Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Meegan⚕️

Narra _______.

Estamos en la "sala VIP", Slash y yo. Todos estamos ahí, menos Axl, que desapareció y dejó a Erin sola. Nadie sabe dónde está, y Erin no parece interesada en ir a buscarlo, ya que tuvieron una pelea bastante fuerte.

Yo ya estaba demasiado ebria, mi cabeza daba vueltas y me sentía increíblemente risueña, soltando un montón de pendejadas. Slash no se quedó atrás. También empezó a beber Jack Daniel's como loco y terminó peor que yo.

—Ella... ella es solo mía, de nadie más. Y de hecho, te voy a mandar tatuar mi nombre en ese hermoso trasero —dice, con voz de borracho. Algunas palabras se le dificultaron, pero se entendió.

Fue en ese momento cuando apareció Meegan, se sentó entre Erin y Slash, y comenzó a hablar con ella mientras intentaba descubrir su escote, que el cabello le había tapado. Yo, notando su actitud, me senté sobre él, mis piernas abiertas en sus caderas. Me miró con una sonrisa traviesa mientras colocaba sus manos sobre mi trasero.

—¿De qué hablan? —pregunto, lanzando una mirada de reojo hacia Meegan, que aún lo miraba fijamente, seria.

—De nada —responde Hodges, haciendo una mala cara y apartando la vista.

—Bien... —murmuro, girando la cabeza hacia Slash, que me observa fijamente.

—Me estás excitando mucho, nena —dice, apretando mi trasero, lo que me obliga a acercarme más a él. Nuestras caderas se encuentran, y siento su bulto rozando mi feminidad, apenas cubierto por las bragas.

—Mmmm... Y tú a mí —respondo, moviendo las caderas en círculos. El gruñe suavemente y me agarra del trasero con más fuerza.

—Chicos, estamos aquí —interrumpe Duff. Slash esboza una pequeña sonrisa traviesa y lo mira.

—Sabes que tendría sexo con ella sin importarme que ustedes nos miren —dice, volviendo a mirarme. Cuando está excitado, tiene una forma muy particular de mirarme, como si sus ojos pudieran examinar cada rincón de mi cuerpo, sobre todo mis pechos. Sus ojos me recorren, mientras sonríe con picardía y se muerde el labio.

—Esto es muy incómodo —comenta Isabel, mirando a Slash.

—Tranquilos, no vamos a tener sexo frente a ustedes —respondo, levantándome de las piernas de Slash. Él solo me mira resignado, mientras sigue conversando con las chicas. Isabel y yo decidimos ir al baño, pero por desgracia, Meegan decide unirse. Isabel entra al baño, y yo me quedo afuera fumándome un cigarro. A lo lejos, veo a un chico vestido igual que Axl, con una chica rubia, entrando en una habitación. No le presté mucha atención, ya que todavía estaba bastante drogada.

—No sé qué vio Slash en ti —dice Hodges, y yo me giro hacia ella, pero no es capaz de mirarme a los ojos.

—¿Disculpa? —Arqueo una ceja. Ella me examina con la mirada.

—Quiero que me lo digas en la cara —insisto.

Ella sonríe, y sus palabras me arrancan una risa burlona.

—No sé qué vio Slash en ti... Niña —me dice "niña", como si fuera más joven que ella. Las dos tenemos la misma puta edad, y me lo dice con ese tono.

—Pues esta "niña" lleva con él 10 meses, conoce a su madre, y vive con él.

—Solo no llores cuando te cambie —responde con una sonrisa burlona.

Sus palabras me hacen suspirar y contenerme para no mechonearla frente a todos.

—¿Por quién lo haría? ¿Por ti? —la miro con total desdén.

—Cariño... Yo siempre consigo lo que quiero —Me lanza una mirada antipática.

—Eso lo veremos —digo, entrando al baño. Isabel está arreglándose el cabello desordenado frente al espejo mientras yo termino de fumar mi cigarro. Salimos y no vemos a Meegan por ningún lado. Caminamos a través de la multitud y regresamos al lugar donde estábamos antes.

Meegan estaba sentada hablando con Slash, pero no vi a Erin por ningún lado. Supuse que se había ido a buscar a Axl. Meegan, con Slash, actuaba dulce y tierna, como una chica que no rompería ni un plato, pero ya me había dejado claro cuáles eran sus intenciones con él.

Me senté sobre sus piernas, y como siempre, me rodeó la cintura. No interrumpí la conversación que estaba teniendo con Meegan, ni mucho menos me atreví a reclamarle por hablar con ella. Sabía que había una manera más efectiva de vengarme: hacerle saber a esa lanzada que él es mío, y eso nadie lo iba a cambiar.

Mientras hablaban, le acariciaba el cabello desordenado, tocaba su pecho y jugaba con sus manos. Le daba pequeños besos en el cuello. A él siempre le ha gustado que le acaricie los brazos y le haga chupones en la piel. Y eso fue lo que hice. Meegan solo miraba, impotente, porque yo era su novia y no podía reclamarme nada.

—¿Tienes novio? —le pregunta Slash.

— No, lindo... No tengo novio —responde la hija de puta, con una sonrisa de medio lado. Me miro a mí, como si yo no estuviera ahí. Ellos dos se estaban mirando, como si no existiera. Mi ira creció con cada segundo que pasaba, estaba tan furiosa que quería matarlos a ambos. Pero me contuve... estaba siendo increíblemente paciente, algo que nunca había hecho.

Finalmente, me levanté, decidida a irme a buscar a Sebastián, pero justo al salir me encontré con la imponente figura de Alice frente a mí. Es más alto que yo, y su maquillaje está algo corrido.

—Hola... —dice Alice sonriendo. Yo también le sonrío.

—Alice... Qué bueno verte, bastardo —se interpone Slash.

—Lo mismo digo, animal —replica él, dándole un abrazo amistoso al moreno.

—Y la dama, ¿quién es? —pregunta Alice, tomando mi mano y dándome un beso en la palma. No deja de mirarme a los ojos. No sería estúpido que Slash se pusiera celoso, ya que él sabe que Alice está comprometido.

—Ey, cuidado, es mi novia —interrumpe Slash, tomándome de la cintura y acercándome aún más a él.

—Linda, ¿en serio estás con él? —asiento como respuesta—Mis condolencias. 

Ellos dos siguen hablando, mientras yo observo en silencio. Ahora, Slash ya no presta mucha atención a Meegan, y la conversación entre Alice y él se centra en nuestra hermosa relación, lo que definitivamente está haciendo que Meegan se ponga aún más molesta. No sé cómo, pero poco a poco mi mente empieza a nublarse debido al alcohol y la droga, y los detalles del resto de la noche se desdibujan.

Al día siguiente, me desperté desnuda junto a Slash. Afortunadamente, estaba a su lado, porque si no, no sabía con quién habría terminado. Isabel estaba tirada en el sofá con una botella de vodka en la mano, y Sebastián descansaba en el comedor. Slash me contó lo que habíamos hecho anoche, y la vergüenza me invadió.

Lo que realmente me preocupaba era Erin y Axl. Ella había estado muy mal la noche anterior porque el imbécil la dejó sola. Según me contó Slash, él no apareció en toda la noche, y vio salir a Axl con una chica de la fiesta... ¿Qué pasará entre ellos dos?

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