En la vibrante y caótica década de los ochenta, el mundo del rock and roll es un torbellino de excesos y emociones desenfrenadas. ______, una modelo tímida, es arrastrada a este mundo electrizante cuando conoce a Slash, el carismático y enigmático g...
Estoy esperando a que Erin se termine de arreglar, definitivamente se va a ver realmente reluciente. Las chicas ya estaban casi listas, a mí solo me faltaba el peinado, pero tenía que ponerme el vestido primero. Entré al cuarto y pude ver a Erin en ropa interior, apenas me vio abrió los ojos como platos.
— ¡___! ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?! — Yo solo empecé a reír como loca.
— Tranquila, me vengo a poner el vestido. — Me quito la bata que tenía puesta y empiezo a ponerme el vestido.
— Slash tiene muy buen gusto, luces preciosa con ese vestido — dice poniéndose el vestido que ella se compró para la boda.
— Si, es muy hermoso — digo mirándome en el espejo. — Bueno, te dejo, me voy a terminar de arreglar. — Digo y salgo de la habitación, dirigiéndome donde las chicas que nos estaban arreglando. Yo quería algo muy sencillo, además, mi cabello no es tan largo.
La chica empezó a peinarme, solo me hacía ondas en las puntas... Cuando terminó, volvió a retocar mi maquillaje y ya estaba lista. Todo el día estuvimos corriendo de un lado a otro y asegurándonos de que todo saliera como esperábamos.
Esperamos unos minutos a que saliera Erin ya vestida, hasta que por fin sale... Se veía muy hermosa.
— ¿Qué tal? ¿Cómo me veo? — Las chicas nos quedamos mirándola, en serio, lucía radiante.
— Te ves encantadora — dice Mandy con una copa de champán en su mano.
— Estás muy hermosa — digo con una sonrisa.
— Gracias — dice con una sonrisa. Ella se sienta en el tocador y una de las chicas empieza a maquillarla, mientras otra la peina.
Las chicas y yo nos la pasamos conversando de varias cosas, bebimos champán, todo bien hasta que apareció Slash... Tenía puesto el mismo traje que tenía el día del desfile.
— Lucen preciosas — entra Slash a la habitación, con una copa de champán en su mano.
— Te ves bien, Rulos — le dice Mandy con una sonrisa.
— Gracias — dice con una sonrisa. — Ese vestido se te ve hermoso, cariño. — Se dirige a mí y me da un beso corto en los labios.
— ¡Slash! — llega Duff agitado, al parecer estaba corriendo...
— ¿Qué ocurre? — dice Slash viendo a Duff.
— Te necesitamos... Bueno, Axl te necesita — dice recuperando el aliento.
— Ya voy. — Se levanta. — Ahora te veo, amor — dice y sale por la puerta.
— ¿Todo está bien? — pregunta Erin preocupada, todas me miran y esperan a que yo diga algo.
— Sí... Todo está bien. — Erin se calma. Slash se demoró un buen rato con Axl. Imagino que debe estar muy nervioso, toda la presión va a estar encima de él. Erin ya estaba lista, de hecho, todo estaba listo, solo falta esperar a que llegue el cura. Slash vuelve y se sienta a mi lado.
— ¿Está todo bien con Axl? — dice Erin viendo a Slash, él me mira y piensa qué decir...
— Sí... Cosas con el traje, ya sabes cómo es. — Dice y yo sonrío. Me levanto del sillón y voy al tocador a buscar la cajetilla de cigarrillos. Siento cómo Slash me abraza por la espalda.
— ¿Qué haces? — digo con una sonrisa en mi rostro.
— Quiero hablar contigo. ¿Qué te parece si salimos al muelle? — yo volteo para quedar frente a frente, asiento con una sonrisa, Slash me toma de la mano y salimos al muelle... El cielo está precioso, y a la vista el mar es lo más romántico que pueda existir.
— ¿De qué querías hablar? — me recargo en la baranda del muelle y admiro el bello cielo.
— Es que quería decirte lo mucho que te amo, sé que es raro, pero me di cuenta que cuando te lo digo es para pedir perdón en alguna discusión, y quería decírtelo de manera linda. — Con una de sus manos rodea mi cintura.
— Eres muy tierno, Slash — me volteo y lo miro a los ojos. — También te amo — digo con una sonrisa.
—___ Además de eso... Pues, sé que es muy pronto para sentar cabeza los dos, incluso sé que no me tienes mucha confianza. — Con su mano acaricia mi mejilla. — Te amo... Eres la mujer con la que estoy dispuesto a pasar el resto de mis días, sé que no te quieres casar porque evades cada conversación que es del tema. — En ese momento sentí nervios. ¿Me va a pedir matrimonio? Pero llevamos muy poco tiempo... Dios, estoy nerviosa.
— ¿Me... vas a... pedir? — el sonríe y niega con la cabeza.
— No... Aún no. — Me suelta de la cintura y busca algo en su bolsillo, saca una caja un poco grande de terciopelo.
— Ten... — me la da y espera a que lo abra.
— ¿Qué es? — pregunto viendo la caja.
— Ábrelo. Sé que te va a gustar. — Por suerte la caja es muy grande para ser un anillo... Tal vez sea verdad que yo evado todo lo que tenga que ver con "matrimonio", pero es que... No es algo que me agrade, prefiero tatuarme su nombre, al menos eso va a durar para siempre.
Abro la caja y lo primero que veo son dos dijes de guitarra... En realidad, son muy hermosos, miro a Slash y tiene una sonrisa en su rostro.
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— Slash, son tan bellos... — digo sonriendo, pero él sigue con la misma expresión seria.
— Este es para ti... — señala el de la izquierda —. Y este es para mí. — Señala el otro. Lo único que hago es abrazarlo, incapaz de dejar de sonreír.
— Te amo — murmuro cuando nos separamos.
— El día que peleamos los vi en una tienda del centro comercial, y lo primero que se me vino a la mente fue tu hermosa sonrisa. Por eso los compré. — Sé que parezco una boba sonriendo todo el tiempo, pero es que este es, de verdad, un regalo tan hermoso.
— Saul Hudson, no sabes cuánto te amo. — Lo beso con ternura. Siento que tuve una enorme suerte al encontrarme con él en el camino.
— Quiero que cada vez que mires ese collar, te acuerdes de mí. Y quiero que me prometas que nunca te lo quitarás, sin importar lo que pase. ¿Lo prometes? — Pregunta con una mirada intensa.
— ¡Lo prometo! — Respondo con una sonrisa, y él saca el collar de la caja, ayudándome a ponérmelo. Lo admiro... Es realmente hermoso. Yo también le ayudo a colocarse el suyo.
— Este es el símbolo de nuestro amor. — Nos besamos nuevamente. Slash es el hombre más tierno del mundo, no hay duda.
— Eres muy cursi. — Él ríe, acariciando mi mejilla.
— Esto es lo que tú causas. — Le respondo con una sonrisa.
— Me encantas. — Le doy un último beso. Todo esto ha sido tan romántico... Hay amor en el aire, como si el mundo entero se hubiera detenido a celebrar nuestro momento.