Fuck you. [Slash & tu] ✔️

⚕️Together⚕️

Narra __________.

Isabel y Meegan se fueron, y aún no sabía a dónde habían ido Sebastian y Dave. Lo que me molestaba más, era pensar que Slash estaba solo en la casa con esa zorra.

—No pasó nada. En serio, solo me acompañó a comprar unas cosas, pero eso es todo —su mirada fija en mí no deja de incomodarme. Yo no respondo, solo lo observo, decepcionada—. Amor... no te voy a ser infiel justo antes de tu cumpleaños. Sabes que solo te amo a ti.

Lo miro frunciendo el ceño, intentando procesar lo que acaba de decir.

—Ay, qué tierno. O sea, ¿que justo después de mi cumpleaños sí lo serías? —casi lo escucho admitírmelo entre líneas. Me mira y rápidamente niega con la cabeza, como si esas palabras lo sorprendieran—. Slash, ¿qué pensarías si yo estuviera a solas con Sebastian? ¿Te gustaría?

—Claro que no... Y menos sabiendo que él aún siente algo por ti. —Es lo mismo. Yo también evito estar mucho tiempo con Sebastian para que Slash no piense que hay algo entre nosotros.

—Exacto, lo ves... Es lo mismo —respondo, y él se queda en silencio, aunque no puede evitar mirarme. Sabe que hizo algo mal.

—Amor... En serio, no peleemos, mañana es tu cumpleaños —me dice suavemente, con una sinceridad que me toca. Aprecio mucho cuando Slash intenta evitar que nos peleemos, pero estoy dolida. Sabe cuánto odio a Meegan y lo peor es que parece disfrutar de esa atención que ella le da. Eso le sube el ego.

—Jódete, Slash —respondo entre dientes, subiéndose la rabia hasta el pecho. Rápidamente subo a mi habitación, cierro la puerta de un portazo y me aseguro de girar la llave. Me dejo caer en la cama, dejando que unas lágrimas caigan por mi rostro. No son lágrimas de tristeza, son de furia. Escucho unos suaves golpes en la puerta, pero no quiero verlo. Me acerco lentamente a ella, y me recuesto con fuerza sobre la madera.

—No... quiero que peleemos —su voz suena quebrada, como si estuviera a punto de llorar. Y es que cuando peleamos, Slash se vuelve increíblemente sensible, siempre llorando frente a mí. Guardé silencio, escuchando sus pasos alejarse. Sin darme cuenta, las lágrimas caen con más fuerza. Me cubro la cara con las manos y dejo que el llanto me consuma.

De repente, escuché acordes de guitarra a través de la puerta. El sonido suave de una guitarra acústica me llega, y reconozco la melodía al instante: "Think About You". Mi corazón se estruja cuando escucho su voz cantarla, apenas un susurro, quebrada y triste.

—Te amo... —dice mientras termina la canción. No puedo esperar más. Abro la puerta con rapidez, corro hacia él y lo abrazo con fuerza, dejando que las lágrimas caigan por mi rostro.

—Ya no peleemos más —murmuro entre sollozos, aferrándome a él con todas mis fuerzas. Odio pelear con Slash. No le voy a dar el gusto a Meegan.

💜

La luz del sol iluminaba mi rostro y, con dificultad, abrí los ojos. Miré hacia el otro lado de la cama, pero Slash no estaba allí. Me senté lentamente y observé la hora, ya era muy tarde. Justo entonces, la puerta de la habitación se abrió y Slash entró con una bandeja en las manos.

—Feliz cumpleaños, mi vida hermosa —se acercó y dejó la bandeja sobre la mesa—. Amor... Te deseo lo mejor este año, y lo mejor... soy yo —dijo, con una sonrisa llena de egocentrismo. Le pegué suavemente en el hombro y él soltó una risa ligera.

—Pendejo —respondí entre risas, mientras me cubría el pecho con las sábanas para que no se viera demasiado.

—Eres hermosa, tierna, llena de vida, siempre sonríes, eres perfecta en todo el sentido de la palabra, y cuando digo todo, es todo —sus manos acariciaron mis mejillas—. Feliz cumpleaños... Te amo, mi vida.