⚕️Rusia⚕️

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Narra _______.

Estoy en el living, esperando a que Slash termine de arreglarse. En aproximadamente una hora sale nuestro vuelo y ya tengo todo listo. Mi ropa, mis cosas, hasta la maleta, todo empacado; aunque Slash se ofreció a ayudar, su contribución se limitó a la lencería. Mientras tanto, el teléfono suena y, en un parpadeo, Slash baja por las escaleras para contestar.

—¿Sí? —su mirada se ilumina con una sonrisa al responder— ¿Con quién hablo? —se frunce el ceño por un momento, mientras desvía la vista.

—¿Quién es? —le pregunto, sin dejar de observarlo. Él hace un gesto con la mano como pidiéndome que espere, sin apartar la vista del teléfono.

—Sí, soy su novio... —escucho que responde, pero al ver que no me presta atención, me acerco a él—. Fue un gusto, suegra, ya se la paso. —¿Suegra? Entonces... ¿estaba hablando con mi madre? Me quedo helada cuando me pasa el teléfono sin decir nada más y se queda junto a mí.

Llamada.

—¿____? —la voz de mi madre me sorprende al otro lado, la confusión me hace pensar un segundo: ¿quién le dio mi número?

—¿Madre? —pregunto, sin entender del todo la situación, mientras miro a Slash, algo sorprendida por cómo parece ser tan normal para él.

—Pues, ¿quién más? —responde sin rodeos—. ¿Quién era el chico que me contestó? ¿Estás viviendo con él? —Mis padres siempre han sido muy protectores, casi paranoicos cuando se trata de mi vida privada.

—Mamá, él es Slash, mi novio —respondo con calma, aunque admito que no me siento cómoda contándole tanto a mi madre sobre mi vida sentimental.

—Oh... espero que vengas pronto —dice, ya con un tono más suave—. Quiero conocer a tu novio.

Slash se mantiene a mi lado, escuchando cada palabra, sin disimular su interés.

—Mamá, luego hablamos. No quiero perder mi vuelo —le aviso, claramente impaciente con tantas preguntas.

—Está bien, amor —mi madre se acomoda, como si supiera que hay mucho que no le estoy diciendo—. Que te vaya bien, te quiero mucho, hija.

—Yo también te quiero mucho, mamá —termino la conversación, luego de que me despida una vez más—. Saludos a todos, hablamos luego. —Y cuelgo sin añadir más.

Fin de la llamada.

Finalmente, ambos salimos de la casa y nos dirigimos al aeropuerto. Al llegar, realizamos los trámites necesarios para abordar. Debido a que nuestros boletos eran VIP, pudimos embarcar antes que el resto de los pasajeros. Además, por ser Slash una figura pública, nuestro acceso fue aún más rápido. El viaje fue cómodo, agradable y, sí, muy candente. La ventaja de estar en clase VIP es la privacidad que te otorgan, y créeme, ni Slash ni yo desperdiciamos esa oportunidad.

💛

Estaba dormida cuando un ruido repentino me despertó de inmediato. Hace dos días que llegamos, pero no hemos querido salir del hotel; el frío allá afuera es brutal.

—¿Te desperté? —me pregunta, su mirada fija en la mía mientras sonríe.

—No... pendejo. —El sarcasmo es evidente en mi voz mientras me siento en la cama, mirando a Slash, algo molesta pero con una sonrisa.

—¿Cómo amaneciste, mi vida? —se acerca a mí y me da un tierno beso en los labios, un gesto que nunca me cansa.

—Cansada... muy cansada. En serio, ¿cuántas veces lo hicimos anoche? —le pregunto con una mezcla de agotamiento y diversión. Él sonríe de lado, pensativo.

Fuck you. [Slash & tu] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora