Narra Slash
Entramos al camerino, no puedo disimular mi enojo y mi frustración. Me cuesta creer que yo la ame, pero ella no sienta lo mismo que yo.
—¿En serio no me amas?
—Yo nunca dije eso, Slash. Sacaste todo de contexto.
—¿Entonces por qué no me dijiste que me amas? —Ella suelta un suspiro y me da la espalda.
—Es muy pronto para estar diciendo una palabra de semejante magnitud ¿no crees? Recién estamos oficializando nuestra relación, Saul y...
—No claro que no es muy pronto —la interrumpo—. Hemos pasado por muchas cosas.
—No peleemos ¿sí? Esperemos como van evolucionando las cosas entre los dos.
—¿Sabes? Me jode darme cuenta de que mi amor no es correspondido.
—¿Qué? Yo nunca dije que no te amará, deja de sacar todo de contexto —se cruza de brazos—. Si no sintiera nada por ti, no hubiera aceptado tener una relación contigo, metete eso en la cabeza de una vez por todas, Slash. Te quiero, te quiero mucho, pero no me pidas que te diga una palabra cuando ni siquiera te has tomado el tiempo para dimensionar las responsabilidades que carga un sentimiento de semejante magnitud
—No entiendo porque eres mi novia si no es reciproco este sentimiento.
—Deja de decir tonterías, Slash —se mantiene seria—. Me gustas, quiero tener una relación contigo e ir formando poco a poco los cimientos de nuestra relación, para eso se necesita cariño, respeto, confianza y voluntad. No sé cómo hayan sido tus relaciones pasadas, pero para mí, el amor se construye, no se siente a la ligera.
—Lo lamento —me doy cuenta de mi error—. Lo menos que quiero es presionarte.
—No te preocupes —se acerca a mí y me abraza. Ubica su cabeza en mi pecho, en tanto yo aprovecho su acción para acariciarle el cabello.
Estuvimos un par de minutos en silencio.
—Quiero hacer las cosas bien contigo —ella se aparta y me mira directamente a los ojos—. No quiero que desconfíes de mí, quiero que me ames, que estés dispuesta a compartir el resto de tus días conmigo.
—Yo también quiero que lo nuestro funcione.
No me moleste en decir algo más, la tome del mentón y la besé. Al principio fue un roce suave, delicado, sin embargo, rápidamente aumento su intensidad. Cuando menos lo pronostique, ya la había estampado contra el tocador.
—Eres tan adictiva —la volví a besar con una necesidad que jamás creí que llegará a sentir por una chica. Sus manos se enredaban en mi cabello, en cambio las mías sujetaban su cintura con fuerza.
No me mantuve quieto, me tomé mi tiempo para explorar su figura femenina por encima de la ropa que ya empezaba a estorbar.
Por la intensidad del beso nuestra respiración se agitó, ya se sentía mucho calor y sin mediar palabra, empecé a estrecharla contra mí para que tuviera oportunidad de apreciar lo duro que ella me ponía. Mi pantalón apretaba, la erección dolía, no quería más juego previo, así que la tome de sus piernas y la alce, colocándola sobre el tocador.
Mientras mis labios recorrían su cuello, sus manos buscaban el cierre de mis vaqueros. Con rapidez bajo la cremallera, yo no tuve que trabajar mucho, simplemente alcé su falda y me deshice de sus pantaletas. Sus labios vuelven a tocar los míos y con sus manos inquietas recorre mi torso, se detiene en la pretina de mi bóxer y lo baja lentamente hasta que mi erección por fin es liberada. Sin dejar de besarnos y con un poco de torpeza, trato de buscar un condón que horas antes había dejado ahí.
_______ se separa y saca uno de su bolso que está a un lado del tocador, en tanto. Ella se encarga de sacarlo del envoltorio con cuidado y es ella quien me lo coloca con sumo cuidado. Dentro en ella dócilmente para no lastimarla y proceso a moverme lento para que los dos disfrutemos del tacto.
Ella gime en mi oído, acción que enciende a niveles celestiales. La embisto con fuerza, aferrándome a sus caderas. No le doy tregua, me deleito con la melodía que sus gemidos me ofrecen.
No sé cuánto tiempo pasa. Minutos, segundos, horas. La realidad se desvanece estando en medio de sus piernas, sus gemidos, el roce voraz de su piel, el choque de su pelvis contra la mía y el delicioso sabor del placer que nos consume a ambos.
Tras un desgarrador, ella se desvanece en mis brazos y yo descargo lo que tanto he retenido. Espero un rato, tratando de regular mi respiración agitada. Los efectos del orgasmo aun rondan en mi cabeza, por lo que me cuesta articular alguna palabra o algún gesto.
Miro a _________ y la veo sonreír, salgo de ella, boto el condón a la basura y subo mis vaqueros. Ella se baja del tocador y se coloca su ropa interior, después se acomoda la falda.
Toma sus cosas y salimos a donde estaban los chicos, pero para nuestra sorpresa no había nadie, solamente una nota mal arrancada encima de la mesita de café.
"Nos fuimos a un bar que se llama Fuck Life, es cerca y muy conocido. Los esperamos allá, no queríamos molestar su momento íntimo. Los vemos luego"
—Parece que nos dejaron solos.
—Si, creo que mejor nos vamos —la tomo de la mano y salimos del coliseo, tomamos un taxi que nos dejó al frente del bar. Entramos y el lugar estaba a reventar, fue realmente una tortura encontrar a esos imbéciles en medio de tantas mesas ocupadas y ni hablar de tumulto de gente que se paseaba de un lado a otro.
Echamos un vistazo en las mesas reservadas y ahí estaban.
—Miren quienes llegaron —Duff anuncia nuestra llegada alzando su botella de cerveza.
—Espero que hallan usado condón, no quiero ser tío tan pronto —La broma de Axl provoca que todos estallen en carcajadas, menos _________, ella se sonroja y rueda los ojos.
—Vengan siéntense aquí —Sugiere Izzy, palmeando una de las sillas que están a su lado, como solo es una, tomo a mi chica y la siento sobre mis piernas.
—Quiero que tú y Slash sean los padrinos —Erin ya se ve un poco consentida por el alcohol. Bueno, en realidad ya la mayoría están borrachos, excepto Roger y la señorita Parker, ellos si saben beber con moderación sin caer en los excesos.
—_______ va a ser la madrina de mi boda y el padrino será Freddie —escucho la conversación que mantiene mi novia con sus amigas.
—¿Conoces a Freddie Mercury? —Erin no disimula su asombro.
—Conocí a toda la banda en una fiesta hace mucho tiempo —Aclara ella, dándole un trago a su bebida.
—Si hasta se acostó con Brian —Intervengo en la charla, lanzando un dato que nadie me pidió.
Roger oculta una risa, aunque sinceramente no me molesta que ella se haya acostado con Brian, fue hace tres años... Pero la conversación va a tener algo de picardía adicional.
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Fuck you. [Slash & tu] ✔️
FanfictionEn la vibrante y caótica década de los ochenta, el mundo del rock and roll es un torbellino de excesos y emociones desenfrenadas. ______, una modelo tímida, es arrastrada a este mundo electrizante cuando conoce a Slash, el carismático y enigmático g...
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