no puede mantener el control, y empieza a llorar, balbuceando palabras y nombres que no logro entender. Los demás también lloran, pero Slash y yo nos miramos sin saber bien qué hacer o qué está pasando.

—Sabes que te quiero mucho, ¿cierto? —dice Axl, con los ojos entreabiertos, con las lágrimas aún colgando en sus mejillas.

—Sí... sí, Axl, yo también te quiero —respondo, y en ese momento, él me abraza con fuerza, soltando un sollozo en mi hombro. Después, se separa para seguir abrazando a los demás, llorando desconsoladamente.

Miro el reloj, y veo que quedan solo diez minutos para que el año termine. Necesito un espacio para estar sola, así que me levanto y me voy a un lugar más privado, deseando leer la carta a gusto, sin interrupciones.

Saco la carta de mi bolsillo, abro el sobre con mucho cuidado, como si el simple hecho de tocarlo pudiera dañarlo, porque la belleza de ese sobre me ha cautivado. Con una mezcla de nervios y anticipación, despliego el contenido. No es larga, pero lo que me llama la atención son unas notas escritas al reverso. Me parece que son acordes de guitarra.

Lo que está escrito en la carta me deja sin palabras:

"________, desde el primer día que te vi, jamás me imaginé que llegarías a ser la mujer más importante de mi vida. Sé que te lo he dicho muchas veces, pero de verdad te amo. No sé qué me diste, pero lo que siento por ti es más fuerte de lo que jamás imaginé. No soy bueno escribiendo cartas, no soy como Steven o Axl, que pueden expresarse con facilidad... Para mí, las palabras siempre se quedan cortas al intentar describir lo que siento por ti. Disfruto cada segundo que paso contigo: las risas, me encanta cuando te sientas junto a mí a ver cómo toco la guitarra, amo besar cada centímetro de tu hermosa piel. Sentir tus labios contra los míos es algo que no cambiaría por nada del mundo, y cada gemido que escapa de tu boca es una melodía que me eriza la piel. Nunca en mi vida imaginé que podría amar tanto como para volverme completamente loco. Me haces sentir único, el hombre más afortunado del mundo al saber que la razón de tu sonrisa soy yo. Te amo... Quiero que siempre recuerdes que cada vez que toco la guitarra, pienso en ti. Siempre estás en mi mente, eres mi mayor inspiración. Y cuando esté en el escenario, cada riff, cada solo, es solo para ti. Todo, absolutamente todo, lo dedico a ti... Te amo muchísimo, tu Rulitos."

Tengo un nudo en la garganta. Cada palabra de la carta se graba en mi mente y siento cómo mis ojos se humedecen lentamente, resbalando unas lágrimas por mis mejillas. No es tristeza lo que siento, es todo lo contrario: es una felicidad indescriptible al darme cuenta de que tengo al hombre que siempre soñé, a mi lado.

—Amor... ¿Estás bien? —volteo y lo miro.

Me siento culpable por todas las veces que dudé de él. La verdad es que el miedo me consumió, solo pensaba en el daño que su estilo de vida podría causarme. Pero ahora todo eso se desvanece al verlo, al sentirlo cerca.

—Slash, te amo —digo con la voz quebrada—. Perdóname... de verdad, por todas las veces que dudé de ti, por ser tan mala novia... Eres la persona con la que quiero estar hoy y siempre.

Intento secarme las lágrimas con las manos, pero siguen cayendo. Es inevitable.

—Hey, la intención de la carta no era hacerte llorar —dice él, sonriendo suavemente. Se acerca, y con sus dedos acaricia mi rostro, limpiando algunas de mis lágrimas—. Eres la mejor novia que he tenido —añade, y me da un beso rápido en los labios.

Nos separamos y empezamos a escuchar los fuegos artificiales estallando en el aire, seguidos de los gritos de los chicos celebrando el "¡Feliz Año!"... Slash me mira y me rodea con sus brazos, abrazándome con fuerza mientras hunde su rostro en mi cuello.

—Feliz año —murmura, soltándome un poco para mirarme a los ojos—. No hay mejor manera de empezar el año que estando con la persona que amas. Va a ser un gran año para nosotros, amor.

—Feliz año, Rulitos —le respondo con una sonrisa. Él se ríe y, al mismo tiempo, dice:

—Y así será, este año será increíble para los dos... Te amo.

Me agarra fuerte de la cintura y, con un gesto lleno de ternura, me besa. Su beso es suave, amoroso, pero pronto se intensifica, aumentando la pasión mientras sus manos recorren mi cuerpo, acariciando la tela de mi ropa. Aun así, entre el ardor del beso, el amor sigue brillando con fuerza en cada toque.

Nos tomamos de la mano y caminamos hacia los chicos. Los abrazamos y les deseamos un "Feliz Año". Axl no ha parado de llorar, Ola baila con Erin y Ash está dormido en el sofá. Ya todos están bastante ebrios, y al paso de la noche se van quedando dormidos sobre el piso, vencidos por el cansancio.

Mirando a mi alrededor, pienso que la mejor decisión de mi vida fue venirme a Los Ángeles. Este año ha sido inolvidable, lleno de momentos que siempre llevaré en mi corazón, con mis amigos y con el hombre que amo. 1989 fue un año cargado de amor y buenas amistades, aunque también no faltaron los momentos amargos. Lo más importante es que encontré al hombre perfecto para mí.

Me pregunto, con un leve suspiro: ¿qué tendrá preparado el 1990 para mí?

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