Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Estar Juntos⚕️

Narra _________.

Sentí un nudo en la garganta al verlo. Extrañaba ver sus hermosos rulos alborotados, esa misma melena que solía acariciar cuando nos rozábamos. Aún no se había percatado de mi presencia, y Axl lo observaba con cierto desagrado, casi de manera incómoda. Finalmente, Slash me voltea a mirar. Su rostro se transforma por un momento, una ligera expresión de asombro recorre sus facciones antes de que esbozara una pequeña sonrisa. Sin poder resistir la tentación de devolverle la mirada, la agacho al instante.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Axl, su tono grave revelando algo más que solo curiosidad. Slash me mira un segundo más antes de bajar la cabeza.

—Vine por mi guitarra... No sabía que iban a estar aquí —murmura con voz algo insegura. Me doy cuenta que no estoy lista para enfrentarlo ni mucho menos mirarlo a los ojos, aunque la urgencia de sus ojos se clava en mis recuerdos, esos recuerdos que ansío olvidarme por un momento—. Mejor me doy prisa.

Mi cuerpo reacciona por sí mismo. Alzo la mirada, el tiempo se hace corto, tan agobiante. Es ahora o nunca.

—Slash —digo finalmente, dejando que mi voz cale la poca distancia que queda entre nosotros. Él me observa, aún sosteniendo la manija de la puerta. Una sonrisa pequeña, suave, se asoma en su rostro.

—¿Podemos hablar? —Es un simple cuestionamiento que cambia todo. Axl me observa con sorpresa y mi vista regresa nuevamente a Slash, quien sigue sonriendo. Pero sus ojos hablan lo que sus labios callan, más que una pregunta, es una súplica, un casi... por fin.

—Claro... Claro que sí —Sin soltar la manija, agarra su guitarra y sale rápidamente de la habitación, su expresión cargada de algo que no puede ocultar: emoción. ¿Por mí? Tal vez.

Me quedo ahí, esperando, dejando que el silencio rellene la distancia que nos separa. Axl me observa, decepcionado, preocupado. Puedo sentir su desconfianza a cada paso, y aunque me pesa verlo así, el hecho de que se preocupe por mí es algo que no dejo de agradecer. Pero, más allá de su mirada, es Slash quien me importa en ese momento. No sé qué me depara esa conversación, no sé qué rumbo tomará esto, pero no me arrepiento de querer estar con él.

A los chicos no les pasó desapercibido el carro de Slash estacionado afuera, y su sorpresa solo aumentó cuando Axl les dijo que iría a hablar con él. Las dudas flotaron, pero las palabras sinceras llegaron rápidamente.

—___, no quiero que te lastime, eres muy importante para mí —interviene Axl, su tono lleno de cariño y preocupación.

—Para todos —añade Izzy, observándome con intensidad. Mi garganta se cierra. No puedo evitarlo. Me siento acorralada entre tantas voces que solo quieren protegerme. Es lindo tener amigos así, que siempre velan por mí.

—Estaré bien, chicos, se los prometo —trato de apaciguar el peso que se deposita en mis hombros. Se miran entre ellos y, aunque la duda persiste, cada uno parece resignado. Axl no parece del todo convencido, pero se sube al auto, sonriendo solo por compromiso. Steven, en cambio, parece relajado, casi sonriendo.

Me doy la vuelta y los observo alejarse, el sonido del motor encendiendo mientras me quedo en silencio. No sé qué decir, no sé cómo hablar con Slash después de todo. Me siento estresada, mareada por tantas emociones no resueltas.

Un leve ruido interrumpe mis pensamientos, una puerta se abre detrás de mí. Volteo, y allí está él, con el estuche de la guitarra en la mano. Me sonríe, como si nada hubiese pasado. Se acerca al auto y guarda la guitarra, sin decir palabra. El aire se llena de una extraña sensación. Una paz, sí, pero también un frío, una duda que me acompaña.

—¿Quieres ir a nuestra casa? ¿O a algún otro lado? —rompe el silencio con una pregunta simple.

Lo miro con el ceño fruncido, no veo necesidad de alejarnos, de ir a otro lado, mucho menos con la tensión colgando entre nosotros.