Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Ya Es Tarde⚕️

Narra _______.

Voy caminando por el pasillo del hotel, mis pasos tambalean por lo ebria que estoy. La fiesta terminó hace un buen rato, debe ser cerca de las 4 o 5 de la mañana, no estoy segura... Hace un rato que no veo a Slash, y empiezo a sospechar. No he visto ni a Meegan ni a él, y mis nervios van en aumento. Isabel, trató de calmarme, pero la intriga me consume.

Llego frente a la puerta de la habitación, tomo la llave en mis manos, me cuesta un poco abrir la puerta, pero al final, lo consigo. Al entrar, busco a Slash con la mirada y, finalmente, lo encuentro... en la cama... pero no está solo. Un golpe me recorre el pecho, quedo congelada. Mi corazón parece romperse en pedazos. Mis ojos se llenan de lágrimas y un nudo aparece en mi garganta.

Slash y Meegan, dormidos en la cama... Slash sin camisa, posiblemente desnudo, y ella, también sin blusa, cubierta solo por la sábana.

—¿Por qué? —susurro, luchando por entender, sintiendo el peso de la traición. Creí que me amaba, siempre lo dijo—. ¿Por qué me haces esto?

Las lágrimas caen sin control. Estoy inmóvil, observando la escena, incapaz de moverme. Un torbellino de pensamientos me aturde. Aún me cuesta asimilar que todo se está desmoronando por su culpa. Me doy cuenta de lo que está pasando, pero no reacciono... Me quedo quieta, sufriendo en silencio.

Cuando Slash se mueve en la cama, un nudo se aprieta más fuerte en mi garganta. Lucho por contenerme. Mi mirada se desplaza hacia el suelo, miro mis manos. Intento no escuchar la angustia que se mezcla con la rabia. Me siento aplastada, atrapada por un dolor que no sé cómo manejar.

Es un esfuerzo salir de ahí, pero finalmente lo consigo. La puerta... Se me hace difícil de abrir, con una mano limpio mis lágrimas. Mi mirada se va hacia abajo, donde mis cuernos caen al suelo, resonando levemente. Me arrastro hacia la puerta, me dispongo a escapar... Pero...

—____... —escucho su voz quebrada, y al voltearme lo veo. Me observa con los ojos abiertos, confundido. ¿Por qué se sorprende? La rabia me consume mientras lo escucho—. Lo siento...

—¿Lo sientes? —el sollozo se me escapa—. ¿De verdad lo sientes?

Él se levanta de la cama, se acerca a mí, y un suspiro entrecortado le escapa.

—Déjame explicarte, ¿sí? —dice, extendiendo una mano hacia mí, pero yo lo alejo.

—¿Explicarme? —mi voz resuena cargada de incredulidad—. Decías que me amabas, que jamás me lastimarías... ¿y mira lo que haces? Confié en ti, a pesar de que todos me decían que eras un maldito mujeriego. Me decían que me ibas a lastimar, pero yo creí en ti. ¿Por qué, Slash? ¿Por qué me hiciste esto?

Me mira, con la culpa reflejada en sus ojos.

—No... Te quiero... —titubea, reconociendo la angustia en su rostro.

Ese susurro, ese "te quiero", se siente como un hierro candente atravesando mi pecho. En ese momento, sé que no quiero escuchar más. No sé qué decir, mi mente solo piensa en el daño que ya está hecho.

—Yo también te quiero, Slash. Pero ya es tarde —mi voz tiembla mientras le miro. Las lágrimas siguen cayendo—. Ya no hay marcha atrás.

Él guarda silencio, su rostro reflejando la resignación. Sé lo que significa. Ambos lo sabemos.

Con un último vistazo, giro sobre mis talones y me alejo de él.

—Slash... cariño... —y veo a Meegan, sonriendo burlonamente. El dolor que siento al mirarla me consume aún más. Aprieto los puños, sin poder retener la furia.