Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Patético⚕️

Narra ________.

La rueda de prensa fue incómoda y agotadora. Cada pregunta parecía una prueba de fuego, como si estuvieran intentando descubrir algo para destruirme. Pero Slash... él fue mi escudo, y verlo defenderme hizo que mi pecho se llenara de algo más que alivio.

Cuando terminamos, nos dirigimos al lugar donde sería la entrevista. Durante el camino, la tensión se disipó rápidamente con bromas y risas, como si todo lo que habíamos soportado en la rueda de prensa no hubiera sucedido. Él siempre sabía cómo hacerme sentir mejor.

Al llegar al edificio, subimos hasta el set de grabación. Pasamos junto a los camerinos, y entonces lo vi. "Skid Row". Mis piernas se congelaron. Una sensación de vértigo me golpeó, y mis ojos se abrieron como platos. Sentí que el aire abandonaba mis pulmones.

—¿Pasa algo? —escuché la voz de Slash detrás de mí.

Tragué saliva, obligándome a sonreír y esconder el torrente de emociones que me invadía.

—No, no. Nada.

¡Mierda!, pensé mientras avanzábamos. Mis ojos buscaban inconscientemente a Sebastián, pero no lo veía. Axl ya estaba saludando a los chicos, y justo cuando empezaba a relajarme, escuché su voz.

—Hola.

El sonido de su saludo era inconfundible. Cada palabra se sintió como un golpe en mi estómago. Me volví lentamente, pero no fui capaz de mirarlo a los ojos.

—Hola, Sebastián —murmuré en voz baja, manteniendo la cabeza baja, intentando pasar desapercibida.

—¿Ustedes dos se conocen? —preguntó Slash con una sonrisa de curiosidad.

Antes de que pudiera contestar, Sebastián respondió con una sonrisa amplia:

—Fuimos novios.

El ambiente cambió de inmediato. Miré a Slash, y su expresión relajada dio paso a una seriedad glacial.

—¿En serio? —preguntó, cruzándose de brazos, claramente irritado.

—Sí... —murmuré, evitando cualquier contacto visual con cualquiera de los dos.

Sebastián, por su parte, parecía decidido a incomodarnos a ambos.

—Sí, Axl me la presentó. Diría que es lo mejor que me ha pasado.

Mis ojos se abrieron como platos. ¿¡Qué acaba de decir!? Slash lo miraba ahora como si quisiera atravesarlo con la mirada.

—¿Qué dijiste? —su voz cargada de indignación.

—¿Qué tiene de malo? —Sebastián alzó las cejas, desafiándolo.

Slash no tardó en responder con un golpe directo.

—Que dices que lo mejor que te ha pasado fue ser novio de la mujer que amo.

Un silencio pesado se instaló entre nosotros. Sebastián me miró incrédulo.

—¿Ustedes dos? —preguntó, señalándonos con el ceño fruncido.

—Sí, somos novios —respondió Slash con una sonrisa arrogante y victoriosa.

—¡Slash, por favor! No empieces —protesté, mirándolo mal. Siempre hacía lo mismo, dejando que sus celos tomaran el control.

—No sabía que eran novios... Lo siento, Slash. No lo sabía. —Sebastián parecía sinceramente apenado, bajando la mirada.

—¡Claro que no sabías porque eres un pendejo! —espetó Slash, levantando la voz.

—¡Slash, ya basta! —intervine, tratando de detener lo que claramente iba en una dirección peligrosa. Las miradas de Slash y Sebastián estaban cargadas de ira. Parecían listos para saltar el uno contra el otro.